Este jueves, tras el nuevo acuerdo entre cuatro paredes de los partidos políticos, con el objetivo de modificar la nueva Constitución incluso antes de ser votada, la presidenta del Partido Socialista de Chile, Paulina Vodanovic, señaló, respondiendo las críticas a este acuerdo de parte de Daniel Jadue: «yo le pediría al alcalde Jadue, recordando al Rey de España, que se quede callado, que nos deje seguir trabajando democráticamente".
Por Joaquín Pérez
Resulta paradójico que la presidenta de un partido que se fundó en una línea del antiimperialismo y el nacionalismo latinoamericano, cuya bandera recoge un mapa de Sudamérica con un hacha de guerra de los pueblos originarios de nuestro continente, tenga hoy como referente a un personaje que no está tras las rejas en su país, sólo porque España sigue siendo una monarquía, como lo dispuso el dictador Francisco Franco, por los reiterados escándalos de corrupción en los que se ha visto envuelto Juan Carlos, su familia y sus amantes.
Juan Carlos es un ser despreciado hasta en su propia familia, resulta un ser incómodo hasta para la derecha española, los socialistas en el gobierno actualmente en España, se ven obligados a defenderlo por cuestiones de Estado, pero jamás osarían, como sí lo hace la presidenta del Partido Socialista de Chile, a citarlo como si este personajillo fuera referente de algo.
La imagen de Juan Carlos de España está asociada en el mundo al despilfarro de los dineros públicos del Estado español, en amantes, cazando elefantes y animales en peligro de extinción en safaris en África, a su estrecha amistas con las monarquías Árabes involucradas que sostienen regímenes de explotación y sumisión a las mujeres, a su vínculo a las empresas españolas que desembarcaron en Latinoamérica y que a punta de corrupción se apoderaron de sectores estratégicos de nuestras economías.
Las palabras de Paulina Vodanovic, sin embargo, no sorprenden a nadie, el papel de los convencionales socialistas en la construcción del proyecto constitucional fue en todo momento de alianza con los sectores de la extrema derecha y el pinochetismo. La postura de los socialistas fue tan escandalosa que votaron en contra de la nacionalización del cobre, conquista histórica del gobierno de Allende, que el propio Pinochet mantuvo en la Constitución de 1980.
Hoy el PS lidera el gobierno en Chile a pesar de no ser los elegidos por el pueblo, en las carteras que ellos administran están enquistados los poderes facticos de este país. Los empresarios celebraron el nombramiento de Marcel como ministro de Hacienda, como la embajada norteamericana celebró el nombramiento de Antonia Urrejola en la Cancillería. El corrupto negocio inmobiliario hizo lo mismo con el nombramiento de Montes en Vivienda.
Por eso no son de extrañar las palabras de Paulina Vodanovic, actual presidenta del PS y exsubsecretaria de FFAA durante el gobierno de Bachelet, hay que recordar que cuando estuvo en aquel cargo, se hizo conocida en nuestra zona, por negar el traspaso del Monumento Histórico y Sitio de Memoria El Morro en Talcahuano a sus sobrevivientes.