[resumen.cl] La información publicada en el Latinobarómetro presenta diferentes elementos que caracterizan la situación actual del país. Entre estos, cuatro de cada diez personas declaran tener dificultades crónicas para llegar a fin de mes, mientras un 11% admite no tener suficiente comida para alimentarse.
La falta de alimentación no es solo un problema suscitado tras la pandemia, sino que un problema permanente de la última década, de acuerdo a la mayor encuestadora de América Latina; otra muestra más de la intolerable desigualdad que vive la sociedad chilena y que puede considerar como parte de las causales del Estallido Social iniciado en octubre de 2019, según la encuesta publicada ayer lunes en toda América Latina.
En este mismo sondeo de opinión, el año 2017 un 7% de los chilenos había sostenido frente a esta encuesta la misma respuesta: "no tener suficiente comida para alimentarse". La cifra llegó a elevarse a un 13% el año 2018.
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Este mismo sondeo pidió a los ciudadanos calificar su condición económica, ante lo que un 57% se declara de clase baja, un 39% de clase media y un 4% de clase alta. De acuerdo a este mismo estudio, solo un 49% de la población recibe algún tipo de ayuda del Estado, por lo que los subsidios ni siquiera son insuficientes, sino que, además, ni siquiera llegarían a todas y todos los desfavorecidos.
El sondeo apunta a la inestabilidad laboral, porque la mitad de las personas encuestadas (un 51%) se manifiesta "preocupado" por quedarse sin trabajo en los próximos meses.
Por último, como dato a considerar, el 93% de los Chilenos considera que la distribución de la riqueza en el país es injusta
La Olla Común
El 18 de mayo de 2020, durante el primer día hábil de cuarentena total para la Región Metropolitana, se desarrollaron intensas protestas en la comuna de El Bosque ante las ineficientes políticas del Estado -que hasta la actualidad son medidas superficiales-, visibilizando la falta de alimentos y trabajo en el sector.
En dicho contexto, las ollas comunes tuvieron un alza sostenida como espacio de organización y alimentación colectiva. Si bien han existido desde hace décadas, en el actual contexto estos trabajos colaborativos han sido esenciales para importantes sectores de la población ante las insuficientes políticas gubernamentales.
Según información publicada durante esta jornada por RBB, en La Pintana existieron a lo menos 125 ollas comunes en un momento de peak de contagios.