En el Gran Concepción, la desigualdad en la distribución del espacio público se traduce, entre otras cosas, en largos tiempos de traslado debido a la congestión vehicular, afectando la calidad de vida quienes habitamos este territorio. Frente a esta realidad, la organización Pedal Autónomo y el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable realizaron a principios de mayo la Medición de Eficiencia de Modos de Transporte (MEMT), donde la bicicleta demostró por tercer año consecutivo, ser hasta un 50% más eficiente en tiempos de traslado, emergiendo como una alternativa viable, eficiente y conveniente para desplazarse en hora punta. Además de permitirnos ahorrar tiempo, también ofrece múltiples beneficios complementarios. La bicicleta contribuye a mejorar la condición física, no genera emisiones contaminantes y ocupa menos espacio en las vías públicas, lo cual es crucial en una ciudad marcada por la congestión vial.
Por Leonardo Peña, organización Pedal Autónomo, y Sebastián Astroza, investigador CEDEUS.
La MEMT es una iniciativa ciudadana basada en voluntarios, la cual compara los tiempos de traslado en hora punta utilizando bicicleta, transporte público y vehículo. Esta actividad se ha realizado por más de una década, en distintas ciudades de Chile y esta vez en el extranjero, marcando tendencias favorables hacia la bicicleta en distintos lugares del mundo, lo cual nos lleva además a reflexionar la manera en que diseñamos nuestras ciudades y nos transportamos. El gran Concepción se caracteriza además por la interacción de varias comunas, lo que presenta el desafío de crear una red de ciclovías intercomunal que fomente el uso de la bicicleta, otorgando mejores condiciones de seguridad y eficiencia para estos usuarios. Este fenómeno ya se ha visto con la construcción, por ejemplo, de la ciclovía ubicada en avenida Roosevelt, la cual mensualmente registra un promedio de 34.600 viajes (Fuente: contador ciclovías MINVU)
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Los resultados de esta medición, demuestran que la bicicleta ofrece una alternativa real al uso del automóvil para trayectos de 5 a 10 kilómetros. Estos datos son un respaldo para promover mejores condiciones de movilidad, especialmente en términos de seguridad en Latinoamérica, y para fomentar el uso de este medio de transporte.
Es evidente que la bicicleta y el transporte público deben ser fortalecidos. No solo dinamizan la movilidad urbana, sino que son más eficientes, contaminan menos y permiten un mejor uso del espacio público. Actividades como la mencionada, aunque no son demostraciones científicas concluyentes, han demostrado una tendencia durante los años en distintas ciudades que dan cuenta de la superioridad de la bicicleta en términos de rapidez, sirven simbólicamente para evidenciar esta alternativa y motivar a más personas a utilizarla. La invitación es clara: pruébenla y descubrirán que es una opción verdaderamente conveniente.
La apuesta por modos de transporte sostenibles es, por tanto, no sólo una cuestión de eficiencia, sino también de responsabilidad ambiental y social. En un contexto donde el colapso vial y la crisis climática son realidades ineludibles, optar por la bicicleta puede significar un pequeño, pero significativo paso hacia ciudades más habitables y sustentables.
Foto extraída de CEDEUS