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Recordemos que desde el pasado 7 de julio Haití atraviesa una violencia desatada producto de la guerra entre bandas. En ese marco miles haitianos huyen del país, una de las rutas utilizadas es la de Bahamas para, finalmente, llegar a Estados Unidos.
La ONG Human Rights Watch, estima en 300 las personas asesinadas hasta este viernes, 21 de ellas quemadas, además de contar 16 desapariciones. Para la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos “las bandas también quemaron viviendas y usaron vehículos pesados para demolerlas, 125 casas quedaron destruidas”.
Recién hace una semana, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votó de forma unánime un veto a la venta de armas en Haití. También la ONU aprobó que continúe la presencia de las fuerzas de paz en el país, a pesar de su cuestionamiento y el nulo efecto en el cese de la violencia.
En ese sentido, el primer ministro Davis manifestó “Nuestra posición de Caricom, siempre ha sido que la solución tiene que ser una solución de Haití en lugar de una solución impuesta. Esa sigue siendo nuestra posición y vamos a participar muy pronto en el intento de unir a las facciones. Por el momento, son solo guerras de pandillas. Es un estado fallido. Y los esfuerzos para unir a las partes en conflicto, y digo a los líderes de las pandillas, están en marcha mientras hablo”.
La crisis solo ha empeorado en el último tiempo debido a los cortes eléctricos, la escasez de combustible y el control de las mafias respecto a la venta de carburantes. Haití vive una difícil situación, agudizada tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021 presuntamente ejecutado por mercenarios locales y colombianos ligados a grupos paramilitares. El hecho estaría articulado desde Estados Unidos y República Dominicana y se encuentra aún en investigación.