[resumen.cl] El Documental «Sin Patrones" relata la historia de los trabajadores de la Lavandería y Lavaseco "Los Gobelinos", ubicada en una antigua casa de Avenida Juan Bosco 151, frente al Colegio Salesiano en Concepción.
Luego del terremoto del 27 de febrero de 2010 la lavandería intentó ser clausurada por su dueño, frente a lo cual los trabajadores decidieron hacerse cargo de ella, iniciando un proceso de recuperación y desarrollo de esta unidad productiva. Comenzaron por enfrentar las necesidades más urgentes y, ahora, su trabajo es valorado y requerido por muchos vecinos del lugar.
«Sin Patrones» narra el camino recorrido por quienes emprendieron esta iniciativa y también explica la gran incertidumbre que aun la envuelve: el futuro de la casa.
El director, Jorge Espinoza Lagos, quien el 15 de marzo del 2013 estrenó esta obra en la propia lavandería, ha planteado a Resumen que esta obra expresa que "la organización productiva es una forma de combatir este modelo económico, y el documental trae a tierra esto que muchos no lo creen o piensan que es una fantasía imposible de concretar en la actualidad".
No exentos de problemas, las personas que dan vida a la lavandería Los Gobelinos, relatan cómo ha sido trabajar sin patrones durante 6 años. Luis Mora, quién anteriormente trabajó durante más de 20 años bajo la dirección de los "antiguos patrones" en la que era una cadena de lavanderías y lavasecos, cuenta que esta experiencia les cambió la forma de convivir y de trabajar. Y que lo más duro en este tiempo fue la reciente partida de uno de sus compañeros más queridos.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar estos 6 años sin patrones?
Acá partimos trabajando solos después del terremoto, a los días después a partir de un solo trabajo que nos llegó para lavar, eran pura ropa de cama y alfombras que le había llegado la ola del maremoto, así que ahí salió «güena» pega y nos sirvió para comprar insumos, así fuimos recolectando lo necesario para continuar y después de unos meses de trabajar sin tener sueldos, nos afirmamos. Ahora, hasta nos hemos subido el sueldo. (Risas)
La experiencia de trabajar sin patrones es mucho más tranquila y relajada, nadie manda a nadie, pues todos sabemos lo que hay que hacer. Por ejemplo si hay una luz prendida que no se ocupa, se apaga, pues sabemos que eso, al final del mes nos beneficia a todos. Antes los patrones eran irresponsables, sobre todo con las platas, nos sirvió harto quedar solos, logramos aumentar nuestros ingresos, pagar las cuentas en las fechas que corresponden y responsablemente. Todo anda más ordenado. Los patrones tampoco sabían las necesidades de insumos del local ni de los trabajadores, a veces faltaban cosas y no se trabajaba de buena forma, nosotros acá sabemos lo que falta y tenemos un orden con nuestro trabajo. Nosotros compramos lo que necesitamos el fin de semana y el lunes a primera hora está acá, eso antes no pasaba, teníamos que andar comprando de a «pillisco» y sacando a «pata» las entregas.
¿Cómo surge la iniciativa de la Cooperativa de trabajo?
La iniciativa de continuar solos surge de los trabajadores más antiguos, porque los patrones luego de declararse en quiebra querían cerrar la lavandería y nosotros nos opusimos, ya que además nos debían los años de servicios de administraciones anteriores y esa plata no la tenían, así que ahí nos pusimos en la firme hasta que llegamos a un acuerdo con las maquinarias y el negocio. Entre nosotros se conversó el tema y sabíamos que enfrentaríamos hartos riesgos, pero con el compromiso de los compañeros nos lanzamos nos más, y logramos salir adelante, y aquí estamos, con todas las ganas de seguir.
Aquí todas las decisiones se conversan y se respetan las opiniones y los problemas de todos, nos apoyamos entre todos, somos como una familia. Gracias a esas decisiones que se toman en conjunto hemos podido salir adelante.
¿Cómo se proyectan, qué esperan para el futuro?
Ahora con la perdida de nuestro compañero Salomé Toro, la cosa se puso más difícil, pero las familias se han puesto la camiseta y han apoyado en la pega. Nosotros cuando salimos de vacaciones, nuestros familiares asumen cargos en la lavandería, así nos organizamos para salir, eso mismo estamos tratando de implementar para compensar la ausencia del «Salito».
Lo otro es el tema de la casona, esa es la parte difícil, tenemos todas las ganas de seguir, el único problema es el incierto futuro de la casona, del lugar donde desempeñamos nuestro trabajo (casona ubicada en Freire con Avda. Juan Bosco). Mientras estemos aquí, seguir, seguir no más. Pero si llegan a vender el lugar, no nos vemos cambiándonos de local, por el tema de las maquinarias, son muy antiguas y lo más probable que si se desarman se hacen polvo. ¡Esperamos durar 10 o 15 años más acá! (Risas)
¿Qué se siente ser parte de un proyecto documental?
Felices, contentos, nunca lo esperamos. Mi hijo se emociona, se siente orgulloso de su papá. Estamos felices de que nos hayan tomado en cuenta, nos ha servido harto como publicidad, para darnos a conocer, porque hay harta gente que pasa por la casa, la mira, pero no sabe que hay adentro. A uno lo enorgullece este trabajo, se forma una amistad con la gente, muchos llegan acá después de haber visto el diario, el documental o un reportaje que nos hicieron en TVN, de los 50 negocios más antiguos de Chile, para felicitarnos, eso nos da más fuerza para seguir adelante. Agradecidos no más.
¿Sienten que son un ejemplo a destacar?
Nosotros pensamos que si, la clave para trabajar juntos es el respeto, todos somos compañeros y eso es algo que se ha perdido. Acá a nadie se le han subido los humos a la cabeza, nunca se nos ha olvidado que somos trabajadores y compañeros de trabajo. Después que quedamos solos nos hemos llevado mucho mejor. Don Salo nos enseñó a ser perseverantes a apechugar no más contra la adversidad, su legado es que sigamos adelante y así esperamos seguir haciéndolo, ahora con mayor razón en honor a él también.
Lavandería y lavaseco Los Gobelinos. El brote de las empresas gestionadas por sus trabajadores