En el viaje de Xi jinping a Moscú, en la despida con Vladimir Putin, manifestó una frase rotunda: «estamos viendo cambios que no hemos visto en 100 años», apuntando a uno de los acuerdos firmados entre China y Rusia por aquellos días, poner fin a las transacciones en dólar y utilizar el yuan o el rublo para reemplazarlo.
Por Joaquín Pérez
En pocos días, importantes economías anunciaron la misma medida, como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Brasil y la última de ellas, Argentina. El fin de la hegemonía del dólar, como moneda internacional de referencia, sin duda aún está lejos, pero los signos del inicio del fin de su hegemonía ya están claros. Ahora sólo es cuestión de tiempo para ver sus efectos en el mundo.
Billones de dólares estadounidenses inevitablemente volverán a Estados Unidos, disminuyendo el poder adquisitivo de esta moneda a nivel internacional. Su papel como moneda de reserva global ha comenzado a erosionarse. Esto ya se puede apreciar en la participación de la divisa como reserva para las naciones del mundo, que han salido a la búsqueda del oro y otros metales, ante el temor con que ven el futuro de la moneda estadounidense.
Te puede interesar: Triunfo de la diplomacia china: Concluye intercambio de casi 900 prisioneros en Yemen
En 2001, el 73% de todas las reservas mundiales estaban en dólares. Veinte años después, el porcentaje bajó hasta el 55%; sin embargo, sólo entre 2021 y 2022, este porcentaje disminuyó hasta el 47%. El último año, la caída de las reservas en dólares fue 10 veces más rápida que el promedio anual de los últimos 20 años. Hay quienes proyectan que a fines del 2024, las reservas en dólares solamente llegarán al 30%.
Uno de los hechos que más ha afectado que los países resguarden sus reservas en dólares, son las políticas adoptadas por Estados Unidos contra Irán, Venezuela y principalmente Rusia, tras la invasión a Ucrania. Esto implicó congelar sus activos internacionales. Hoy nadie quiere correr ese riesgo de sanciones unilaterales por parte de EEUU.
Países como Rusia ya comenzaron a utilizar en su intercambio comercial el rublo o en su efecto la moneda local de otras economías tan poderosas como la India. Esto se ha visto avalado por la creación por parte de China de un sistema de mensajería financiera, denominado Sistema de Pago Interbancario Transfronterizo (CIPS), paralelo al único existente hasta el momento, el sistema SWIFT, dominado por Estados Unidos y bancos occidentales.
Pero esto ya no sólo ocurre en Asia, donde la influencia de la economía China es más relevante. Hace unas semanas, la China CNOOC y la francesa Total Energies firmaron la primera compra de gas licuado (GNL) en yuanes, a través de la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái. Todo ello tras la visita de Macron a China.
Hace unas semanas el Banco Bocom (BBM) se convirtió en el primer banco latinoamericano en registrarse en la alternativa china CIPS. También se ha anunciado estos días que el comercio bilateral de Rusia y Bolivia ahora admite acuerdos en pesos bolivianos, todo ello en el contexto de potentes inversiones rusas en el litio boliviano.