Pese a las diferencias que existen en el espectro político institucional, hay algo que une a todos los partidos en Chile: la militarización del Wallmapu. Pese a breves interrupciones, los estados de excepción en los territorios mapuche han sido la regla general tanto en el gobierno de Boric como en el de Piñera. La última votación de la Cámara de Diputadas y Diputados muestra como las y los congresistas, desde el Partido Comunista y el Frente Amplio, hasta la UDI y Republicanos concuerdan en algo: es necesario enviar fuerzas militares a territorio mapuche.
Vicente Lagos Isla
El viernes 29 de junio de 2022, la cámara baja aprobó una nueva extensión del estado de excepción en la denominada «Macrozona Sur». Llama la atención que la medida tuvo 121 votos a favor, seis en contra y cuatro abstenciones, es decir, casi la totalidad del Congreso se alineó con la medida. El hecho es elocuente y se explica por sí solo: la derecha y la izquierda parlamentarias están de acuerdo en militarizar los territorios con presencia mapuche. Son aliados a la hora de utilizar la fuerza militar para solucionar un conflicto histórico.
La línea tomada por la clase política muestra el fracaso del Estado para solucionar la deuda histórica con las comunidades mapuche que fueron despojadas mediante violencia y engaños de sus tierras desde el siglo XIX.
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Es criticable que el presidente Boric haya prometido un nuevo camino para solucionar este conflicto histórico, sin embargo, ha seguido el mismo curso que el gobierno de Piñera, mostrando una clara continuidad en la materia entre ambas administraciones. Esta línea busca solucionar un problema político-cultural en el país mediante el uso de la fuerza y ya no solo con Carabineros, sino con el Ejército y la Armada.
El mismo Boric prometió que durante su administración las grandes empresas forestales no tendrían el mismo trato. No obstante, hasta el momento los Matte y los Angelini siguen ganando fortunas millonarias a expensas de territorio mapuche plantado con monocultivo de pino y eucalipto. Y además con la seguridad que le brindan carabineros y militares.
De esta manera, pese a excepciones como las diputadas 'anco, Nuyado, Jiles, la clase política en bloque ha optado por seguir el camino de la violencia en la zona. Y Boric ha demostrado que en algunos puntos, pese a sus banderas de izquierda y progresismo, sigue coincidiendo con los más conservadores representantes de la derecha.