Italia, una masacre moderna a la clase trabajadora

[resumen.cl] La situación de Italia es una catástrofe mundial. La enorme cantidad de muertos proviene de la zona industrial del país, centro de la economía. ¿Qué fue lo que pasó? Los empresarios se negaron a toda costa a parar la producción y presionaron al gobierno para que no decretara cuarentenas, provocando decenas de miles de muertos, en su gran mayoría trabajadores y trabajadoras de las fábricas. El peligroso discurso de «no dañar la economía» es el mismo que repiten Piñera y Mañalich, exponiéndonos a situaciones que pueden ser realmente trágicas.

La epidemia del Nuevo Coronovirus parecía un problema ajeno a occidente mientras se mantenía confinada en China. Fue su salto a Italia el que encendió las alarmas. Su rápida expansión en la región de Lombardía en el rico norte industrial italiano y las enormes cifras de fallecidos que subían semana a semana de 400 a 500, de los 600 a los 700 y de ahí a una curva en que se contabilizaban cerca de mil personas fallecidas diariamente, las que encendieron todas las alarmas.

La magnitud de las imágenes dejaron en shock a Europa completa y provocó una reacción a nivel mundial. Italia era vista por todo el planeta como un ejemplo de relajo, de haber tomado medidas en forma tardía, cuestiones que no solo pasaron por las autoridades políticas del Estado y las regiones, sino por las propias organizaciones sociales que tardaron mucho en reaccionar.

De hecho, cuando las centrales sindicales recién reaccionaron con huelgas humanitarias o sanitarias, ya habían cientos de muertes diarias. Fue en ese mismo momento que los trabajadores de las provincias de Concepción y Arauco levantaron acciones similar con el objetivo de detener faenas y garantizar condiciones sanitarias y distanciamiento en sus puestos de trabajo, cuando en Chile los contagiados no pasaban de 100 en todo el país y recién se producían los primeros fallecimientos.

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Desde un principio se obtuvieron enseñanzas para todo el mundo de lo que ocurría en Italia. Aprendimos que los nietos contagiaban a sus abuelos, que el cierre de escuelas y no de los centros de trabajo, hacia que abuelos se hicieran cargo de los nietos para apoyar a sus hijos y que estos al ser casi asintomáticos generaron la gran mortandad de adultos mayores.

Hoy la tormenta parece amainar algo en el país mediterráneo, las cifras de contagiados y fallecidos desciende desde hace más de una semana en forma clara y persistente, ya las muertes están bajo las 400 diarias, lo que en Italia tras la tragedia de las semanas anteriores se ve como positivo.

Cuando ya pasó la fase más extrema, los italianos comienzan a analizar lo que vivieron y lo que viven, las denuncias con respecto a lo ocurrido brotan de cada rincón de Lombardía. Una de las situaciones más dramáticas se vivió en el polo industrial de Bérgamo, ubicada a escasos 59 Km al este de Milán, la capital de Lombardía y la ciudad más rica de Italia.

La Masacre de Bérgamo

Como en todo el mundo y especialmente en las zonas más afectadas, las cifras oficiales tanto de contagiados como de fallecidos no dan cuenta de la realidad. Con los servicios sanitarios: hospitales, morgues, crematorios totalmente desbordados, no todas las muertes pasaron por hospitales y mucho menos se le realizaron exámenes para confirmar COVID-19. En Lombardía y especialmente la industrial Bérgamo, las imágenes con caravanas de camiones militares retirando féretros, para ser incinerados en otras ciudades debido a que todos los espacios de la zona se encontraban absolutamente desbordados dio vuelta al mundo, fue la imagen primermundista de lo que semanas después veríamos en la ciudad de Guayaquil, Ecuador.

18 de marzo, una caravana de 70 camiones militares cruzaron la ciudad de Bérgamo transportando cadáveres

Muchos sostienen la que la enorme cifra de fallecidos en región italiana pueden fácilmente multiplicarse por tres o cuatro. Específicamente en los municipios de la zona de Bérgamo las estadísticas de fallecidos durante el mes de marzo del 2020 se disparan hasta un 750% a las ocurridas en el mismo mes del año anterior. Por ejemplo en Nembro, en marzo de 2019 murieron 14 personas, el mismo mes de este año 2020 han sido 123. En Alzano Lombardo, en marzo del 2019 murieron 9 personas; este marzo 2020, fueron 101 los fallecimientos. En ciudad de Bérgamo (120.000 habitantes) los muertos de marzo del 2020 han sido 553 personas, mientras que el mismo mes de marzo del año pasado fueron solo 125.

Los números son categóricos y se repiten en todas las localidades de la región, sin que exista ninguna otra posible fuente que altere de esta forma las estadísticas de fallecimientos.

¿Pero cómo se llegó a esta cifra de muertes?

Por una simple razón, en toda esta rica zona industrial nunca las autoridades sanitarias declararon la cuarentena total debido a las presiones del empresariado.

