[resumen.cl] Este miércoles José Tralcal y Luis Tralcal, presos políticos mapuche del caso Luchsinger-Mackay, iniciaron una huelga de hambre ante irregularidades de Gendarmería para tramitar sus solicitudes de beneficios carcelarios. La misma institución impuso que los primos Tralcal no podrán seguir trabajando en el taller de joyería mapuche mientras estén en huelga.
El pasado 2 de marzo, los presos políticos mapuche José Tralcal Coche y Luis Tralcal Quidel, condenados por el bullado caso Luchsinger-Mackay en base a, entre otras cosas, un relato obtenido bajo tortura, iniciaron una huelga de hambre al enfrentar diversas trabas para tener acceso a beneficios carcelarios.
A través de un comunicado público, los primos Tralcal informaron desde el Centro de Estudios y Trabajo (CET) de Victoria que Gendarmería ha liderado la instalación de obstáculos para sus solicitudes de beneficios como «Salida Dominical, Esporádica, Trimestral y Libertad condicional», pese a que estas fueron ingresadas en agosto de 2021 sin obtener respuesta alguna.
Es en este contexto que actualmente los presos políticos mapuche se han enfrentado a represalias de parte de Gendarmería. Un claro ejemplo fue el reciente impedimento desde la institución a que los primos Tralcal puedan desarrollar trabajos de joyería al interior del recinto.
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La información fue confirmada por Juan Carlos Tralcal Lleuful, hijo de José Tralcal, explicando que «la negación a trabajar en el taller es una medida de aislamiento y presión psicológica para quebrar su moral, ya qué además este oficio dónde ellos rescatan el rütran mapuche (orfebrería mapuche) es algo que ellos han desarrollado por sus propios medios, y Gendarmería no ha facilitado las herramientas y materiales que usan, sino que lo han ido incorporando por sus propios medios».
En esta misma línea, Juan Carlos enfatiza en que el «rütran mapuche no exige gran esfuerzo físico, pero si concentración y entendimiento espiritual, por lo cual para ellos significa una forma de mantener fuerte su conciencia y apego al conocimiento mapuche, cómo también tranquilidad para todo lo que significa estar privado de libertad».
Así, Gendarmería ha optado por continuar con la lógica de amedrentamientos e irregularidades sobre la situación de José Tralcal y Luis Tralcal sin convocar al Consejo Técnico para que evalúe la facilitación de beneficios carcelarios, somo lo son la libertad condicional, salida dominical, salida trimestral, entre otras.
La decisión de los presos políticos mapuche de mantenerse en huelga de hambre hasta obtener respuestas concretas a sus exigencias han sido también visibilizadas en otros planos. La machi Francisca Linconao, quien actualmente forma parte de la Convención Constitucional y que también fue perseguida por el Estado chileno por el Caso Luchsinger-Mackay, indicó en un punto de prensa que «están en huelga de hambre, para que sepa la gente, sepa la justicia, sepan los jueces, que no saben trabajar. No saben trabajar los carabineros, solamente saben hacer montajes en las casas, hacer montajes a gente inocente. Que escuchen los presidentes, los diputados y diputadas».
Respecto al objetivo político de la huelga, Juan Carlos Tralcal explica que busca frenar la vulneración de «sus derechos como prisioneros políticos mapuche y que los valide como tal, condenados por una ideología y no por el hecho en si, considerando su inocencia que está siendo revisada en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos)», proceso que inició su etapa de admisibilidad en marzo del año pasado.
En este sentido, las exigencias de los primos Tralcal se basa, en palabras de Juan Carlos, en validar «su derecho a volver a sus tierras, con su lof donde puedan acceder a la medicina mapuche sin que tengan que reconocer la participación en el incendio del caso Luchsinger».
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Fotografía principal: Retrato Independiente