El 13 de septiembre de 1851 estalló la primera de las revueltas contra el Estado portaliano impuesto en 1833, fue en Concepción y en Coquimbo, contando con un gran contingente de sectores populares, artesanos, campesinos y mineros que se rebelaron contra el fraude político que entronizó a los conservadores en un régimen centralista y autoritario que se extendía con el triunfo de Manuel Montt Torres en las presidenciales de 1851.
Por Robinson Silva Hidalgo / Universidad Austral de Chile-Valdivia
Las desprovistas tropas fueron afines al ideario liberal, que hacía sus primeras asonadas en la política, lo más conocido de estas ideas ha sido la Sociedad de la Igualdad liderada por Santiago Arcos y Francisco Bilbao, organización santiaguina que se considera el origen de las ideas de izquierda en Chile, pero los episodios fundamentales de ese periodo estuvieron protagonizados por una población sureña y nortina harta del gobierno conservador que solo beneficiaba a los grandes terratenientes y los comerciantes que se enriquecían con los nuevos flujos mercantiles del siglo XIX.
Fue el general José María de La Cruz, también conservador, pero de fuertes raíces penquistas y gran soldado de la Independencia, quien cruzó Los Andes con San Martín y se destacó en Chacabuco y Maipú, gozando de amplio prestigio para liderar las tropas sureñas, además de ser el perdedor en las polémicas elecciones de 1851; en la dirección política estuvo el Intendente de la provincia, el periodista e intelectual liberal Pedro Félix Vicuña, padre de Benjamín Vicuña Mackenna.
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El 8 de diciembre de 1851 se produjo la Batalla de Loncomilla en la ribera oriental de aquel río, en el sector Chocoa entre lo que hoy son las comunas de Villa Alegre y San Javier. Los penquistas del General Cruz y la Capitana Rosario Ortiz (La Monche) fueron derrotados por el ejército chileno al mando de Manuel Bulnes, ex presidente y general. Junto al bando liberal y popular lucharon los mapuches de Mañilweno y Catrileo, defendiendo su soberanía, amenazada por esos avances militares centralistas, posteriormente, muchos penquistas serán cobijados en territorio mapuche por Mañilweno y otros líderes locales.
En Concepción estos hechos son muy importantes, porque recuerdan la primera gran aparición de los sectores populares y el gran rol de las mujeres en la política, Rosario Ortiz y Úrsula Binimelis, pero también porque es el comienzo de la consolidación del Estado centralista y oligárquico que ha tenido al Ejército como el gran represor de los movimientos populares hasta el día de hoy.
Luis Vitale, el historiador marxista chileno-argentino, escribió un libro recientemente reditado en Ediciones Escaparate, que da buena cuenta de estos sucesos y de su trascendencia para la historia de Chile, no por nada se omite del curriculum escolar, pues significa la derrota del proyecto liberal de su tiempo, como por ser el amanecer de las luchas populares modernas en nuestro país.