Historia de Florida, reserva de tradición y cultura campesina

El nombre de la comuna de Florida provendría de una antigua hacienda existente en la zona durante la colonia, aunque no existen datos explícitos. Esta comuna ubicada al este del gran Concepción, es uno de los reservorios de la vida campesina en la provincia.

La población de la comuna es de 10.177 habitantes; de los cuales 3.875 son urbanos y 6.302 son rurales. La superficie de este municipio es de 570,75 km2.

Florida es una zona de antiguo asentamiento hispano, a principios del siglo XVIII se entregaron, en distintos parajes del antiguo corregimiento de Puchacay, encomiendas a oficiales españoles por servicios prestados en la guerra de Arauco. Florida tuvo la calidad de «pueblo de indios», a partir del siglo XVIII existió una política urbana por la cual se redujo a los indígenas de las encomiendas a estas agrupaciones humanas, de allí tal categoría.

Durante mucho tiempo se dio el año 1751 como el de la fundación de la Villa de San Antonio de la Florida, evento que se adjudica al corregidor Antonio de Saravia, bajo la administración del gobernador Domingo Ortiz de Rozas, investigaciones posteriores señalan que tal fundación correspondería a Huerta del Maule, en la comarca de la actual comuna de San Javier (Región del Maule). Lo que si se estableció es el carácter minero del asentamiento, conservándose los túneles como vestigios de ello en sectores del pueblo.

Hacia la segunda mitad del siglo XVII, Florida fue una gran hacienda que contaba con una reducida población. Se creó la Parroquia de Florida en 1744, contigua a la hacienda ya mencionada y que vino a configurar un pequeño, pero pujante centro urbano, en esta fecha se le denomina «curato» que nos da la idea de sede parroquial, pues incluye el templo y la casa del cura párroco. La denominación curato es usada para las parroquias con características urbanas. El Estado recibió demandas económicas para la Parroquia de la Florida en 1766, destinada a la construcción de edificaciones en la «doctrina» y otros arreglos, pero no consta si fueron entregados. La Parroquia fue consagrada desde su creación a la Señora del Rosario.

El Intendente de Concepción, Luis de Alava planteó hacia 1799 la idea de erigir una Villa nueva que fuera capital de Puchacay, debido a la inexistencia en Hualqui, antigua capital, de edificios consistoriales y debido al incendio que sufrió la capilla de Florida y algunas viviendas, se dicide reimpulsar el pueblo. Cabe destacar la construcción del camino de Palomares durante el período de Ambrosio O’Higgins en la Intendencia de Concepción, para conectar Concepción con el norte del país, Florida quedó como punto intermedio lo que benefició a la ciudad ampliamente por ser un punto de descanso.

A principios del siglo XIX se hizo importante el laboreo de placeres auríferos en la zona, se menciona la existencia de seis lavaderos en actividad y las propiedades mineras suman treinta y seis, en 1803 la actividad aurífera ayudó a la formación urbana de Florida de manera gradual, en una época en que el núcleo poblacional no estaba consolidado.

Durante el siglo XIX José Miguel Carrera pasó por Florida durante la campaña de 1813 contra el general realista Antonio Pareja, estuvo en la hacienda Las Lajuelas, que años más tarde perteneció a la familia Enríquez de tanta importancia en Concepción.

El terremoto de 1835 destruyó la aldea completamente, incluyendo los templos y casa de hacendados. La reconstrucción comenzó en 1839 y el pueblo adquirió un sentido urbanístico, con un trazado que se conserva hasta hoy y que es particular por encontrarse en terreno sinuoso. En esta época Florida era una Villa consolidada, pese a que no existe un Acta de Fundación ni consta si la ubicación es la de la antigua capilla que desapareció en un incendio.

El presidente de la República Aníbal Pinto, junto a los penquistas José Enríquez y Pedro Muñoz tuvieron en Florida una Sociedad Agrícola, Comercial y Ganadera en tiempos en que el primero era intendente de Concepción (1850-1852).

Mediante Ley de la República se le concedió el título de ciudad a la Villa de la Florida el 20 de mayo de 1871, contaba con 232 propiedades públicas y privadas. En 1889, el pueblo consta con hospital, oficina de gobernación y registro civil, correos y tres escuelas.

A principios del siglo XX, Florida tuvo que enfrentar un nuevo terremoto, el de 1939, cayeron los principales edificios públicos y se tuvo que recurrir a los reos de la cárcel, que bajo palabra de honor ayudaron a remover escombros. Entre los daños se produjo la destrucción de escuelas, alumbrado eléctrico, puentes y viviendas de adobe.

Punto importante de Florida es Copiulemu (bosque de Copihues) que tiene origen en una agrupación humana a medio camino entre Hualqui y Florida que se constata por primera vez en 1854, el pueblo se ha destacado por su producción artesanal, en cerámica y, sobretodo, por los bordados y tapices de gran difusión desde la década del 1960 y que tuvo su punto cúlmine con el gran tapiz hecho para el Papa  en su visita a Concepción en 1987. Famosas son las artesanías de la Quebrada de Ulloa y otros sectores rurales, en greda utilitaria.

En el terreno del patrimonio inmaterial destaca la Semana Floridana y las carreras a la chilena en el verano. La Fiesta del Rosario, en honor a la Patrona de Florida, que se celebra el 7 de octubre. Sobresalen  las fiestas ligadas a la actividad campesina, como la de la vendimia a zaranda o la de la cereza. Es particularmente apreciada la visita de los penquistas a los puentes del rio Andalién, paseo popular que está en el imaginario de floridanos y forasteros. También se pueden visitar sitios de interés como el Parque Coyanmahuida, rico en flora y fauna nativa.

En el campo productivo, Florida es una comuna donde la actividad forestal ha desertificado grandes zonas, acorralando la actividad y cultura campesinas. Destaca la experiencia de «cero-labranza» en el Fundo Chequén de Carlos Crovetto. que durante más de veinte años ha innovado en la forma de explotación agrícola, combatiendo la erosión con gran éxito productivo y ecológico, mereciendo reconocimiento internacional.

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