Luego de una publicación de una investigación de la Universidad Austral encargada por la organización Caburgua Sustentable, se pudo determinar que la grave sequía que afecta a este lago se debe, en gran parte, al desvío del caudal del río Trafampulli que anteriormente desembocaba en el cuerpo de agua. Todo para abastecer a un empresario latifundista de la zona. Documentos de la Dirección General de Aguas (DGA) y pruebas científicas confirman la lamentable situación.
Por Nicolás Salazar
Gran preocupación existe hace años tras la sequía del Lago Caburgua en la comuna de Pucón. La afectación es tan evidente que cualquiera que visite la turística playa puede darse cuenta del flagrante retroceso de las aguas.
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Lo que era hace poco un misterio para algunos, o un secreto a voces para otros, se develó con la publicación del estudio de 49 páginas que entrega mayores antecedentes sobre las causas de la pérdida de agua del Lago.
Al respecto se señala que el desvío de un brazo del río Trafampulli sería una de las principales razones del retroceso del lago. Además, se suman la disminución de precipitaciones y el calentamiento global.
Según consignan medios locales de la Araucanía, durante el gobierno de Michelet Bachelet entre los años 2006 y el 2008, la DGA autorizó al empresario latifundista Marcelo Benito Taladriz a construir un dique que desvió todo un brazo del río que anteriormente llegaba al Lago Caburgua.
El caso de este lago se suma a una serie de usurpaciones de agua que realizan diversos grandes empresarios y grupos económicos amparados en el Código de Aguas, cuerpo legal instalado en plena dictadura y que no garantiza el derecho humano al agua, mercantilizando un elemento vital para la vida humana y toda la naturaleza.