Tras ocho años de operación de la central hidroeléctrica Laja 1, habitantes de La Aguada continúan denunciando las consecuencias del embalse que se produjo en la zona, indicando que fueron engañados por la empresa que anunció una central «de pasada». El turismo en la zona, así como otras actividades relacionadas al río se hundieron en la decadencia.
Por: Alberto San Martín
En el río Laja, la empresa GDF Suez (Engie), instaló a finales de 2013, un proyecto que, ante los vecinos y el Servicio de Evaluación Ambiental, se presentó como una central de pasada, no obstante, la multinacional energética de origen francés construyó un embalse en el río Laja, inundando terrenos de la localidad de La Aguada en la comuna de Yumbel, modificando la dinámica natural del río y favoreciendo la acumulación y descomposición de materia orgánica, transformando la ribera del río en pantanos y zonas de aguas estancadas. Luego de ocho años de operación de la central, el turismo y las actividades de recreación en torno al río Laja han disminuido considerablemente, privando a la población de La Aguada de una importante fuente de sustento.
En conversación con Resumen, Roberto Avello, vecino de La Aguada e integrante de la Agrupación en Defensa del río Laja, nos comenta que «En el papel se dice que es una central de paso, pero tenemos una represa y un embalse de 15 kilómetros, un verdadero lago entonces por ahí no nos cabe muy bien que sea de paso»
«Inundaron todo el lecho del río y muchas hectáreas más y se sobrepasaron en los números que ellos dieron, la zona inundada no fue limpiada, osea no sacaron la vegetación del río, cortaron el camino que teníamos de La Aguada a Puente Perales, donde recolectabamos leña, hongos, rosa mosqueta. Aparte de inundar tuvieron que cerrar algunos camping, otros están a medio vivir» explica.
Roberto relata que «nos prometieron un camping para la comunidad y tampoco lo cumplieron, hicieron un gimnasio que se gotea, está muy mal construido, igual la comunidad lo ocupa, es una cancha… pero generalmente todo lo que prometieron lo han cumplido a medias, prometieron que el turismo se iba a incrementar mucho más y fue todo al revés» concluye.
«Salen malos olores del río, el agua tiene otro color, no tiene corriente el río, también se que mucha gente se ha enfermado por ir a bañarse, conjuntivitis, dolores de guata, dolores de cabeza» agrega Roberto.
En abril de 2016, Resumen visitó La Aguada y pudo constatar las consecuencias de la descomposición de vegetación en las zonas inundadas.
En ese entonces, Claudia Escobar, secretaria de la Agrupación en Defensa del Río Laja explicó que «Después de la primera inundación que hizo la central cambió totalmente el tema del río, la coloración de las aguas, las basuras que contienen, donde se acumuló, se estancó, también forma parte de la inundación no prevista porque no se le avisó a la comunidad antes de hacerlo por lo tanto fue un desastre bastante notorio porque la inundación provocó muchos cambios dentro del río»
Javiera Jerez, veraneante frecuente en el río explicó en aquella oportunidad que «hasta que se hizo la hidroeléctrica, hubo cambios, con mal olor en el río, el olor no se aguanta» y agrega que » hay muchas infecciones, los niños se van a bañar al río, infecciones en los ojos o les salen cosas en la piel por lo que está pasando por el agua estancada, y antes no ocurría eso»
«Ahora no llega gente, y antes se llenaban los camping y ahora nada, por lo mismo por el mal olor y por el mal estado del agua» explicó Javiera.
Impactos de las centrales hidroeléctricas
Las centrales hidroeléctricas utilizan la energía potencial que posee la masa de agua de un cauce natural en desnivel, este se hace pasar por una turbina hidráulica, la cual transmite la energía a un generador y se transforma en energía eléctrica. Existen centrales hidroeléctricas que requieren de grandes embalses o represas para acumular agua y asegurar un suministro constante para la generación eléctrica.
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Estos embalses generan una amplia serie de impactos ambientales, tales como la inundación de grandes superficies de terreno aguas arriba y modificación del caudal aguas abajo, lo que puede implicar pérdida de bosques, tierras cultivables y el desplazamiento de comunidades humanas, dependiendo de la magnitud de la inundación y las características resultantes del nuevo río. Otras centrales hidroeléctricas no utilizan embalses sino que desvían agua del caudal de un río hacia un canal de aducción, que puede ir a través de un túnel subterráneo, o atravesando montañas y valles. Estas centrales se denominan «de pasada» o «sin operación de punta» ya que generan energía con propio caudal del río, sin necesariamente tener que construir embalses.
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Estas centrales son promocionadas como inofensivas o «de bajo impacto», cuando en realidad, también pueden modificar en gran medida el régimen del río y la biodiversidad local.