Faride Zerán, cobertura del conflicto en Gaza y formación periodística: "Si no sabe de historia, de filosofía y no tiene formación ética, se vuelve en un relacionador público del poder"

Son tres semanas de iniciada la ofensiva del Estado de Israel contra Gaza. Tres semanas en las que el mundo, sin intervenir, ha presenciado la matanza de hombres, mujeres y niños en hospitales, casas y acopios de insumos básicos. Ante esta crisis humanitaria, no sólo suministros como el agua y la electricidad han sido cortados por las fuerzas israelíes, sino que también el acceso a la información. Frente a dicho cerco mediático, la configuración del mensaje en occidente ha invisibilizado al pueblo palestino y los 75 años de violaciones a sus DDHH.

Por Juan Contreras Jara

La agenda de los medios se ha volcado sin duda al conflicto en Gaza en las últimas semanas ¿pero, su cobertura se ha apegado al enfoque ético y de derechos humanos enseñado en las escuelas de periodismo?

Medios escritos, televisivos y radiales han reproducido, sin cuestionamientos, fake news o la versión que plantea la autodefensa del Estado de Israel contra Hamás, ocultando la masacre que ha dejado la ofensiva sionista sobre Gaza, es decir, omitiendo información trascendental que no será parte del mensaje absorbido como verdad por el conjunto de la sociedad. 

Además de pasar por alto la premisa que apunta a que la realización del ejercicio periodístico debe hacerse desde una perspectiva de derechos (primer semestre de periodismo), los grandes medios se han comportado como meros amplificadores del discurso oficial, emanado tanto desde las embajadas de Israel -como el caso de Chile-, como desde la comunidad internacional, dejando de lado el rol crítico y cuestionador del periodismo, lo que reduce dicha práctica a la categoría de relaciones públicas.

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El choque entre la direccionalidad de los grandes medios de comunicación y la formación académica volcada al periodismo institucional o de relaciones públicas, puede ser una verdadera camisa de fuerza, confirma la destacada periodista Faride Zerán, al momento de abordar conflictos humanitarios como el que asola Gaza.

Faride Zerán, expresidenta del Consejo Nacional de Televisión y actual profesora titular de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, conversó con Resumen acerca del tratamiento informativo de la situación en Gaza y cómo, la reproducción de dicho mensaje, ha servido para la desinformación, la confusión y, lo peor, la invisibilización de la situación en Palestina y los 75 años de violencia y ocupación en su contra.

Como parte de la comunidad Palestina en Chile ¿Cómo te ha impactado el recrudecimiento de la violencia en Gaza y cuán lejos crees que está su cobertura mediática de la perspectiva de derechos? 

Lo que está ocurriendo hoy día en Gaza, en los territorios ocupados, no solamente es una catástrofe humanitaria, sino también es el reflejo de la derrota absoluta de la política. Hay que pensar que, durante 75 años de existencia, desde la ocupación palestina por parte de Israel, pese a más de 90 resoluciones de Naciones Unidas, y justamente en la perspectiva de la paz que implica la existencia de estos estados, todo eso se ha hecho trizas. Actualmente, lo que manda es la guerra y la guerra brutal. Una guerra totalmente asimétrica entre un Estado que tiene uno de los ejércitos mejor dotados y más armados del mundo, versus un pueblo ocupado que no tiene ejército y la resistencia surge de manera no orgánica, de manera dispersa, con distintos grupos. A lo que estamos asistiendo hoy día, en el siglo XXI, es algo que nunca nos imaginamos que podía ocurrir como a comienzos del siglo XX, con las masacres, con el holocausto, con la brutalidad de los campos de exterminio.

Hoy vemos que Gaza es un gran campo de exterminio. Se ha dicho que Gaza, con sus dos millones trescientos mil habitantes, ubicados en 270 kilómetros cuadrados, es la cárcel a cielo abierto más grande del mundo. Yo digo que, además, es la fosa común más grande del mundo, porque los bombardeos incesantes no dan tregua.

Lo grave de todo este horror y este genocidio, es que no tiene la cobertura que se esperaría por la dimensión de lo que está ocurriendo. Uno supone que el periodismo tiene una impronta fundamental en relación al respeto a los derechos humanos, a la democracia, a la dignidad del otro y a la paz. En Chile, las cartas de ética del Colegio de Periodistas, hablan en su artículo primero que el periodismo está al servicio de los derechos humanos. Sin embargo, hoy día vemos un cerco mediático muy brutal, dado por las grandes agencias informativas.

