Lo ocurrido estos últimos días en la ciudad de Avdiivka, en la autoproclamada República Popular del Donetsk, es un desastre de proporciones mayores para Ucrania y la OTAN, en la guerra que estos países libran contra Rusia desde hace ya dos años en el Donbás, pero cuyas hostilidades habían comenzado ya en 2014.
Por Joaquín Pérez
A partir de la derrota de la ofensiva ucraniana de junio-octubre de 2023 y la estabilización de la guerra en un largo frente de combate, al estilo de guerras de trincheras, las fuerzas rusas habían comenzado a tomar la iniciativa, a través de acciones militares en el frente a partir de diciembre 2023, sin embargo desde ese momento y hasta la fecha, las victorias rusas no pasaban de pequeños avances tácticos, mejora de posiciones y toma de algunas localidades pequeñas.
Sin embargo era muy notorio que estas pequeñas victorias tácticas rusas, se repetían incesantemente a lo largo de todo el frente de guerra, momentos en que el apoyo militar europeo y estadounidense a Ucrania comenzaba a escasear, tanto por cuestiones de carácter logístico como político.
Los rusos comenzaron concentrar fuerzas en torno a la ciudad de Avdiivka ya a fines de diciembre del 2023, y el propio mandatario ucraniano Volodímir Zelensky visitó la ciudad de Avdiivka como apoyo moral a sus tropas, dándole un carácter estratégico a la batalla que se daba en torno a esta ciudad.
A inicios de esta semana, las fuerzas rusas realizaron importantes avances franqueando la ciudad tanto por el sur como por el norte, ingresando a la urbe en sectores claves para avanzar en un control de las vías de acceso a la ciudad, cuestión que lograron en forma definitiva el día jueves 15 de febrero.
El jueves las fuerzas militares rusas tomaron control operativo de la ciudad, y los propios medios occidentales ya reconocían esta derrota estratégica el día de ayer. Si bien aún hay bolsones de tropas ucranianas, entre 6 mil y 8 mil efectivos, rodeados por tropas rusas, con escasas posibilidades de escape y ya sin apoyo alguno desde Ucrania. Esto debido a que las fuerzas enviadas para su rescate, los neonazis del batallón de asalto Azov, huyeron abandonando a las fuerzas a las cuales supuestamente fueron a apoyar. Hoy esas fuerzas solo pueden intentar escapes desesperados con muy bajas posibilidades de sobrevivencia o rendirse al ejército ruso.
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Esta derrota militar, asienta un fuerte golpe a la moral de las tropas ucranianas. En las actuales condiciones es evidente la derrota militar de las fuerzas ucranianas y de la OTAN. Los rusos concentran tropas para futuros asaltos que rompan el frente ucraniano, se espera una ofensiva rusa sobre Zaporiya las próximas semanas. Hoy a la OTAN solo le queda un esfuerzo por prolongar la guerra, pero ello implica el involucramiento de fuerzas militares de la propia OTAN en territorio ucraniano como ya lo han manifestado los británicos y ante lo cual contarían con apoyo principalmente polaco y países bálticos.
La idea de los británicos es ocupar fuerzas de la OTAN a la custodia de la frontera con Bielorusia y en el occidente de país, para liberar a todas las fuerzas ucranianas y enviarlas al frente de combate para intentar detener una debacle del frente ucraniano y una inminente ofensiva rusa.
El involucramiento directo de fuerzas de la OTAN, aunque fuera en la retaguardia en Ucrania, significaría un peligroso escalamiento del conflicto hacia su internacionalización y extensión en el tiempo.
Foto principal: Imagen referencial de archivo. Tropas rusas en Ucrania en en Novoaidar, marzo 2022. Créditos: Wikimedia Commons.