El Ministerio de Educación ha anunciado nuevas medidas para el desarrollo de clases presenciales en marzo, entre las que se encuentran una inyección de dinero de más de 16 mil millones y la recomendación de no uso de uniforme escolar. Sin embargo, han sido catalogadas como ineficientes de parte de la población.
Por Angeles Arriagada Saavedra
La propuesta de volver a clases en modalidad presencial por parte del Mineduc, que ha sido intransigente desde el inicio la pandemia y, cómo ya se ha visto, ha terminado en evidente fracaso, continúa con la idea de establecer para marzo su aplicabilidad, tratando la presencialidad como regla general. Sin embargo, esta medida no ha sido bien recibida por distintos entes, como el Colegio de Profesores y Profesoras, las y los apoderados, el estudiantado y, conjuntamente, las comunidades educativas, quienes no sienten seguridad de volver a esta modalidad sin tener una verdadera certeza de cómo estará la situación en ese mes debido a la pandemia.
Mario Sobarzo, investigador del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH), al ser consultado por RESUMEN sobre qué le parecían las proyecciones sobre el retorno a clases, calificó como "bastantes desajustadas con la realidad las proyecciones porque, por una parte, el principal problema respecto de todo esto que se está proyectando, de lo que se está pensando, es que el Mineduc no ha partido por preguntarle ni hacer partícipe a las comunidades escolares, y eso es una disonancia gigantesca, porque es la disonancia que hay entre las personas que toman las decisiones a nivel político; el Ministerio, el Consejo Asesor de la Mesa Covid, etc., y lo que son la realidad de las escuelas, que en el fondo son los principales que deberían subidos arriba del tren si es que hoy día se decide volver a clases y eso hoy día no ocurre".
Te puede interesar| Colegio de Profesores y Profesoras por eventual clases presenciales en marzo: "insisten en un retorno a las escuelas para salvaguardar sus intereses económicos"
También, dentro del marco del retorno a clases, se anunció una inyección de más de 16 mil millones. Sin embargo, según Mario Sobarzo, es poco apegada con la realidad de cientos de escuelas y liceos, considerando que esta medida sólo alcanzaría para la mitad de los establecimientos de Chile: "La realidad dice, que con 16 mil millones de pesos más o menos, que es lo que hoy día ha ofrecido el Ministerio, alcanza a llegar a más o menos la mitad de los colegios, liceos y escuelas, el problema más de fondo es que no sirve solamente una inyección de recursos en un momento, sino hay que preguntarse por cuáles serían los recursos permanentes para poder hacerlo".
Ante esto, y al ser consultado si también la consideraba una medida centralista, el investigador afirmó que dentro del Consejo Asesor solamente hay una persona que efectivamente representa a los establecimientos municipales que no pertenecen a la Región Metropolitana: "Si usted mira nuevamente el Consejo Asesor, se encuentra con que la inmensa mayoría de las personas que están tomando las decisiones, efectivamente son personas que son de Santiago, hay una sólo que representa a las escuelas públicas básicas que son de regiones, pero la verdad es que es muy poquita la participación. No hay una consulta, no hay participación de las comunidades escolares, cuando esto lo llevamos a regiones, lo llevamos a provincias, lo llevamos a una escuela rural, etc., es mucho menos la conciencia y la claridad de lo que está sucediendo".
Finalmente se refirió al tema sobre otra medida que emitió el Mineduc, que consiste en que el uniforme no sea obligatorio para poder apoyar en la economía del hogar, la cual consideró como que ya no debería ser un tema a discusión, ya que en muchos países del mundo ya no existe esta medida: "El tema del uniforme hace mucho rato ya es una cosa que no tiene sentido, eso es parte de un modelo de educación decimonónico, construido sobre ciertas ideologías que tenían que ver con ciertos conceptos alemanes, respecto a lo que era la influencia de la educación y que pensaban, justamente, que había que uniformar, como de uniforme el Ejército, como se uniformaba a los estudiantes en los colegios, como se generó uniforme en algún momento en las cárceles, como en las películas; entonces había un modelo muy penalizante respecto del uso del uniforme", concluyó.