“Sabés que tu hermana está choreando” revela un audio filtrado enviado por un alto funcionario del gobierno ultraderechista de argentina hacia Javier Milei. Y es que su hermana, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y a quién el presidente llama “el jefe”, es uno de los nombres mencionados en el escándalo desatado en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), tras la difusión de audios en los que se habla de sobreprecios en medicamentos y comisiones mensuales de entre 800.000 y un millón de dólares. Los hechos ocurren días después que el presidente vetara una serie de ayudas y pensiones para personas con discapacidad.
A Eduardo Lule Menem, mano derecha de Karina, se le señala en esas audios filtrados como gestor y principal beneficiario de las presuntas maniobras corruptas. En estos habla Diego Spagnuolo, hasta ahora interventor de la Andis y ahora despedido por Milei, quien asegura que habló con el presidente para advertirle de que en la agencia se robaba de forma consistente mediante sobreprecios en los medicamentos acordados con la farmacéutica Suiza Argentina y que ese dinero de la corrupción llegaba hasta su hermana Karina.
Spagnuolo es uno de los cinco imputados por el momento en la causa que investiga los presuntos sobornos, por cargos de cohecho, administración fraudulenta y violaciones a la ética pública. El juez federal Sebastián Casanello les ha prohibido la salida del país como medida cautelar mientras prosiguen las pesquisas.
El jefe de Gabinete argentino, Guillermo Francos, intentó calmar la situación el fin de semana, limitándose a decir que el presidente está “tranquilo” ante el escándalo. Y sugirió que la denuncia responde a una persecución política en el marco de la campaña electoral.
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En medio de la convulsión, un video de una entrevista de 2024 al jefe de Estado se replica incesantemente en las redes sociales: “Si encuentro a alguien con la manos en la lata no tengo ningún problema en ponerle un cañonazo en la cabeza. Un esquema persa: te agarro robando y te corto la mano. Yo tomé un compromiso con los argentinos. Yo soy un outsider, no me siento parte de los políticos, me siento parte de los argentinos”. Esa narrativa estalló y ahora vuela en pedazos, porque la combinación de hechos no puede ser peor para la Casa Rosada.
Karina Milei recién este domingo rompió el silencio durante una “Jornada de Formación de Fiscales” en la provincia de Buenos Aires, y envió un mensaje a la oposición: “Estamos dispuestos a dar la batalla, a ir a fiscalizar para que no nos roben más”.
Cabe recordar que a principios de este mes, el presidente Milei vetó el proyecto de ley despachado por el Congreso a inicios de julio que implicaba un aumento del 7,2% de las jubilaciones, así como la medida que establecía una pensión para personas con discapacidad, esto argumentando que implicaría un riesgo de una «bancarrota fiscal».
La Justicia ordenó el jueves el allanamiento de las sedes de Andis y de la farmacéutica Suizo Argentina, y la policía confiscó cientos de miles de dólares, máquinas de contar billetes y una serie de teléfonos móviles. Javier Milei se encuentra en la posición más incómoda que se recuerda desde que llegó al poder.
El Gobierno argentino parece “a la deriva”, incluso señaló el muy derechista diario Clarín, una equivalente a El Mercurio en argentina, “Decidió sacarse de encima a quien era su amigo. Sin brindar ni una explicación sobre el escándalo”.
Asimismo, uno de los debates más intensos de las últimas semanas fue el de la falta de financiación del sistema nacional de discapacidad, con usuarios y familias contando en los medios las penurias que atraviesan porque el Estado no actualiza desde 2023 la cantidad de dinero a pagar a las personas e instituciones responsables de atender a personas con discapacidad. Ante esto, el Gobierno trasandino respondió con su frase sobreideologizada de “déficit cero”, aunque el dinero necesario para solucionar esa situación es son apenas 30 millones de dólares, lo que no pondrían en peligro la regla de no gastar más de lo que se tiene.