
Hora de Colación es el último montaje de Teatrhoy, basado en un texto escrito e interpretado por Valentina Durán y que se suma a trabajos como Mano a Mano, Montaña y Campo de Batalla, las ruinas de Estocolmo. En esta ocasión, ahonda en problemas propios del trabajo en el contexto actual, cuando el potencial sustitutivo de la labor humana de la tecnología se cierne como una amenaza, mientras proliferan mensajes de superación personal a los que se aferran personas en soledad e impotencia.
Aniceto Hevia
En un montaje unipersonal, Hora de Colación nos coloca frente a las dificultades para organizarse y bregar por objetivos colectivos, a lo lábil de la situación económica de cualquier trabajador, al abuso y la explotación legitimado con discursos que exaltan el vigor al tiempo de culpar a quien no tiene o no puede. También hay alusiones al teatro como ejercicio de interpretación de la realidad social, reconocimiento de las relaciones de poder y, sobre todo, de acompañamiento y aprendizaje La obra es dirigida por la actriz y dramaturga Leyla Selman.
Si se mira la trayectoria de Teatrhoy, constatamos el intento de problematizar situaciones de actualidad, por ejemplo, en Montaña se abrió la discusión en torno a los sucesivos suicidios ocurridos en Alto Biobío luego de la erradicación de comunidades mapuche de sus tierras inundadas por la represa Ralco; en Campo de Batalla, las ruinas de Estocolmo, un vínculo amoroso es el punto de fuga para colocar en debate algunas algunas miserias de la sociedad chilena cada vez más empobrecida. Al respecto Valentina Durán, explicó a Resumen:
«Como compañía Teatrhoy, desde nuestros inicios, nos configuramos como un espacio para la creación propia en torno a temáticas que dialoguen con la sociedad que habitamos, intentando poner en escena lo velado, lo que no está dicho o incluso está oculto por los medios oficiales y el establishment. En este sentido es que existe un diálogo entre las obras precedentes como compañía, incluso más atrás con La Chilena, Cuando Silencie, Sara Llora o Mano a mano. En todas encuentras personajes marginales de alguna manera o que resisten ante el sistema. En Paraíso, 30 años como 50 años como 500 años, pusimos énfasis en la historicidad del poder y sus inmorales personajes. Todo está dialogando como un gran mapa de relaciones. Las precarias condiciones laborales que exhibe Hora de Colación es la herencia de estas generaciones dominantes que traspasan el poder en su descendencia y que legaron y diseñan hasta el día de hoy el modelo que nos rige. Se enriquecieron a costa del trabajo precario y sin haber mejorado las condiciones hoy pretenden además desecharlo. Este contexto social chileno capitalista “con una constitución creada en dictadura” como dice un texto de La Chilena, es el mismo también en Montaña, Mano a mano, Campo de Batalla y Hora de Colación.»
Hora de Colación. Fotografía de Javier Garrido - Artistas del Acero
Es importante reconocer que desde hace algunos años el público penquista ha presenciado diversas obras orientadas a discutir acerca de la precariedad laboral imperante y sus múltiples expresiones. Están en la memoria reciente Chokman de La Daniel López Company; Animales de trabajo, de Geografía Teatral, e incluso algunas focalizadas a problemas del trabajo artístico, como Una actriz que envejece y no la llaman más, de La Fanfarrona Teatro y María Amnesia Artes Escénicas; o MEAT. Bitácora de un encierro. Al respecto, Valentina Durán, señala:
«El movimiento sindical internacional y nacional de principios de 1900 tuvo como principal herramienta de agitación al Teatro. Luego, surge el Teatro político y en Chile los Teatros universitarios y teatros mineros. Podemos mencionar “La pérgola de las flores” o “Los que van quedando en el camino” de Isidora Aguirre, “Grisú” de Heine Mix Toro, o “Mano de obra” de Diamela Eltit. Nosotros hace algunos años hicimos “Mano a mano” que trataba de un grupo de feriantes despojados de su espacio de trabajo por la instalación de una trasnacional.
Creo que las miradas pueden ser múltiples... y lo que han hecho las compañías mencionadas en este último tiempo da cuenta de que es un tema que sigue siendo fundamental en la sociedad y que tiene diferentes alcances y posicionamientos.
Hora de Colación pone el foco en la valoración humana, en el reconocimiento que merece todo trabajador y también toda persona. El poner en escena a una trabajadora del aseo es una metáfora de todo el trabajo invisibilizado, no valorado, de la precariedad laboral, de las malas remuneraciones, de lo injusta que es nuestra sociedad con personas que realizan quehaceres fundamentales y que, por más que se esfuercen, el sistema no los reconoce ni retribuye de la misma forma. También juega con el estatus. En una sociedad que se rige principalmente por lo económico se destacan otros valores como las relaciones interpersonales, las redes de apoyo o la capacidad de aprender y crear. También exhibe los vicios del sistema en donde el pensamiento crítico, el organizarse y accionar por derechos comunes puede ser desfavorable, versus una actitud sumisa, condescendiente e individualista puede dar beneficios personales, pero no derechos. En Hora de Colación mostramos también que hoy en día el Teatro es importante como un lugar de presencia y encuentro, ante un mundo digital que no distingue profundidades en medio de una masa de contenido».
Recientemente Hora de Colación tuvo dos funciones, luego de su estreno, en Artistas del Acero de Concepción. Teatrhoy espera seguir montando esta la obra para compartirla con el público más amplio posible.