Uno de los tentáculos del ex proyecto Octopus prevalece desde hace una década amenazando con instalarse en las costas de Penco-Lirquén. Consiste en GNL Penco, el terminal marítimo y gasoducto que está en tabla de discusión del Comité de Ministros para este lunes 28 de agosto.

Por J. Arroyo Olea

En Penco hablar de Octopus o GNL Penco es historia conocida. Desde hace una década, la amenaza de instalar un terminal marítimo de Gas Natural Licuado ha significado la permanencia de un conflicto que aún perdura.

Y es que hace una semana el Terminal GNL Penco-Lirquén se encontraba en la tabla del Comité de Ministros para tratar las reclamaciones del Proceso de Participación Ciudadana, sesión que no se realizó por el cambio de gabinete de la gestión de Boric. Sin embargo, vuelve a la palestra.

El Comité de Ministros convocó para este lunes 28 de agosto nuevamente la sesión en la que tratarán, además de la Central Ciclo Combinado Los Rulo y el Depósito de Relaves Filtrados – Planta Pellet, el proyecto gasífero que busca instalarse en Penco.

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Sin embargo, tras tantos años ¿en qué se encuentra el proyecto? Cynthia Escares, Bióloga Marina e integrante de ONG Defensa Ambiental, explica a RESUMEN que el proyecto «ingresó el año 2013 con el nombre de Octopus, y el titular retiró el proyecto debido a cambios en su modelo económico, y luego fue nuevamente ingresado por el titular en 2014 cuyo nombre era BiobíoGenera».

Tras el contundente rechazo de la comunidad hacia el proyecto, Escares explica que en 2016 se inicia la consulta indígena bajo el Convenio 169 de la OIT. Sin embargo, en ese momento «la consulta fue cerrada arbitrariamente por el Servicio de Evaluación Ambiental, y la Asociación solamente fue notificada», haciendo referencia a la Asociación Koñintu Lafken Mapu y que, pese a las negligencias del proceso, este siguió su curso normal siendo posteriormente aprobado. Acto seguido: la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) fue retrotraída por apelación de la organización lafkenche.

Protesta contra GNL | Archivo Resumen.cl

En este sentido, Escares resalta que «el enlace marítimo-terrestre donde se encuentra el gasoducto es en La Cata, un sitio ceremonial lafkenche», por lo que «la asociación consideraba que tenían que ser consultados, porque iban a verse afectadas a las excavaciones del proyecto y afectaciones a cuerpos de agua y vegetación».

Tras aquella derrota por parte de la empresa, se realizaron modificaciones sustanciales al proyecto. Escares explica que la empresa «modificó parte de su trazado y, además, respecto al tubo que iba sobre el suelo marino, decidió colocar un manto de hormigón sobre éste, y esos son cambios sustanciales porque para la dinámica de la Bahía de Concepción, con las someras biológicas y ecológicas que tiene, no se logra evaluar los impactos que podrían tener en, por ejemplo, los recursos bentónicos».

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En este contexto, tras conocerse las modificaciones sustanciales, se solicitó una nueva consulta indígena, sin embargo el Servicio de Evaluación Ambiental no dio respuesta positiva, dando visto bueno al proyecto en 2019. Ante esta situación, actualmente existen dos reclamaciones contra GNL Penco-Lirquén; la primera guarda relación con la invalidación de la RCA, la cual señala Escares que «está sobre conocimiento del Tercer Tribunal Ambiental, ya que fue rechazada en su etapa administrativa anteriormente», mientras que la segunda es una reclamación por falta de consideración debida a las observaciones ciudadanas. Esta última, es la que se encuentra en tabla para el Comité de Ministros.

Respecto a la sesión de este lunes, Escares indica que «estamos a la espera de la resolución del Comité de Ministros, en particular por las afectaciones que produce el proyecto en el borde costero de Penco-Lirquén y que no fueron debidamente contestadas»

En este sentido, enfatiza en que el Comité de Ministros debería tener en consideración la resolución del Tribunal Ambiental de Valdivia respecto a la revocación de la RCA del proyecto GNL Talcahuano a partir de lo que Escares señala como «la semejanza en la naturaleza de los vicios argumentados» en relación al caso de GNL Penco.

¿Y El Campesino?

GNL Penco mantenía una irrestricta relación con otro proyecto: Central Termoeléctrica El Campesino, que buscaba instalarse en la comuna d Bulnes. La triada terminal de gas, gasoducto y termoeléctrica era el entramado que, a la vez, impulsaba la organización intercomunal.

Sin embargo, El Campesino ha optado por nuevas vías tras verse amenazados los intereses de las distribuidoras que se involucraron en la licitación adjudicada en 2014 a El Campesino. En este contexto, se logró un acuerdo entre la Comisión Nacional de Energía y la empresa zanjado el segundo semestre de 2019.

En este se estableció que, señala el sitio de Generadoras, «entre el año 2022 y 2023, El Campesino instalará 600 MW de nuevos proyectos renovables y propios, a través de dos plantas solares de 300 MW cada uno y que implican una inversión de US$600 millonenes. Además, el contrato será respaldado por Nueva Renca -central de la misma empresa- de 379 MW. Esto será hasta la fecha de entrada de los nuevos proyectos, es decir, a 2023».

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Fotografía principal: extraída de Facebook de Asamblea Territorial Penco-Lirquén, Pintatín contra GNL Penco y Talcahuano (2017)