Estamos viendo un cerco mediático. Por ejemplo, el martes hubo una arremetida brutal en Gaza, murieron más de cuatrocientas personas. En el país, más de un millón de su población son mujeres y niños, y eso no salió de ninguna parte, no le importó a nadie. En la arremetida de anteanoche, murió en medio del bombardeo, Heba Abu Nada, una escritora, una poeta palestina de solo 32 años, con libros publicados, con reconocimientos internacionales a su obra. Alcanzó a escribir sus últimos versos: "La noche en la ciudad queda oscura, excepto por el brillo de los misiles. Silenciosa, excepto por el sonido del bombardeo" (Heba Abu Nada, 1991 – 23 de octubre de 2023, Gaza). Fue asesinada en medio del bombardeo israelí sobre Gaza. Entonces, ésas son cosas que sin duda impactan, son brutales. Y a eso no se le está entregando cobertura.

¿Cómo evalúas la actuación de los representantes del Estado de Israel en el país y el discurso que buscan propagar?

El embajador de Israel en Chile ha sido tan desatinado que fue convocado a la Cancillería justamente por sus reiteradas declaraciones y exabruptos, o sea ir a La Moneda, a una entrevista con el ministro del Interior subrogante, con el subsecretario del Exterior, para conversar y luego hablar de la situación del Estado de Israel y la guerra, sin duda, es un desatino. Él ha tenido otras apariciones bastante poco afortunadas, insultando a la gente a través de las redes sociales, descreditando, mintiendo. Yo diría que los distintos embajadores del Estado de Israel de los últimos tiempos han sido bastante poco empáticos, y han sido bastante desubicados en una serie de aspectos.

Siendo yo vicerrectora de la Extensión de Comunicaciones de la Universidad de Chile, además de una persona reconocida en el apoyo a la lucha del pueblo palestino, emití distintas declaraciones sobre el tema a lo largo de los ocho años que estuve en la vicerrectoría. En base a esa oportunidad, el embajador de Israel de ese momento fue a reclamar a la universidad por mis dichos, señalados en función de periodista, de mi derecho a la libertad de expresión y de ser una persona de origen palestino. Eso me indica que hay un cerco, lo que me parece grave. El rol de la embajada de Israel, y de su embajador, ha sido bastante lamentable.

– Considerando que en Chile está radicada una de las colonias palestina más numerosa del mundo ¿Qué rol crees que le cabe en estos momentos?

En general, ha tenido un rol activo en los organismos que representa. He visto, además, como se están movilizando estudiantes de origen palestino, la propia embajada, toda la comunidad palestina organizada, como tal, es bastante activa. Es decir, hay un movimiento, sólo que no aparece mucho en ningún lado, porque ese cerco mediático que vemos a nivel internacional, lo vemos también aquí.

Resulta frustrante que no se le dé la cobertura a un hecho tan relevante, por un lado, considerando que aquí se encuentra la colonia palestina más grande del mundo fuera de Medio Oriente y por otro, porque es una noticia de impacto mundial lo que está ocurriendo en Gaza. Se está perpetrando una masacre en pleno siglo XXI y el periodismo tiene un rol, no solamente de informar, sino también de alarmar a la población frente a lo que está ocurriendo. No para tomar partido, sino para efectivamente exigir la paz ¿Cómo es posible que se siga hablando de bombardeos en las masacres y no se esté hablando de negociación de paz?

– Cuando estudiamos periodismo se nos plantea, por una parte, que nuestra labor debe estar fundada bajo la perspectiva de los derechos humanos, y por otra, que debe contener un sentido de fiscalización del poder ¿Cuál es tu evaluación de la cobertura mediática de la violencia que se vive en Gaza y cómo se invisibiliza a la población palestina bajo el discurso de enfrentamiento entre Israel y Hamás?

Acá hay un tema que es bastante cuestionable. Cuando se habla de la guerra entre Israel y Hamás. No es la guerra entre Israel y Hamás, es la guerra entre Israel y el territorio y el pueblo palestino. Es la guerra entre una potencia ocupante y un pueblo ocupado, ése es el titular.

Hablar de la guerra Hamás-Israel me parece que es reducir y es jugar con una serie de estereotipos que están instalados en la opinión pública, donde Hamás es asimilable, o lo musulmán, o el islam es asimilable al terrorismo, a lo que dijo el propio Benjamín Netanyahu en algún minuto:  Netanyahu habló de animales humanos, o sea, deshumanizar al otro. Y ahí el lenguaje, los términos que utilizamos para nombrar la guerra, para nombrar lo que está pasando es muy importante, porque va construyendo determinadas figuras y realidades.

Hoy en día no se habla de la masacre del pueblo palestino, ni de la masacre de cientos de miles de niños que están siendo asesinados bajo el asedio brutal y constante. La noticia que abre la cobertura de los medios, habla de que todavía no comienza la arremetida terrestre, cuando la ofensiva terrestre va  a ser para barrer los escombros, para barrer los cadáveres que ya están. Me sorprende a mí que los medios, que el periodismo no enfrente esa falacia, de hablar de que la expectación por la ofensiva terrestre está arrasando con todo. La invasión terrestre va a ser, insisto, para tapar esa gran fosa común, que son miles de personas que están siendo bombardeadas y asesinadas.

