El Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de Temuco sentenció a Martín Pradenas Dürr a 20 años de prisión como culpable de los delitos de violación y abuso sexual contra seis mujeres entre 2010 y 2019, la mitad de los 41 años solicitados por el Ministerio Público.
Por Alejandro Baeza
Si bien Fiscalía y los abogados querellantes, el tribunal de alzada dicto sentencia por 20 años de presidio. El proceso judicial se desarrolló en la Araucanía mientras Martín Pradenas ha estado recluido bajo la cautelar de prisión preventiva en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Valdivia por delitos sexuales contra de seis mujeres de entre 13 y 21 años, cometidos entre noviembre de 2010 y septiembre 2019 en Temuco y en Pucón. Los testimonios argumentan cinco delitos de abuso sexual y dos de violación.
«Las seis protagonistas de estas historias son mujeres, quienes algunas cuando eran adolescentes y otras cuando eran niñas, fueron víctimas de una agresión sexual», señaló el fiscal Miguel Ángel Rojas en el último alegato luego de un proceso que comenzó en 2019 y que constó con 37 audiencias.
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Pradenas Dürr tiene en su contra más de 100 testimonios presentados por el fiscal Rojas, además de informes policiales y pruebas. Uno de los sucesos por los cuales se inició la investigación y el caso en 2020, fue la agresión sexual contra Antonia Barra de 21 años, que desembocó en su suicidio y fue el detonante para abrir la investigación.
El fiscal Rojas planteó en la sesión que Pradenas actuó «utilizando el mismo modo de operar, aprovechándose de una situación de vulnerabilidad situacional, contextual, que vivían cada una de las víctimas las agredió sexualmente en distintas oportunidades».
«A lo largo de este juicio quedó demostrado que esta misma forma de operar fue evolucionando en el tiempo en el sentido de que esta situación de vulnerabilidad fue aprovechada por el acusado para efectos de atacarlas de manera intempestiva, aprovechando que las víctimas quedaban paralizadas, choqueadas, aprovechándose también se de su mayor capacidad física», sostuvo.
El persecutor además agregó que «más allá de la repetición de esta misma forma de operar que fue evolucionando en el tiempo, no podemos tampoco dejar de mencionar que la forma en que agrede a las víctimas también fue evolucionando en el tiempo». «Comenzamos con hechos que son constitutivos de abusos sexuales para culminar con delitos que son constitutivos del delito de violación. A nuestro entender eso es lo que se ha acreditado a lo largo de estas más de treinta jornadas» concluyó.