El 23 de febrero se conocen los 2 primeros positivos en coronavirus en la provincia de Bérgamo, en una semana, los casos llegaban ya a 220; casi todos en Val Seriana, que se hará tristemente famosa por sus altas tasas de fallecimientos. Por estar dentro de la zona industrial, en esta localidad no se estableció ninguna medida de confinamiento ni cuarentena, sin embargo en otras como Codogno, ubicada en la misma Lombardia, bastaron 50 casos diagnosticados para cerrar la ciudad y declararla cuarentena total.

Así, aunque cueste mucho creer, la zona con la tasa más alta de muertes por COVID-19 de Italia y de Europa, nunca fue declarada en aislamiento a pesar del reclamo de sus autoridades y ciudadanos.

Otro ejemplo, en Alzano Lombardo, un municipio de 13 mil habitantes a pocos kilómetros de Bérgamo, también enclavada en la zona industrial, el 23 de febrero llegaron los resultados de dos test positivos en coronavirus. La dirección del hospital decidió cerrar ante posible contagios de los trabajadores de la salud, sin que se diera ninguna explicación, ni se realizara ninguna sanitización, tan solo horas después del cierre, el hospital fue obligado abrir sus puertas por la autoridad sanitaria.

Los trabajadores del hospital estuvieron una semana trabajando sin protección necesaria, lo que transformó al recinto médico en el principal foco de contagio de la localidad.

La presión de los industriales de la zona de Bergamo fue tal que se desarrolló una campaña publicitaria por redes sociales y medios de comunicación, donde se minimizaba lo que ocurría con la pandemia:

Confindustria, la organización de los empresarios de Bérgamo sostenía el mismo discurso que repite Piñera y Mañalich hoy en Chile, denunciando un alarmismo de algunos periodistas.

El descriterio fue tal que la propaganda se mantuvo aún después que la curva de contagios saltó y se mantuvo durante semanas a pesar de las muertes de centenares de personas.

Confindustria agrupa a 1.200 empresas que emplean a más de 80.000 trabajadores. Todos ellos fueron expuestos al virus, al ser obligados a ir a trabajar durante el desarrollo de la pandemia.

La historia es aún más cruel, al igual que en Chile los grupos económicos también tienen intereses en la salud privada.

El 8 de marzo los contagios oficiales en la zona de Bérgamo habían pasado, en una semana, de 220 a 997, ese día se aisló la región de Lombardia del resto de Italia, sin embargo Bérgamo siguió con todas sus industrias trabajando.

Los sindicatos comenzaron a denunciar la situación. Andrea Agazzi, secretario general del sindicato FIOM Bérgamo, señalo a la oficial RAI: "Confindustria jugó sus cartas y el gobierno eligió de qué parte iba a estar".

El sábado 21 de marzo, los muertos al día en Lombardia pasaban los 800, recién ahí las autoridades políticas locales solicitaron un cierre de la zona, sin embargo Confindustria logró presionar para que algunas actividades siguieran produciendo, entre ellas fabricas de armas y municiones, que están muy lejos de ser de vital necesidad.

Fue en ese momento que se iniciaron huelgas humanitarias espontaneas en las fábricas, que lograron eliminar algunas factorías de las listas a las que se le permitían seguir trabajando. Una semana después, el 30 de marzo, a pesar del decreto de cierre de "todas las actividades productivas no esenciales", había 1.800 fábricas abiertas y 8.670 infectados oficiales en la zona.

El Crimen tienen nombre y dirección

Entre las industrias que jamas paralizaron podemos encontrar a Tenaris, dedicada a la fabricación de servicios para la exploración de petróleo y gas, con más de 1.700 trabajadores en su fábrica de la Bérgamo y pertenece a la familia Rocca. Gianfelice Rocca, el octavo hombre más rico de Italia, propietario -entre otras cosas- de clínicas de salud privada.

La fábrica Brembo de la familia Bombassei, que emplea a más 3.000 trabajadores que producen frenos para automóviles.

ABB, fabrica suiza dedicada a la robótica, que hasta el 30 de marzo seguía abierta con total normalidad.

Persico, empresa italiana que fabrica componentes de automoción, con 400 trabajadores que tiene sede en Nembro, el municipio con más muertes por COVID-19 por habitante de Italia.

Hoy en Chile el debate es el mismo y las tesis que se imponen también, las del empresariado y el negocio por sobre la salud y la vida de la población, con el agravante que el gobierno tiene una posición aún más beligerante a favor de los patrones que el de Italia o España. El pronunciamiento de la Dirección del Trabajo, tuvo un claro objetivo para doblegar las huelgas sanitarias o humanitarias desplegadas en las provincias de Concepción-Arauco, y algunas otras ciudades del país.

Esperemos que las medidas de protección que el propio pueblo se ha dado a sí mismo de alguna forma mitiguen los contagios y muertes que las políticas criminales de este gobierno provocarán.

Fuente: https://ctxt.es/es/20200401/Politica/31884/Alba-Sidera-Italia-coronavirus-lombardia-patronal-economia-muertes.htm

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