Un estudio recientemente publicado evalúa la inseguridad alimentaria global y la hambruna que se desencadenaría como resultado de la reducción de los cultivos, de la pesca y la producción ganadera tras distintos escenarios de guerra nuclear. Esto debido a la disrupción climática de polvo inyectado en la atmósfera a partir de las detonaciones atómicas.
Por: Vicente Lagos Isla
El estudio constata que la inyección de grandes cantidades de polvo a la atmósfera como resultado de detonaciones atómicas, podrían causar graves disrupciones en el clima terrestre.
Esto limitaría automáticamente la producción alimentaria tanto en tierra como en ambientes acuáticos y marinos.
El presente estudio fue publicado este lunes en la revista Nature Food y se encuentra disponible para su descarga gratuita.
El equipo investigador de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, (Estados Unidos) realizó estimaciones de los impactos en las pesquerías y cultivos en seis escenarios de inyección de polvo a la estratósfera. Además realizaron predicciones sobre el total de calorías disponibles en cada país después de la hipotética guerra, tras haber consumido sus reservas.
En la cuantificación de los impactos lejanos al las zonas impactadas por las detonaciones, se demostró que las inyecciones de polvo a la estratósfera de unos 5 teragramos (equivalente a 5 millones de toneladas de polvo) desencadenaría una masiva escasez en el suministro alimentario agrícola, y en la producción de pesquera y ganadera. Esta escasez en la producción sería imposible de compensar debido a la reducción en los cultivos, en la mayoría de los países.
El estudio señala que las medidas de adaptación, tales como la reducción de los desechos alimentarios podría tener únicamente un impacto limitado en el incremento de las calorías disponibles.
La investigación concluye que más de 2 mil millones de personas podrían morir a causa de eventual una guerra nuclear entre India y Pakistán, y que más de 5 mil millones de personas podrían morir en caso de una eventual guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia. De esta forma se destaca «la importancia de la cooperación internacional en la prevención de una guerra nuclear».
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Lili Xia, autora del estudio señaló al medio ScienceDaily que «Por ejemplo, la capa de ozono sería destruida por el calentamiento de la estratosfera, produciendo más radiación ultravioleta en la superficie, y necesitamos comprender ese impacto en el suministro de alimentos»
Alan Robock, coautor del estudio afirmó al citado medio que «Si existen armas nucleares, se pueden usar, y el mundo ha estado cerca de la guerra nuclear varias veces» agregando que «Prohibir las armas nucleares es la única solución a largo plazo».
Un estudio previo postuló la necesidad de la abolición de la guerra como un objetivo fundamental de las políticas ambientales. El articulo recalca de los ambientalistas estudiantiles que abogan por la sostenibilidad ambiental deberían también demandar la eliminación de la guerra.
Todos estos antecedentes hacen urgente la necesidad de que los pueblos abandonen el camino genocida y suicida de autoridades políticas e intereses capitalistas. Esto para asegurar la sobrevivencia de las sociedades humanas en la ya degradada biosfera.
Vea el estudio completo aquí
Imagen principal: Cuatro ojivas B61: principal bomba táctica del arsenal termonuclear de Estados Unidos