Violar la ley electoral siendo candidato-presidente, sacar del país a su vicepresidenta para no ceder su cargo para hacer campaña, expulsión del país a periodistas que lo criticaban, acusaciones de ser parte de una red de venta de cocaína en Europa a través de su empresa bananera, uso clientelar de fondos públicos, sobrepaso del gasto electoral legal, realización de cuatro cadenas nacionales al día para hacer campaña, bloqueo de veedores internacionales, declaración de estado de excepción a horas de las elecciones en ciudades que tienden a favorecer el voto de izquierda, reubicación de centros electorales sin aviso y la eventual presentación de actas sin firmas, son parte de los hechos que hacen que desde la candidatura de Luisa González desconozcan los resultados anunciados este domingo 13 de abril y piden reconteo de votos y abrir urnas en Ecuador.
«No reconocemos los resultados presentados por el CNE (Consejo Nacional Electoral)», expresó la candidata Luisa González en sus primeras declaraciones ante sus seguidores, congregados en Quito, la capital del país, que gritaban «fraude», «reconteo» y le decían «no estás sola». En la instancia, anunció inmediatamente que exigirán el reconteo de votos y apertura de urnas con observadores, cuestionando totalmente la validez democrática del proceso electoral.
Ecuador no es el país favorito de los medios de comunicación de los grupos empresariales cuando supuestamente pretenden estar preocupados por la democracia. La nación sudamericana sufre una degradación pocas veces vista en su rapidez y profundidad en términos de seguridad, derechos sociales, abastecimiento de energía y cortes de servicios, explosión del narcotráfico y crimen organizado, así como un deterioro de su institucionalidad en sí misma.
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El actual mandatario, el empresario bananero Daniel Noboa, integrante del clan familiar más millonario del país, busca la reelección con un escenario bastante desfavorable como el descrito. Por ello es que se le acusa de valerse de artimañas de su cargo para potenciar su figura en un proceso que sido cuestionado no solamente por la oposición, sino también por periodistas, abogados y organizaciones sociales, como la poderosa Confederación Nacional Indígena (CONAIE). Las denuncias comenzaron antes de la primera vuelta celebrada el pasado 09 de febrero, con acusaciones de manipulación de las elecciones y violación a la ley y a la constitución un grave listado.
Noboa funge como presidente-candidato, es decir, un mandatario que en el cargo pretende ser reelegido, algo habitual en muchos países para jefes de Estado o de Gobierno, pero que en la legislación ecuatoriana está prohibido, pues la norma establece de manera categórica que el presidente debe solicitar una «licencia reglamentaria», que cesa del cargo sin goce de sueldo para dedicarse a hacer campaña. En concreto, la Ley Orgánica Electoral y de Organizaciones Políticas de la República del Ecuador en su artículo 93 señala que:
«Las autoridades de elección popular que se postulen para un cargo diferente deberán renunciar al que desempeñan antes de presentar la solicitud de inscripción de su candidatura. Los dignatarios que opten por la reelección inmediata podrán hacer uso de licencia sin remuneración desde la inscripción de sus candidaturas hasta el día siguiente de las elecciones.»
Para evitarlo, Noboa suspendió a su vicepresidenta electa en el binomio que había ganado las pasadas elecciones, Verónica Abad, y la sacó del país para no cederle su cargo como mandatario.
Asimismo, no sólo se dedicó suprimir derechos y reprimir opositores, sino también a perseguir a los pocos periodistas independientes que cuestionan su gobierno (pues tiene a todos los medios de comunicación de grupos empresariales de Ecuador cuadrados con él y siendo parte de activa de su campaña). Los casos más llamativos son los de la periodista cubana Alondra González que fue expulsada del país por criticar a Noboa y de Andrés Durán, exiliado en Colombia tras ser expulsado por el gobierno y recibir una serie de amenazas luego de publicar un artículo en que denunciaba el intento de envío de media tonelada de cocaína en barcos de plátanos a través de Noboa Trading a puertos de Italia y Croacia para ser comercializada en Europa, involucrando directamente al presidente en una red de narcotráfico.
Desde el principal partido opositor, Revolución Ciudadana, acusan uso clientelar de fondos públicos, como un viaje a EEUU a reunirse con su principal referente, Donald Trump, para hacer campaña y tomarse una foto juntos y pese a que intentó hacerlo pasar como visita oficial, finalmente esto fue descartado. Asimismo, el bloque que sostiene la candidatura de Luisa González le acusa de sobrepasar los topes de gasto electoral (5 millones de dólares) y cuantifican que superaría los 600 millones, de ellos, la entrega de «bonos» haciendo campaña por de alrededor de 570 millones de dólares.
Las prácticas cuestionables eran tan abiertas, que incluso realizó cadenas nacionales en canales de televisión de propaganda electoral llegando a hacer cuatro veces al día. Además, para la jornada de la segunda vuelta bloqueó el ingreso de veedores internacionales.
El mísmo día domingo 13 de abril, cuando se celebró el balotaje, continuaron los hechos cuestionables. A escazas horas de las elecciones declaró estado de excepción en ocho ciudades, donde siete representan el grueso de la votación de Revolución Ciudada.
Además, se reubicaron 18 recintos electorales a última hora, sin previo aviso, dificultando el acceso al sufragio a miles de personas.
El CNE, blanco de muchas críticas por permitir que realice estas acciones sin consecuencias y que desde diversos sectores se acusa de estar controlado totalmente por el gobierno, a último minuto y sin dar mayor explicación restringió el voto en el exterior en algunos países, como Venezuela, donde en teoría habría mayor concentración de voto favorable a la izquierda.
No obstante, una de las acciones más oscuras habría sido que el CNE validó actas electorales sin firma, violando el articulo 127 del Código de la Democracia de Ecuador. Todas estas actas favorables a Noboa. Así fue denunciado en Twitter/X por el secretario general de Revolución Ciudadana y excandidato presidencial, Andrés Arauz:
Sin embargo, uno de los hechos más graves lo tienen las simples matemáticas. Luisa González en la primera vuelta obtuvo un total de 4 510 860 votos y para la segunda vuelta, pese ha haber sumado el apoyo del histórico partido Centro Democrático, el Partido Socialista y sobre todo, de Pachakutik, brazo político de la CONAIE, Leonidas Iza, tercero el pasado febrero con más del 5% de los votos. Aún así, misteriosamente, en el balotaje González habría obtenido 4 570 057, es decir, prácticamente no se movió e incluso en algunas provincias disminuyó su votación inicial.
Finalmente, desde la primera vuelta, casi todas las predicciones daban por ganadora a la candidata de la Revolución Ciudadana. 11 encuestas se inclinaban a favor de González,incluso una de Noboa, y otras menos aseguraban continuidad del gobierno, pero todas por margen muy cercano en un escenario peleado. El domingo se realizaron dos «exit poll», es decir, «a boca de urna», con triunfo para cada uno, pero con 2% de diferencia. Ninguna predicción indicaba un triunfo de más del 10%.
También se sumó a los cuestionamientos el expresidente Rafael Correa. «Todos saben que estos resultados son imposibles. Sacamos el mismo 44 % de la primera vuelta. Estos mafiosos hubiesen podido disimular un poquito más», escribió en su cuenta en Twitter/X.
Por ello es que desde la candidatura de González exigen un reconteo de votos y abrir urnas para apelar la decisión del CNE, organismo que insiste en que todo se desarrolló con normalidad. Así, Ecuador sigue su proceso de deterioro democrático y profundización de la crisis institucional.