Trabajadoras/es del Programa de Prevención en Violencia contra las Mujeres (PVM) del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernamEG) plantearon un petitorio a su Ministerio, criticando precarización laboral, inestabilidad contractual y la falta de acciones para erradicar la violencia institucional en sus espacios de trabajo.
Por J. Arroyo Olea
El pasado 25 de noviembre, en el marco de la conmemoración del Día Internacional por la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres, trabajadoras y trabajadores de diferentes dispositivos de la Unidad del Programa de Prevención en Violencia contra las Mujeres, que forma parte del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernamEG), hicieron público un petitorio dando a conocer diversas dificultades que han tenido en el ejercicio de sus funciones.
Estos dispositivos son aquellos donde se trabaja «directamente en la prevención, atención, protección y reparación de las violencias de género que viven miles de mujeres en su diversidad, esto en coherencia con uno de los objetivos estratégicos que tiene el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género», plantean en una misiva entregada el 26 de noviembre al Ejecutivo. Sin embargo, pese al rol que cumplen las y los trabajadores, son «quienes nos vemos envueltas en situaciones de violencia institucional de manera sistemática».
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Tras más de una semana, vocerías de los dispositivos confirmaron a RESUMEN que este martes sostendrían reunión con la ministra Antonia Orellana Guarello, instancia en la que se debería abordar las situaciones planteadas por las y los trabajadores, quienes enfatizan en que «nuestro petitorio considera demandas históricas de las trabajadoras y trabajadores de los programas que intervienen en violencia de género, las que dividimos en Demandas referidas a condiciones laborales, y Demandas referidas a condiciones Contractuales y Salariales».
Asimismo, las y los trabajadores plantearon que «sumado a estas demandas, señalamos un punto importante en relación al proceso de Rediseño Programático impulsado por el Ministerio este año, y que ha significado una serie de nudos críticos en el trabajo que desarrollamos con la diversidad de mujeres que viven violencias de género a nivel nacional. Fue un rediseño realizado a puertas cerradas, que no consideró un aumento presupuestario, y que no incorpora las realidades territoriales, por lo que ha precarizado aún más nuestro trabajo y complejizando el acceso de las mujeres a una atención integral, generando largas listas de espera para la atención, y esto es muy relevante, ya que trabajamos con mujeres que se encuentran en riesgo grave o vital».
Pese a que las problemáticas han estado presentes bajo la actual administración, desde las y los trabajadores exponen que «la precarización, inestabilidad y desprotección laboral que vivimos las trabajadoras y trabajadores de los dispositivos que intervienen con violencia de género es histórica», lo que ha significado una serie de movilizaciones en los gobiernos de Bachelet, Piñera y, ahora, Boric.
Desde los representantes de las unidades que suscribieron al petitorio indicaron que la reunión a desarrollar este marte sería clave para determinar los pasos a seguir, ante lo cual «desde las bases del movimiento hay intención de paralizar los dispositivos en caso de no obtener soluciones a nuestras demandas».
En esta línea, explican que «el Ministerio debe ser consecuente con su misión y sus objetivos estratégicos, no se puede combatir la violencia de género, si desde la misma institución se violenta a sus trabajadoras y trabajadores, partiendo de nuestra calidad contractual que permite que se generen muchas vulneraciones y situaciones de violencia dentro de nuestros lugares de trabajo, porque nos consideran trabajadoras y trabajadores independientes, supuestamente no dependemos ni de SernamEG, ni del ejecutor, pero en términos reales, esto no es así, somos funcionarias y funcionarios públicos no reconocides, y ese el punto de partida de las pésimas condiciones laborales a las que nos vemos expuestas/as. No garantizan nuestros derechos y la violencia de género está presente en nuestros espacios, que debieran ser espacios libres de violencia, pero se reproduce de forma estructural, es violencia institucional».
Lee el petitorio completo haciendo clic acá.
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Fotografía principal: Redes sociales de SernamEG