Mujeres del Mar: Memorias del oficio pesquero-artesanal en caletas del Gran Concepción

[resumen.cl] Mujeres del Mar constituye un registro del proceso de reivindicación de trabajadoras que, hasta su organización, habían estado invisibilizadas y sus requerimientos e interpretaciones silentes en el debate en torno a los problemas asociados a su labor. A través de un libro y un registro audiovisual, este trabajo permite conocer aspectos del recorrido de estas mujeres por lograr propósitos colectivos en medio de un contexto absolutamente desfavorable y, cuando no, hostil.

Son chinchorreras, algueras, mariscadoras, encarnadoras, pescadoras, charqueadoras y cocineras quienes hablan de este camino que tiene su hito inicial en la inscripción legal del Sindicato de Algueras de Coliumo el año 2002. Fue el primero en constituirse formalmente para dar paso a la conformación de otros en distintas caletas de la provincia de Concepción y a nivel nacional. Han conseguido, entre otras conquistas, la asignación de áreas de manejo para sus labores, mientras reconocen que existen muchas situaciones que deben ser cambiadas de raíz, tal como la administración de las pesquerías hasta ahora en favor del gran empresariado.

Mujeres del Mar focaliza su atención en trabajadoras de caletas de la provincia de Concepción a través de un proyecto VRID [Vicerrectoría de investigación y Desarrollo] de la Universidad de Concepción. A continuación, las autoras Valentina González Rojas (socióloga), Paula Fuentealba Urzúa (Antropóloga Sociocultural) y Rosa María Guerrero Valdebenito (socióloga), directora del proyecto VRID-UDEC Procesos de adaptación, rearticulación y resistencia derivados de la modernización neoliberal en caletas urbanas del Área Metropolitana de Concepción, Región del Biobío, responden a las consultas de Resumen en torno a la realización de este trabajo y sus hallazgos.

"Mujeres del Mar, Memorias del oficio pesquero-artesanal desde el relato de pescadoras del Área Metropolitana de Concepción"

Charqueadora. «Mujeres del Mar, Memorias del oficio pesquero-artesanal desde el relato de pescadoras del Área Metropolitana de Concepción»

-Cuéntenos, cómo surgió la intención de realizar este trabajo y cómo se fue articulando vínculo con ellas.

Rosa Maria: En el análisis de los principales hitos transformadores de las caletas del AMC [Área Metropolitana de Concepción] desarrolladas en el proyecto VRID UDEC que tenía bajo mi responsabilidad observamos un aspecto común, las mujeres de las caletas había tenido un rol clave en la preservación de la cultura y el oficio pesquero, especialmente en situaciones de crisis. El hito más destacable fue el tsunami del 2010, muchas de las caletas del AMC quedaron muy dañadas, los pescadores quedaron sin sus materiales de pesca y la comunidad estaba devastada, en esas circunstancias las mujeres fueron las que levantaron la caleta, no solo desarrollando sus oficios, sino también a través de labores de cuidado y reconversión productiva. No obstante, este rol y sus acciones no estaban en los documentos. Los sindicatos de pescadores, eran los principales voceros de las comunidades, y en la mayoría de ellos no había mujeres. Sentíamos que el relato de las caletas, sin ellas, estaba incompleto. Las mujeres eran portadoras de saberes y prácticas que habían moldeado la vida y el habitar del borde costero. Su relato era imprescindible para conocer la cultura pesquera artesanal y sus asentamientos. Eso motivó el proyecto.

Valentina: Respecto a lo mismo, la idea del proyecto era aproximarnos a las mujeres desde sus propios relatos y memorias, ¿quiénes eran?, ¿qué labores desarrollaban en las costas locales? Poco a poco, comenzamos a generar un catastro de las organizaciones de pescadoras y algueras existentes en la región, para así conocer estos asentamientos desde otra mirada. Así nos vinculamos dirigentas de la pesca tales como Sara Garrido (presidenta de la Red Nacional de Mujeres de la Pesca Artesanal en Biobío), Guillermina Flores (presidenta del Sindicato de Algueras de Cocholgüe) y María Eugenia Burgos (presidenta del Sindicato de Algueros de Lota Bajo), entre otras mujeres vinculadas a la vida al mar, quienes ampliaron nuestra visión respecto a la pesca como actividad y las formas de habitar el espacio pesquero.

