Esta comuna, perteneciente a la provincia de Concepción y ubicada en la ribera norte del río Biobío, tiene el origen de su nombre en la lengua mapuche, significa «rodeo del riachuelo». La población actual de la comuna es de 18.768 habitantes según el último censo de 2002; de los cuales 14.756 son urbanos y 4.012 son rurales con una superficie de 522.25 km2.
El primer poblamiento europeo de Hualqui se dio por la fundación de un fortín, impulsado por Pedro de Vadivia en Quilacoya, donde se estableció un lavadero de oro, que no prosperó en el tiempo.
Fundado en 1560 por García Hurtado de Mendoza, destacó el fuerte de Talcamávida, frente a Santa Juana, por su rol militar. Aparte de Atalaya y protección de caminos, navegación y defensa de los vecinos, la principal función del fuerte fue la defensa de las minas de oro de Quilacoya (lugar de los tres robles), impidiendo el paso de los mapuches por aquel lugar del río. En 1599, Pedro de Vizcarra sorprendió aquí a los mapuches, matando a unos cien y marcando a fuego en la cara a cuarenta prisioneros.
Esta fortificación, que tuvo el objeto de defender la ruta ribereña, a los colonos y además, servir como atalaya del río. El fuerte fue varias veces destruido por los indígenas y reconstruido en el gobierno de Amat i Junyent, que también edificó la Villa de San Rafael de Talcamávida, a dos cuadras del fuerte.
El maestre de campo Salvador Cabrito, en nombre del gobernador Manuel d’Amat i Junyent, fundó la Villa de San Juan Bautista de Hualqui, el 14 de enero de 1757, en terrenos del pueblo de indios que allí existía, en la ribera del Bio-Bio, proyectándose la plaza, calles, Iglesia parroquial, casa del corregidor y cárcel. La Villa fue capital del Partido de Puchacay hasta 1799, cuando se le traspasó la capitalidad a la villa de Florida, porque Hualqui estaba en total abandono y el proyecto de reunir, en un punto intermedio a los dos pueblos, no prosperó; en los próximos años Hualqui volvería a tomar vida.
Durante el período de Guerra a Muerte, Hualqui fue atacado por Vicente Benavides, el 20 de noviembre de 1819, siendo defendida por el oficial de ejército José Tomás Huerta, quien logró repeler el ataque, no sin sufrir sangrientas muertes de los vecinos. Sin embargo, Huerta logró infringir veinticuatro bajas y tres detenidos, fusilados en Concepción por Ramón Freire.
Debido al abandono y destrucción que dejó la guerra a muerte, los vecinos decidieron autogobernarse, proclamando en 1823 la República independiente de Hualqui, comandada por las autoridades locales, desde Concepción se enviaron tropas que aplacaron este movimiento, restableciendo el dominio estatal.
El ferrocarril llegó a Hualqui en 1871 y significó un gran impulso para la alicaída economía de la zona, que desde 1819 se sostenía casi exclusivamente por la producción triguera. Quilacoya, hacia fines del siglo XIX e inicios del XX, contaba con estación de ferrocarriles, servicios de correos y escuela pública.
Uno de los hechos que más ha dado reputación a Hualqui tuvo lugar en 1914, cuando a raíz de una elección municipal se enfrentaron, a través de las armas, los dos grupos políticos más importantes de la comuna. Los «democráticos» controlaban el Municipio y los «conservadores» ganaron las elecciones, estos últimos fueron impedidos de tomar posesión de sus cargos, alegando plagio electoral. Los guardianes de las dependencias municipales eran comandadas por Flaminio Cruz.
Se plantearon propuestas separatistas en vista del abandono de las autoridades centrales y proclamaron la «República de Hualqui», rememorando la experiencia de hacía un siglo atrás; finalmente un piquete de soldados traídos desde Concepción disolvió el motín en cuarenta y ocho horas. Por muchos años existió en Hualqui un Club Democrático llamado Flaminio Cruz, en honor al defensor del municipio.
En la última mitad del siglo XX, Hualqui obtuvo logros de importancia para su desarrollo: la extensión de la red de agua potable y el tendido eléctrico, el liceo fiscal y la mantención de escuelas básicas, la creación de empresas de transporte colectivo terrestre, reemplazando de esta forma al ferrocarril y la creación de un Cuerpo de Bomberos.
Hoy en día la comuna depende principalmente de la actividad forestal, con grandes extensiones de pino insigne y eucaliptus que explotan empresas como Forestal Chile, Cholguán, Forestal Arauco, Mininco, Colcura, Forestal Bio-Bio y Forestal Millalemu; cabe señalar que este hecho a devenido en la pérdida del patrimonio natural y cultural de este territorio, aportando muy poco al desarrollo de sus habitantes, que continúan con altos índices de pobreza.
Al interior de la comuna subsiste una disminuida actividad agrícola y hortícola, sólo para autoconsumo; trigo, vid y hortalizas, los cultivos mediterráneos tradiconales que han sido parte de la dieta que, poco a poco hemos perdido, causando elevadas tasas de enfermedades cardiovasculares.
Hualqui posee un microclima muy apetecido por los veraneantes, por lo que ha desarrollado una infraestructura turística en expansión que contempla balnearios, áreas de campamento y piscinas. A principios de febrero se celebra la fiesta de la manzana, tradicional celebración hualquina que incluye números musicales, carros alegóricos y veladas.
El origen campesino se deja ver en diversas fiestas como la del choclo, la noche de San Juan, las trillas a yegua suelta y muchas otras en las diversas localidades, lametablemente amenazadas por el avance inexorable del desierto verde.
También existen localidades vinculadas al trabajo campesino y a la vía férrea, que pese al permanente abandono, continúan existiendo, tal es el caso de Gomero, Unihue, Quilacoya y Talcamávida, así como asentamientos interiores, como Vaquería o San Onofre, entre otros.
Foto de Archivo: Línea ferroviara después del terremoto de febrero de 2010.