El presidente de Bolivia, Luis Arce, remplazó a la noche de este martes al alto mando de las Fuerzas Armadas en medio de un nuevo conflicto en Santa Cruz (lideradas por el gobernador, excandidato presidencial e impulsor del golpe de Estado de 2019, Luis Fernando Camacho), señalando que «Bolivia se encuentra nuevamente amenazada por aquellos que incapaces de aportar a la democracia».
Por Alejandro Baeza
El presidente Luis Arce cambió al alto de las Fuerzas Armadas de Bolivia y alertó que existiría de nuevo "una estrategia para reeditar el golpe de Estado de 2019" y recordó a los nuevos jefes del Ejército de que tienen la obligación legal de proteger al pueblo y al Gobierno salido de las urnas.
"Es su deber resguardar la paz y orden con apego estricto a la Constitución. Hoy Bolivia se encuentra nuevamente amenazada por aquellos que incapaces de aportar a la democracia, apuestan por la confrontación y la violencia", añadió.
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Se trataría de Hugo Arandia López, como nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas; Gonzalo Vigabriel Sánchez, como jefe del Estado Mayor; Marcelo Zegarra Gutiérrez para la Fuerza Aérea; Juan Arnez Salvador para Naval; y Juan José Zúñiga como jefe del Ejército.
El conflicto se produce en medio de nuevas protestas en Santa Cruz, algo que suele ocurrir habitualmente. Esta vez son lideradas por el gobernador, Luis Fernando Camacho, quien fuera candidato presidencial de la derecha y uno de los impulsores del golpe de Estado de 2019, quien pretende realizar un censo propio en la conservadora zona caracterizada por su habitual rechazo a los gobiernos progresistas.
"Se está primando el capricho de una persona (...). Tenemos imágenes del contenido extremo de la violencia, es momento de dejar la violencia e ir al diálogo, quieren incendiar el país", denunció el Ministro Eduardo del Castillo tras los últimos episodios de protestas.