Paula: La materialización de esta idea fue un proceso muy bonito y cargado de emotividad. Para sostener el relato del libro realizamos diversas instancias grupales de talleres de memoria en las caletas, para acercarnos al proceso colectivo de sus organizaciones, cómo se han transformado sus lugares, sus oficios e historias asociadas a ello. A partir de ello fuimos acercándonos a mujeres que estuviesen dispuestas a una conversación más en profundidad sobre su vivencia en el oficio pesquero, lo que nos entregó un relato muy enriquecedor que resalta la importancia del trabajo de las mujeres en los territorios costeros, cómo a través de sus oficios han sorteado las dificultades, aproximándonos también a sus sueños y expectativas de futuro. Yo creo que como equipo nos sentimos sumamente agradecidas de que nos abrieran las puertas de sus caletas, sus casas y de sus vidas, que han sido muy duras, lo que no suele ser reconocido, porque siempre se visibiliza al hombre pescador como sujeto icónico, cuando ellas desde su quehacer han sostenido la vida en las caletas.

"Mujeres del Mar, Memorias del oficio pesquero-artesanal desde el relato de pescadoras del Área Metropolitana de Concepción"

Talleres. «Mujeres del Mar, Memorias del oficio pesquero-artesanal desde el relato de pescadoras del Área Metropolitana de Concepción»

-Los testimonios que hablan de una invisibilidad están presentes en reiteradas ocasiones. ¿Cómo describirían esa situación? ¿Qué factores la explican?

Paula: Un punto importante para entender esta situación es la clásica división sexual del trabajo que sitúa a los hombres en el ámbito "productivo" y a las mujeres en el "reproductivo". Esta división incide en las políticas públicas; las mujeres no aparecen como sujetas de derecho en la ley de pesca, no se distinguen sus oficios y particularidades. Pero las mujeres siempre han estado, sólo que no aparecían en las cifras. Muchas de ellas participaban de sindicatos y organizaciones productivas, pero al ser de carácter mixto, invisibilizaban su participación, y raramente ocupaban cargos dentro de éstas. Recién desde el año 2000 las mujeres comienzan a aparecer en los registros pesquero artesanales, pero aún así hay oficios que no existen para la ley, por ende para el Estado esas mujeres no son trabajadoras del mar, lo que significa aún mayor invisibilidad y precarización de su trabajo y existencia.

Con este registro se evidencia que sin trabajo de las mujeres, la pesca artesanal no se sostiene. Si hacemos revisión de los distintos oficios pesqueros que ellas realizan, es evidente que el trabajo de las mujeres pescadoras es parte fundamental y básico para que el resto de labores, usualmente realizadas por hombres, puedan llevarse a cabo. Por ejemplo, si las mujeres no encarnan las redes, es decir, colocar los anzuelos en las redes para que los pescadores se las lleven en el zarpe, no hay pesca. Y así con numerosos otros procesos, como el charqueo, la recolección de orilla de algas y mariscos, que en su mayoría siempre han realizado las mujeres, y que gracias a ello las familias de los territorios costeros han sobrevivido ante las dificultades de vivir únicamente de la pesca artesanal, ante el crudo escenario de la reducción de las pesquerías, producto de la pesca industrial y afectaciones generadas por empresas extractivistas en el borde costero.

Rosa Maria: Coincido en gran parte con lo que plantea Paula. En Chile, al igual que en otros países latinoamericanos, la participación de las mujeres en la pesca se ha desvalorizado e invisibilizado. El machismo arraigado en las caletas se ha transmitido por generaciones, y se manifiesta en diversas prohibiciones, prácticas discriminatorias hacia las mujeres y mitos que las sustentan, que desde siempre ha contribuido a relegarlas a las orillas y a sus casas. La desvalorización del rol de la mujer en el oficio pesquero está asociada a una serie de estereotipos respecto a los roles domésticos y productivos de ésta. No obstante, hay numerosa evidencia de que la participación de las mujeres en los procesos pesqueros es vital para estas comunidades. Según datos oficiales, desde el año 2004, las mujeres inscritas formalmente en la pesca artesanal han subido de cuatro mil a cerca de 20 mil, es decir, en un 437%. La Región del Biobío, dónde se ejecuta este proyecto, concentra un total de 5.273 de mujeres pescadoras, que corresponde el 24% del total a nivel país.

