Sr. Director

Un compañero me dijo que "los tiempos del Estado no son los tiempos de las víctimas», y tenía razón.

Hace unos días, ha fallecido doña Eliana Sepúlveda, sin alcanzar justicia para su sobrino Ariel, una de las 81 personas que murieron quemadas en el incendio de la cárcel de San Miguel, el 8 de diciembre de 2010.

El día del incendio, estuvo todo el día acompañando a su hermana (madre de Ariel) en las afueras de la cárcel, esperando noticias de su sobrino, sin embargo, no les entregaban ninguna información. Sólo en la última lista de fallecidos confirmaron que Ariel estaba entre los muertos.

Doña Eliana recordaba que el gobierno les ofreció apoyo psicológico a los familiares de los reos, pero que éste nunca llegó, "sólo fueron promesas incumplidas".

Cuando su hermana enfermó en forma irreversible, a pesar de su personalidad retraída, decidió asumir su representación y continuó exigiendo justicia, transformándose en una de las familiares más queridas por su carisma.

A 15 años de ocurridos los hechos, y con una absolución en lo penal, las familias aún esperan ser indemnizadas por el Estado chileno por la responsabilidad que le cabe en las muertes de aquellos hombres que estaban bajo su custodia.

Por Mariela Santana