Rolando Cantero Acuña, Francisco en su hogar natal de Angol, llega a estudiar pedagogía en inglés a la UdeC. No se le dio el idioma y se cambió a Castellano. Nos conocimos siendo estudiantes de la Escuela de educación y compartimos con la generación de los 60 un periodo intenso de cultura, de debate, de escuelas de verano, terremoto incluido. La vida estudiantil tenía doble vía, por un lado la pedagogía y por otro el hogar estudiantil.
Olimpia Riveros Ravelo / resumen.cl
Como estudiantes se formaban grupos de estudio. Rolando era el que se daba el trabajo de mecanografiar documentos con papel de calco para compartir; era el tiempo sin fotocopias y de libros escasos.
Fumador impenitente, ave nocturna, trasnochaba tipeando esos apuntes que después circulaban en el curso.y que le hacían llegar tarde a las primeras clases de la mañana. Ajedrecista también. En el último año de la U consiguió unas horas de clases en Tomé iniciando así su quehacer docente. Más tarde tuvo horas en el Colegio San Agustín y en el Liceo Lorenzo Arenas recién creado donde siguió el ejercicio de la docencia por largos años, con la excepción del 87, 88 y 89, años de exonerado, como tantos otros que fuimos integrantes de la Asociación Gremial de educadores de Chile, AGECH.
Se interesó por las grabaciones a partir del acercamiento a la radio de la Universidad de Concepción, donde yo trabajaba como locutora junto con mis horas de clase en el mismo liceo. Como matrimonio y teniendo la misma formación académica formamos un buen equipo profesional que proporcionaba a nuestros alumnos audiciones de lujo con voces de Roberto Parada, Julio Cortázar, José María Arguedas, entre otros. La presencia de TUC, Teatro de la Universidad de Concepción marcó también el interés por emplear el teatro como herramienta educativa. Fueron varios los montajes de obras teatrales realizados a pulso con gran esfuerzo con los alumnos del Liceo N° 3, como se llamaba en la época. Era el tiempo de la plena autonomía profesional.
De pronto empezó a interesarse por la fotografía, en blanco y negro todavía. Se hizo de máquinas de buena marca y montó en la casa un cuarto oscuro para revelar. Ese ejercicio fotográfico fue preparatorio para el tiempo de los videos en dictadura. Se definía a sí mismo en esa época como «independiente de izquierda» y en esa condición ambos eramos allendistas, aunque yo milité en el PC y él lo hizo también años más tarde.
El tiempo de la Unidad Popular lo vivimos a concho. Rolando fue dirigente de la JAP del sector, donde todo se hizo de manera ordenada y correcta. Vivimos el golpe, allanamientos, lo despidieron del Colegio San Agustín y a mi de la Universidad. Quedamos relegados al Liceo de Lorenzo Arenas. donde existía un Comité de Unidad Popular. Curiosamente el régimen militar no despidió profesores en ese liceo y es más envió allí como castigo nada menos que a Estanislao Montoya, destacado profesor de HistorIa que venía saliendo de la prisión en la Quiriquina y que había sido gobernador en Talcahuano. Se conformó así un equipo formidable que inició el trabajo de recomposición del gremio docente tras la aniquilación del SUTE, Sindicato Único de Trabajadores de la Educación.
Nace la AGECH. Organización democrática que elije su directiva en contraste con los dirigentes designados del Colegio de Profesores.
Rolando se hace dirigente Provincial y se encarga junto con José Ortiz de la Comisión de Comunicaciones. Ortiz sacaba los folletos, cuadernillos y escritos en general y Rolando aporta con la fotografía. Por medio de la AGECH nacional logra vínculos con los maestros de Canadá, quienes dan el visto bueno y financian el proyecto de CETEA.
Rolando dirige el grupo que tuvo varios integrantes, Arnoldo Palma. Brenda Bustos. Washington Aguillon. Ya eran los 80 y la lucha antidictatorial iba in crecendo. Y los registros eran cosa de cada día, siempre había algo digno de ser registrado, protesta, marcha, funeral, ayuno. Se acumuló una gran cantidad de material que había que editar. La Agech en su local de Anibal Pinto 343 era un centro de reuniones de todo tipo de organizaciones antidictadura. y casi todos recuerdan a Rolando tras una cámara dejando testimonio.
La Agech se cierra el año 87. Al no tener local donde poner a funcionar CETEA, la señora Inés Godoy, le cede un espacio en el segundo piso de la Funeraria La Paz, donde funcionó hasta el 90 .
Una parte importante de su trabajo se perdió tempranamente pues solía facilitar grabaciones, que no siempre le eran devueltas. Por ello después se negaba a prestar. Le sugerimos que cediera todo al Colegio de Profesores ya democratizado pero se negó. Estaba, y con razón, muy orgulloso de lo logrado.
Una enorme cantidad de cajas con videos grabados en sistema VHS viajaron con él hasta Angol cuando ya jubilado se radica allá por algún tiempo. No se pudieron salvar todas, La mala calidad del espacio, la humedad, el polvo, su vista deficiente por un glaucoma agravado por la diabetes hicieron lo suyo.
Es gracias al compañero Carlos Pinto que se logra digitalizar las grabaciones que hoy circulan y que no siempre señalan la autoría de Rolando. Falta aun hacer el catálogo ordenado por fechas y revalorar las grabaciones y el coraje y la decisión de haber emprendido esa tarea en una época en que el camarógrafo Rolando Cantero, comprometía su vida en cada salida.
Ahora que él ya ha partido surgen reconocimientos diversos y homenajes. Concepción se hizo visible, la lucha penquista se hizo visible gracias a Rolando Cantero Acuña, profesor consecuente.
En la foto, Rolando Cantero graba protesta de docentes exonerados de Concepción. 1987. Gentileza de equipo de investigación de Memorias de un Pizarrón: Reivindicando la AGECH. Provincia de Concepción 1981-1987