La pesca artesanal y los asentamientos pesqueros han sufrido, especialmente en las últimas décadas, fuertes transformaciones, provocando una paulatina precarización. Estos cambios han generado que las mujeres adquieran un lugar más protagónico en el desarrollo y mantención, tanto del oficio pesquero, como de las caletas y la comunidad costera en general. Las mujeres de los asentamientos pesqueros artesanales han rearticulado sus prácticas e identidades frente a los contextos de disminución de los recursos marinos tradicionales, en pos de generar nuevas perspectivas de desarrollo para ellas, su familia y comunidad.

Sin embargo, la mayoría de las mujeres que ejercen actividades en torno a la pesca artesanal lo hacen de manera informal, es decir, no inscritas ni en el Registro Pesquero Artesanal (RPA) ni en el Registro Nacional de Acuicultura (RNA). Ello tiene implicancias en tanto se encuentran desprotegidas, sin previsión social e invisibilizadas, ya que no aparecen en los registros oficiales y, por ende, no son reconocidas como trabajadoras del mar.

Regularizar este último aspecto es fundamental para avanzar hacia la construcción de políticas y estrategias que promuevan el desarrollo equitativo de las comunidades costeras. Así también, la incorporación de medidas que reconozcan oficios desarrollados por mujeres (en el proceso extractivo, su procesamiento y comercialización).

"Mujeres del Mar, Memorias del oficio pesquero-artesanal desde el relato de pescadoras del Área Metropolitana de Concepción"

Recolección. «Mujeres del Mar, Memorias del oficio pesquero-artesanal desde el relato de pescadoras del Área Metropolitana de Concepción»

-Esta invisibilización se ha ido revirtiendo paulatinamente, producto de los logros y el proceso organizativo mismo de las mujeres. ¿Qué hitos distinguen ustedes en esta trayectoria?

Paula: Un hito importante ha sido la lucha constante contra el machismo en las caletas, que se evidencia en la presión que han ejercido las mujeres en sus territorios para ser reconocidas en las organizaciones pesquero-artesanales, denunciando las desigualdades y violencias a las que se veían expuestas tanto en el ámbito público como privado. En el proceso de investigación pudimos acercarnos a relatos sumamente crudos de mujeres que fueron atacadas de manera directa por hombres de los mismos sindicatos a los que ellas pertenecían, sólo por exigir una participación equitativa, el reconocimiento de sus propuestas de acción, que siempre iban en pos de la mejora de las condiciones laborales y de vida de sus familias y la caleta en su conjunto. El libro recoge en parte esta centralidad de las mujeres del mar en sostener las luchas territoriales contra el extractivismo pesquero, contra las termoeléctricas, y en su rol fundamental en rearmar la existencia en situaciones de crisis, desastres naturales como el terremoto-tsunami, un hito que ellas destacan como importante en sus vidas, porque de alguna forma reforzó a nivel personal y comunitario. Cada proceso que han ido enfrentando en sus territorios, las interpelaciones a autoridades por la mejora de sus condiciones de vida, todo eso ha generado que se reconozcan a sí mismas por su rol fundamental en sostener la cultura pesquero-artesanal, que involucra esta observación minuciosa del territorio costero, sus ciclos de recursos y el aprovechamiento virtuoso de sus riquezas para el bienestar comunitario.

Rosa Maria: La exclusión vividas por mujeres de distintas caletas, comenzó a hacer patente la necesidad del reconocimiento de sus diversos roles, a nivel doméstico, pero tb como trabajadoras del mar, que tienen derecho a ocupar espacios físicos para el desempeño del oficio y también espacios de poder. Esta necesidad de validación por sus múltiples trabajos y aportes a nivel familiar fue gatillando entre ellas el deseo de organizarse. Las mujeres pescadoras han comenzado progresivamente a organizarse para demandar sus derechos, hoy en día existen sindicatos dirigidos por mujeres y también AMERB gestionadas por ellas. A nivel más regional, el año 2018 se formaliza la Asociación Gremial de Mujeres de la Pesca Artesanal y el Borde Costero del Biobío (AGREMAR) ella agrupa a mujeres de las distintas caletas y han desarrollado un importante trabajo para visibilizar el trabajo de las mujeres en la pesca artesanal,

Valentina: Sin duda, que como mencionan Paula y Rosa María, el rol de las mujeres en el desarrollo y mantención de las caletas artesanales ha sido clave, pero no cabe duda que uno de los hitos de mayor importancia recae en los procesos de articulación derivados del tsunami del 27F, donde las mujeres fueron las principales actoras en la recuperación del territorio. Esta recuperación no solo se dio en el ámbito material, vinculado a la pérdida de sus viviendas y aparejos, sino que a la capacidad de gestión dentro de las comunidades y en especial, con las autoridades e instituciones vinculadas al proceso de reconstrucción post-tsunami.

