Saltándose la votación al interior de la Asamblea Nacional, el presidente francés, aprobó, vía decreto, la criticada reforma de pensiones. La situación solo encendió más las protestas por parte de trabajadores y trabajadoras en las principales ciudades de Francia, donde, tras la decisión, se registraron numerosas barricadas y enfrentamientos con la policía.

Por Juan Contreras Jara

Una noche de intensas protestas vivió París, Nantes y las principales ciudades francesas, luego de que el presidente, Emmanuel Macron, aprobara, por decreto, la reforma a las pensiones. 

Recordemos que hace ya semanas, trabajadores y trabajadoras se movilizaban para poner freno a esta reforma, que, aumenta la edad de jubilación, situación que causó su respuesta en las calles.

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La decisión de Macron no solo ha tenido costos en la calle, donde las protestas se han tomado las principales arterias parisinas, sino que ha significado un remesón político para su gobierno, el que podría traducirse incluso en una moción de censura.

Desde la clase trabajadora se estuvo levantando la demanda de echar por tierra la reforma de pensiones a través de huelgas generales, la última de ellas, multitudinaria en todo el país, realizada el pasado 7 de marzo.

En aquella ocasión, fueron más de 200 ciudades que vivieron protestas contra la reforma que Macron terminó por aprobar este jueves por la tarde. 

Según medios como La Vanguardia, desde el Palacio del Elíseo apuntarían a que la decisión del presidente francés radicaría en supuestos riesgos financieros, apoyados en la crisis de distintos bancos norteamericanos, el nivel de endeudamiento de Francia, entre otros. Lo grave es que, producto de dicho contexto, es la clase trabajadora la que está destinada a pagar los platos rotos, con una reforma que de aquí a 2030 extenderá en dos años la edad de jubilación.

Es por esto que las protestas solo se intensificaron tras la noticia, generando una ola de protestas, marchas y enfrentamientos con la policía, que desde el inicio de las huelgas generales, ha reprimido brutalmente a los y las trabajadoras.