Una decena de mujeres ha muerto a manos de sus parejas. Así lo informa el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género hasta el día dos de abril. Pero al parecer, los femicidios no son parte de la agenda de seguridad pública del Congreso y los Medios de Comunicación hegemónicos.
Por J. Murieta
James Tankard definió en 1991 que el encuadre o Framing se refiere a "una idea organizadora central del contenido informativo que provee un contexto y sugiere cuál es el tema mediante el uso de la selección, el énfasis, la exclusión y la elaboración".
Este efecto estudiado en las ciencias de la comunicación, parece volverse aún más potente en un escenario como el propuesto por la agenda noticiosa chilena, donde la concentración de los medios de comunicación invita a pensar que también hay concentración de las temáticas y por supuesto, una captura mental de las audiencias.
Escapar de ellos se ha vuelto imposible.
El énfasis que han otorgado los medios de comunicación a la agenda de seguridad va de la mano con lo mismo que ha exigido la clase política chilena. ¿Hay un problema de seguridad pública? Quién podría dudarlo. ¿Se solucionan dando más poder de fuego a Carabineros?
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No obstante, lo propuesto en este escenario de concentración de la agenda por los grupos consevadores dominantes, excluye la posibilidad de cuestionarlos: de unos cuantos meses a la actualidad, los carabineros pasaron de ser una de las instituciones más corruptas y desacreditadas por sus propias prácticas, a ser los salvadores de la sociedad. Y a nadie parece llamarle la atención.
La comparación del titular es provocadora. Interpela. Busca generar debate entre tanta exclusión de la racionalidad: ¿es más importante la vida de un policía que la de una mujer asesinada por su conviviente?
¿Qué pasaría si dedicáramos horas en los matinales y los noticieros para hablar de violencia de género?
¿Qué pasaría si dedicáramos horas en los matinales y noticieros para hablar del terrible drama previsional de las chilenas y chilenos?.
¿Por qué no abordar el secuestro de niños y niñas pobres que hacen los narcotraficantes para transformarlos en sus soldados y prostitutas?
¿Por qué no abordar que Chile tienen los peores índices de salud mental infantil del continente, así como también los más altos índices de consumo de drogas, alcohol y estupefacientes?.
¿Es qué tienen muy poca memoria los editores para cuestionar o investigar el origen del armamento ilegal que invade nuestras calles y asesina a personas inocentes?
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Y es que los medios también debieran servir para comunicar lo que no se dice, para traducir a la pantalla lo que se omite. Pero el nivel del periodismo chileno quedó demostrado con el burdo ataque a la periodista Paulina de Allende-Salazar: comunico solo para agradar al poder. Salvo honradas excepciones.
Los viejos sueños de incomodar a los acomodados, dormitan tranquilos en los sótanos de la memoria.