"Mujeres del Mar, Memorias del oficio pesquero-artesanal desde el relato de pescadoras del Área Metropolitana de Concepción"

Alguera Lota Bajo. «Mujeres del Mar, Memorias del oficio pesquero-artesanal desde el relato de pescadoras del Área Metropolitana de Concepción»

-La sobreexplotación pesquera, un régimen de administración de cuotas de captura favorable al gran empresariado pesquero y la contaminación del borde costero constituyen algunos de los factores que han incidido en la pauperización de las comunidades pescadoras y recolectoras. Como investigadoras, ¿qué políticas creen que urge implementar en función de mejorar las condiciones de vida de este sector?

Valentina: A pesar de que la Ley de Pesca ha impulsado procesos de modernización de la actividad artesanal, no ha existido en esta política un interés por ampliar la cobertura y acceso servicios de protección laboral, social y en salud a los pescadores y pescadoras del país. Esta situación expone a las comunidades pesqueras a procesos de precarización y vulnerabilidad, que no solo se ven expresados en el nivel material, sino que también en su bienestar. Lo anterior, sumado a la inestabilidad laboral propia de la actividad, debido a la estacionalidad de los procesos productivos, genera un escenario de amenaza en la preservación de las comunidades pesquero artesanales.

Por otro lado, creo que urge incorporar el enfoque de género en las políticas y programas vinculados a la pesca, debido a que la participación de las mujeres en esta actividad es cada vez más extendida y ha aumentado en un 437% durante los últimos diez años. La cuota de género en la pesca artesanal es primordial, sobre todo si consideramos los roles que han desempeñado las mujeres en la reconfiguración y diversificación productiva de las caletas. Ante ello, creo que es necesario incorporar a las organizaciones y representantes de la pesca artesanal en los espacios de deliberación existentes a nivel regional y nacional de manera que se pueda construir una cartografía de la pesca más equitativa con los territorios y que, a la par, valorice el trabajo desarrollado históricamente por algueras, mariscadoras, charqueadoras y pescadoras.

Otro aspecto a considerar reside en la dimensión espacial de los territorios costeros y que, actualmente se ven amenazados por la instalación de proyectos a gran escala. Así, vemos cómo el borde costero nacional se ha transformado a partir de la instalación de proyectos inmobiliarios, turísticos, energéticos y portuarios, que no solo reconfiguran la noción de ciudad, sino que también exponen a las comunidades pesqueras a procesos de erradicación. Ante ello, creo que es necesario impulsar una política orientada a integrar socioespacialmente a las caletas pesqueras de nuestro país, para así mantener las actividades a baja escala y asimismo, preservar parte de nuestro patrimonio pesquero nacional.

Rosa: Las regulaciones al sector pesquero artesanal implementadas desde mediados de los años setenta en Chile, han entendido ésta fundamentalmente como una actividad productiva, sin considerar los aspectos sociales y culturales asociados. Gran parte de la ciencia de ordenación pesquera ha sido realizada principalmente por actores técnicos preocupados, en primer lugar de la conservación de importantes especies biológicas marinas y, en segundo lugar, de asignar los recursos pesqueros y elevar al máximo los beneficios económicos de los mismos. Esto ha generado, por un lado, que exista un fuerte desconocimiento institucional de los saberes y prácticas pesquero artesanales y de los aportes de éstos a la mantención de los ecosistemas marinos y al desarrollo local. Como también, ha implicado que las reformas a la pesca artesanal más que hacerla sustentable han generado una precarización progresiva de la misma.

