Los socialistas y socialdemócratas bajaron de 154 a 135 escaños, y los verdes se han desplomado de 74 a 53, siendo la extrema derecha la gran vencedora de esta jornada.
Por Joaquín Pérez
Este domingo se registraron elecciones al parlamento europeo en cada uno de los 27 estados miembros de la Unión. La alianza de la derecha conservadora (Partido Popular Europeo) que actualmente encabeza la cámara, salió reforzada, pasando de 182 diputados escogidos en 2019 a 186 alcanzados durante la jornada, por lo que es evidente que la alemana Ursula von Der Layen continúe como presidenta la Comisión Europea.
La extrema derecha neo fascista y neo nazi europea se divide en varios bloques, el principal es el que lidera la actual presidenta de Italia, Giorgia Meloni, llamado Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) el que obtuvo 73 escaños. El otro grupo relevante es el liderado por Marie Le Pen, de la Agrupación Nacional, con 58 escaños, a ellos se deben sumar los 15 diputados obtenidos por los neonazis del AFD Alemán, que en plena campaña señalaron que no se puede acusar de nazis a todos los que fueron de las SS.
Otro grupo importante de extrema derecha lo componen los 11 diputados del FIDESZ del premier húngaro Viktor Orbán. Con otros candidatos de extrema derecha, los neofascistas podrían llegar a contar con 175 escaños, solo 9 menos que la derecha y 40 más que el bloque socialista-socialdemócrata.
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Tradicionalmente, el gobierno de la Unión Europea ha nacido de un acuerdo entre los dos grandes bloques Conservadores y Socialdemócratas, sumando a liberales generalmente, pero esta vez durante la campaña Ursula von Der Layen, realizó varios gestos hacia Giorgia Meloni, que lidera ese sector de la extrema derecha a favor del régimen de guerra que se pretende imponer en Europa respecto a un involucramiento cada vez más activo en la guerra en Ucrania. Meloni ha sabido recoger el guante, ha llevado a Italia a salir del gran proyecto comercial de la "Ruta de la Seda", al cual habían adherido, y ha mostrado un alineamiento total con la política exterior norteamericana y los planes militaristas de OTAN.
Los Conservadores ofrecen hoy una gran alianza pro guerra, en la que cabe Meloni, no así otras extremas derechas que se muestran más independientes del conflicto global entre Estados Unidos y Rusia, como la húngara, la alemana o la francesa.
Lo que sí une a toda la extrema derecha es su posición anti inmigración, negacionista frente al cambio climático y la memoria histórica de los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios durante la primera mitad del siglo XX.
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Contradictoriamente, gobiernos que han sostenido ingresar a Europa y sus naciones a la guerra en Ucrania como el francés o el alemán, han sido duramente cuestionados en las urnas. Partidos de centro e izquierdas que han llevado el amén a esta creciente militarización de Europa, a esta escalada autoritaria, que recorta gastos sociales y aumenta el gasto militar, que amenaza con retomar el servicio militar obligatorio y otras medidas, ha salido duramente dañada.
Ha habido pocas excepciones este domingo al auge de las extremas derechas, solo en Finlandia y Suecia se ve un repunte de las izquierdas, luego de que estas se alejaran del discurso guerrerista anti ruso y anti chino. En Alemania, la Alianza BSW liderado por Sahra Wagenknecht obtuvo 6 parlamentarios europeos.
En Italia una alianza a la izquierda del Partido Democrático de carácter antifascista logró también 6 diputados, entre ellas Ilaria Salis, que lleva 15 meses de encarcelamiento primero y luego arresto domiciliario tras ser acusada en Hungría de agresión y conspiración criminal por, supuestamente, atacar a manifestantes de extrema derecha durante una protesta neonazi.
Otra excepción la ha constituido el País Vasco español, donde, por primera vez en la historia, la izquierda independentista ha sido la fuerza más votada en estas elecciones.