[resumen.cl] El banquero de Guayaquil y Opus Dei, Guillermo Lasso, representante de los sectores más conservadores de la derecha ecuatoriana, se impuso en la segunda vuelta al candidato del correísmo Andrés Arauz, transformándose en el nuevo presidente electo de Ecuador que asumirá el próximo 24 de mayo.
Con el 96,84% de las mesas escrutadas, el representante del sector financiero y neoliberal, Guillermo Lasso, se impone como presidente electo de Ecuador con el 52,52% de los votos contra el 47,48% de Andrés Arauz, representante del correísmo. Cabe destacar que proceso dejó un impresionante 16% de votos nulos y un 15% de abstención.
Si bien se esperaba una elección estrecha, los resultados son gran medida sorpresivas y significan un revés para el impulso izquierdista que se estaba configurando en la región, instalando un dogmático del neoliberalismo en un momento clave para Ecuador, tanto en términos económicos como sanitarios. Con esto, el tablero geopolítico en la región sigue a la espera de saber si cargará al progresismo o se mantendrá con gobiernos neoliberales.
Si bien con 50 asambleístas la «revolución ciudadana» se convierte en el principal grupo del poder Legislativo, no es cantidad suficiente para hacer un contrapeso al Ejecutivo.
El proceso electoral
Arauz había triunfado durante la primera vuelta en febrero pasado con el 32,7% y tuvo que esperar algunos días para saber quién sería su rival, si el neoliberal Guillermo Lasso, o el representante del indigenista y ecologista Movimiento Pachakutik, Yaku Pérez.
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Finalmente fue Lasso quién logró pasar al balotaje por un muy estrecho margen. Ante esto Pérez no se cuadró con ninguno de los dos candidatos y llamó a votar nulo, sin embargo, hace unos días su compañera de lista como aspirante a vicepresidenta, Virna Cedeño hizo un llamado a votar por Lasso.
Más allá del llamado de Cedeño, es evidente ante los números que un grupo importante de los votantes de Pérez se volcaron Lasso, probablemente, como rechazo al correísmo quién bajo un paradigma extractivista petrolero, tuvo duros enfrentamientos con comunidades indígenas y activistas socioambientales, principalmente en el oriente del país.
Guillermo Lasso, el nuevo presidente
Lasso, un banquero de Guayaquil, llega al Palacio de Carondeletle en medio de la catástrofe económica y sanitaria de Lenín Moreno, quién aprovechándose del confinamiento endeudó al país de manera importante con el FMI, que ha traído como consecuencia un paquete de políticas neoliberales que incluso involucrarían una «privatización» del Banco Central.
Durante su discurso como ganador, agradeció a Dios por su triunfo y no a los votantes. Y es que en este sentido Lasso es parecido a Bolsonaro, un dogmático y fanático neoliberal, pero fundamentalista católico, del ultraconservador Opus Dei.
Su campaña estuvo marcada por una fuerte crítica al correísmo y con el fantasma de una eventual «venezualización» del país en caso de ganar Arauz, utilizando mucha propaganda en redes sociales y noticias falsas.