Por ello es preciso que la ordenación pesquera haga más hincapié en el hecho de que la pesca es un fenómeno humano. "Esencialmente, las caletas son lugares donde las actividades humanas están vinculadas con ecosistemas marinos y recursos renovables. Las caletas son mucho más que regiones geográficas, métodos de pesca, tipos de artes, especies concretas de peces, recursos naturales o sectores económicos, son algo mucho más humano«, se acuerdo a J. McGoodwin. Diversos estudios han puesto de manifiesto que los saberes y prácticas de las comunidades pesqueras han sido elementos fundamentales para la adaptación y preservación de estas comunidades y sus prácticas productivas, como también de los ecosistemas marinos que los nutren. Cambiar el paradigma bajo el cual se define y aborda el desarrollo de las caletas es central para avanzar en un desarrollo integral y sostenible de las mismas. La Ley N° 21.027, más conocida como Ley Caleta, aprobada en el 2017, avanza en ese sentido. Por primera vez define a las caletas como una unidad productiva, económica, social y cultural ubicada en un área geográfica delimitada. Asimismo se propone regular y potenciar el Desarrollo Integral y Armónico de las Caletas Pesqueras a Nivel Nacional fijando normas para su Declaración y Asignación. Si bien esto aparece como un importante avance, es importante ver como será su aplicación cuando no hay mucha información sobre las comunidades, sus formas organizativas no productivas y límites geográficos. El enfoque de género no está presente tampoco en esta ley. Es un paso, pero creo que hay que hacer varios ajustes a ésta para que realmente se constituya en mecanismos que incentive un desarrollo integrado de las diversas comunidades pesqueras.

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Talleres. Mujeres del Mar, Memorias del oficio pesquero-artesanal desde el relato de pescadoras del Área Metropolitana de Concepción»

-El libro es el producto de un proyecto financiado, entre otras instituciones, por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Concepción. Ahora bien, cabe preguntarles ¿qué rol creen que debiese tener la institución para con la comunidad de la provincia de Concepción?

Rosa: Las universidades en general y particularmente la Universidad de Concepción, son y han sido actores claves para la identidad y el desarrollo de los territorios en los cuales se emplazan, y en el cual desarrollan su quehacer. Esto no se debiese olvidar tanto en el quehacer académico de formación de estudiantes y como en el desarrollo de la investigación.

Sin embargo, las universidades también han sido permeadas por este modelo de desarrollo de corte neoliberal y eso ha marcado el desarrollo de la academia en las últimas décadas. La lógica centrada en una productividad académica medida en términos cuantitativos ha relegado el desarrollo de procesos de vinculación más afectivos y efectivos con los territorios y con sus dinámicas.

No obstante, veo en los últimos años un énfasis institucional por asumir una mayor vinculación con las comunidades y sus problemáticas. Se ha creado la Dirección de Equidad, Género y Diversidad, para asumir el desafío de aportar a reflexionar y abordar estas problemáticas tanto al interior de la universidad como en su entorno. La Vicerrectoría de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio (VRIM) se planteó liderar un programa para instalar la interculturalidad como línea transversal que permee la formación, investigación y vinculación con el medio, desde la Universidad, pero orientada hacia la divulgación de sus principios rectores hacia el conjunto de la comunidad.

Estos son avances que van orientando los cambios al interior de las distintas facultades y carreras. Especialmente para que se generen cambios en el currículum y en la investigación,la cual, desde mi parecer, debiese tener cada vez más un enfoque aplicado, sobre todo en temas centrales vinculados a la calidad de vida de las comunidades.

Creo que también hay una mayor sensibilidad por parte de académicos y estudiantes por abordar estos desafíos. Sin duda que asumir estos cambios requiere también cambios estructurales en el modelo, pero la crisis social y sanitaria sin duda pujan por llevar a cabo estas transformaciones. El decidir por un cambio de constitución, que esperamos se dé en octubre, va abrir espacio para repensar los cambios de modelo educativo universitario, entre ellos el rol de la universidad como actor social y político.

Paula: Todo lo que menciona Rosa sin duda son importantes avances, los que en especial se han materializado y/o se están intentando sostener en el tiempo en especial por la voluntad y gran persistencia de académicas/os, investigadoras/as y colaboradoras/es que no necesariamente están vinculados directamente a la Universidad de manera permanente, pero que, así como nosotras, consideran que esta casa de estudios le debe mucho al entorno socioambiental en el que se encuentra inmersa. Estamos en un contexto donde cada vez hace más sentido que las iniciativas que se propongan desde la Universidad dejen de ser únicamente desde una lógica transferencista, unilateral y jerárquica, para que se materialicen procesos de investigación-acción en distintas áreas, de construcción de conocimiento y propuestas colaborativas, donde de una vez por todas se validen los saberes y perspectivas que se gestan en los territorios.

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