Historia de Laraquete: De fértil valle a desierto forestal

Para muchos, Laraquete es un pueblo conocido por la antigua tradición de la venta de tortillas y mariscos. Sin embargo y así como muchas otras localidades de la histórica provincia de Arauco, encierra antecedentes muy singulares que enriquecen el conocimiento de nuestra historia.

Trabajos arqueológicos dan cuenta de la existencia de los primeros habitantes costeros que vivían de los recursos marinos de este lugar, hace 3.000 años. La irrupción de grupos mapuche da origen a los Lafkenche que se establecen a lo largo de todo el litoral regional y que se mantienen aquí hasta la llegada de los españoles.

Laraquete, ubicado en el "fértil valle", como decía Ercilla, bordeado por ríos, un golfo de abundantes recursos marinos, espesos bosques templados, entre otras cualidades geográficas, hicieron de este lugar un espacio propicio para su hábitat, corroborándose por su numerosa población indígena. La armonía del pueblo originario con su entorno, se rompe en la primavera de 1550 con la primera expedición invasora que arrasó estas tierras al mando de Juan Pastene.

Los españoles señalaron que en esa época existía aquí un "levo" (agrupación indígena), llamado "Andalican" (cuarzo o sol brillante), en el cual habitaban cientos de mapuche que realizaron una de las resistencias más tenaces de la historia de América. En los cerros de Laraquete se registran batallas en los años 1554, 1562, 1578, 1584, 1589, 1601,1602, 1664 y 1770, como fechas que señalan los cronistas. La rotunda victoria mapuche en la batalla de "Mariweñu" en 1554, da pie a considerar este lugar como punto inicial de la férrea defensa del territorio araucano.

Años más tarde, el repliegue al sur de la Guerra de Arauco, dio paso a la construcción de un fuerte español en el lugar llamado San Lupercio, un Torreón pertrechado para resguardar el paso hacia el sur y un establecimiento jesuita. Este último se relaciona a la existencia de las "piedras cruces", que fueron utilizadas como amuletos en la guerra de Arauco y de las cuales se han tejido hermosas leyendas.

Durante el siglo XVII y XVIII, el territorio considerado ya fronterizo, fue paulatinamente despojado de sus habitantes originarios y comenzaron a formarse los primeros fundos, registrándose en notaría una primera propiedad en el año 1730.

Durante la guerra de independencia y el episodio llamado "Guerra a muerte" entre criollos y españoles, nuevamente este lugar fue epicentro de las batallas y correrías que terminó en 1824 con la "Sorpresa de Laraquete", una de las últimas luchas en que el general Freire derrotó a las montoneras españolas.

La explotación industrial de carbón, a partir de fines del siglo XIX, trajo consigo el primer asentamiento occidental en Laraquete. El carbón extraído en Maquehua, Quilachanquin, Peumo y Colico, fue transportado en el primer ferrocarril de trocha angosta al sur del Biobio. Aquí se construyó un muelle y equipamiento portuario, donde además se establecieron algunos capitalistas y trabajadores. Dato interesante era que la propiedad de las minas y las instalaciones carboníferas, incluyendo el muelle, estaba en manos del presidente peruano de entonces, Mariano Prado, a quien le tocó enfrentar la Guerra del Salitre (o del Pacífico).

Laraquete se convierte, de esta forma, en cabecera comercial del departamento de Arauco entre los años 1880 y 1900. A través de su puerto se exportan por primera vez los productos agrícolas de la zona y llegan otros importados, incluso de otros países. Llega el telégrafo, teléfono y estafeta dando cuenta de este tipo de desarrollo; incluso se construyeron algunos buques en un astillero, que se forjaba con éxito. Las proyecciones de este lugar junto a su industria carbonífera, llevaron a la Arauco Company del conocido capitalista salitrero J.T. North a comprar las minas y sus instalaciones.

Lamentablemente, varios hundimientos de barcos en el fondeadero de Laraquete, debido a su exposición a los fuertes vientos invernales del norte, hicieron que los capitalistas utilizaran otro lugar mas abrigado como puerto, junto a un ferrocarril mayor que uniera todas las minas que se estaban explotando en la provincia de Arauco. De esta manera, en 1890 se construye un nuevo y más grande ramal "de Concepción a los Ríos de Curanilahue" y la habilitación del puerto de Coronel para el embarque.

Laraquete pasó  a ser un pequeño ramal alternativo y en pronto abandono. Una fábrica de Briquetas de carbón le dio unos años más de importancia en el rubro económico hasta 1930, año en que fue desarmada. La instalación  de una estación del nuevo ferrocarril fue el único nexo que a partir de esos años mantenía conectada la localidad con el resto de la zona, generándose en torno a ella un pequeño comercio basado en la venta de productos marinos y otros del campo. Nacen en este periodo las famosas venteras de tortillas, de las cuales se tienen registros de su comercio en los vagones a partir del año 1900. En las décadas siguientes se consolida la caleta de pescadores y el concurrido paraje turístico, famoso en la región en los periodos estivales.

Luego del despoblamiento casi total, nace una nueva etapa de la mano de la industria forestal a partir de 1960. La compra de los terrenos aledaños por parte de empresas forestales, como Forestal Carampangue y Bosques Arauco, cambian definitivamente el paisaje en infinitas plantaciones de pinos y eucaliptos, a la vez que fuerzan a los campesinos diseminados por el sector a poblar una localidad de obreros forestales.

La planta celulosa Arauco en 1968 arraigó, finalmente, este rubro por sobre la pesca artesanal que fue fuertemente impactada a raíz de los residuos químicos que arroja al mar dicha celulosa.

En los años posteriores, las continuas crisis forestales no permitieron el desarrollo sostenido de pueblos obreros forestales como Laraquete; la importante Forestal Carampangue que empleaba a cerca de 500 laraquetinos cerró en 1990 y aunque ha crecido el complejo "Arauco", ello no ha significado empleos directos y estables para los habitantes.

En 1989, luego de años de lucha vecinal sus habitantes logran obtener títulos de dominio de sus propiedades, lo que significó más adelante la aprobación de anhelados proyectos como pavimentación, alcantarillado y nuevos conjuntos habitacionales. También se define la circunscripción total del pueblo a la comuna de Arauco, ya que antes la población al norte del río pertenecía incongruentemente a Lota y la del sur a Arauco.

El sector forestal y sus derivados como el transporte y talleres mecánicos sostienen el 80 % de la economía de Laraquete, pero aún esta localidad se reconoce mucho más por su caleta y extensa playa, sus tortillas con marisco, artesanías en piedras cruces y esperamos, por el conocimiento de su historia.

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