– ¿De qué manera el tratamiento de los medios de comunicación invisibiliza la situación Palestina y reconfigura la percepción que se tiene de lo que ocurre en la agenda pública?

Es algo que hemos visto a lo largo de todos estos años de conflictos. Esto que sucede hoy día, no es nuevo. Es más evidente, es más escandaloso, porque la masacre no tiene parangón. Porque esta es la mayor masacre que se ha perpetrado nunca en contra del pueblo palestino. Es un genocidio que se ha venido arrastrando y produciendo de manera sistemática a lo largo de estas décadas  y que ha ido cobrando vidas inocentes de civiles, de mujeres, de niños y que también ha sido invisibilizado y no se le ha dado la cobertura que corresponde.

Esto no partió hoy día, partió hace 75 años. Pero han ocurrido estos crímenes, estas muertes, estos asesinatos, este genocidio, esta limpieza étnica en contra del pueblo palestino. Eso es brutal y es escandaloso, y evidentemente que la asimetría del horror que se está perpetrando esta gran masacre, y el lenguaje que se está utilizando, cómo se está ocultando esa dimensión brutal, es lo que nos horroriza y nos llama a cuestionar la manera en que los grandes medios no están dando cuenta del horror. Y uno piensa ¿Cómo habrán cubierto los medios del mundo el holocausto? ¿Cómo habrán cubierto el crimen en contra de millones de judíos? Y uno dice, tal vez de la misma manera que lo que está ocurriendo hoy día, invisibilizándolos.

– Hoy por hoy, las mallas curriculares al interior de las escuelas de periodismo han dejado de lado la investigación, la historia y la filosofía, por el marketing, las relaciones públicas y el periodismo institucional ¿Cuánto crees que tiene que ver esto con la proliferación de profesionales poco críticos y sin una base teórica sólida?

Es algo que hemos discutido muchísimo, el tema del contenido de las mallas curriculares de las escuelas de periodismo. Yo creo que por lo menos las que yo conozco, de la Universidad de Chile, hemos estado permanentemente analizando y viendo cuál es el perfil de egreso.

El periodismo, en esencia, es investigación y tienes una base sólida de periodismo de investigación a lo largo de la carrera y la malla. Hay que entender la dimensión, la impronta ética de la profesión, porque no vendemos salchichas, trabajamos con un derecho ciudadano, que es el derecho a la información. Trabajamos con conceptos como la libertad de expresión, tenemos el deber de fiscalizar a todos los poderes y tenemos el deber hacer nuestro trabajo desde la perspectiva ética, desde la perspectiva donde los derechos humanos, la adhesión a los principios de la democracia, el respeto y la dignidad del otro, la no discriminación, son elementos constitucionales a la formación de un periodista. Y si un periodista no sabe de historia, de filosofía y no tiene formación ética, se vuelve en un trabajador público del poder, no sabe de su rol fiscalizador. Debe informar con independencia, y con la agudeza, y sobre todo con la solvencia profesional, que significa fuentes chequeadas, sin fake news, sin desinformación.

¿Hacia dónde debe volcarse la actividad periodística en Chile, primero en cuanto a su formación, y luego en cuanto a su aplicación, para que conflictos humanitarios como el que ocurre en Gaza, no invisibilice a la población comprometida, en este caso, la palestina?

De partida, necesitamos periodistas que renueven esa mirada o ese rol que debe cumplir en una sociedad, que es el de informar en el marco del respeto a los derechos humanos, a la democracia. Insisto mucho en el tema de derechos humanos, democracia, no discriminación, porque en Chile hemos visto la proliferación de discursos de odio, en un momento de polarización política interna del país y a me salgo del tema de Medio Oriente y entro al tema en Chile, hemos visto cómo circulan sin ningún contrapeso estos discursos.

No veo que se enfrenten a un entrevistado que está diciendo una brutalidad en torno al negacionismo o a relativizar ciertos hechos, no veo que los enfrente con fuerza. Simplemente, son meras correas transmisoras. Eso es fatal y hace falta renovar ese rol con una formación con respeto a la democracia, a la ética, a los principios de los DDHH, a la paz. Por otra parte, creo que nos hace falta una mayor densidad en la formación, justamente incorporando materias que son fundamentales y que tienen que ver con la historia, con los contextos históricos. Un periodista que no sabe la primera mitad del siglo XX en nuestro país, o que no maneja la historia de Chile en sus hitos fundamentales, es un periodista incompleto, que no va a poder informar con todos los elementos como corresponde. Un periodista tiene que ser capaz de entregar una perspectiva frente a las cosas. Hay mucha información que se produce instantáneamente, pero no sabemos cuán relevante es esa información.

Un periodista debe ser capaz de jerarquizar qué es lo más importante y poder entregar una perspectiva de los hechos. Y debe ser capaz de interpretar los hechos, para que no sean los opinólogos los que aparezcan interpretando, sin ninguna formación y que sean los periodistas que tengamos un rol más activo.

 

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