Por Carolina Rojas
En la elección presidencial del domingo 19 de noviembre nos jugamos nuestro futuro: perder o mantener nuestros derechos. Ni más ni menos.
El avance, lento pero consistente, que hemos logrado en igualdad de derechos está en grave peligro. El candidato de la extrema derecha, José Antonio Kast, no sólo propuso eliminar el Ministerio de la Mujer y derogar el aborto en tres causales en su programa de gobierno inicial, sino que pretende suspender la agenda 2030 de desarrollo sostenible, iniciativa suscrita por 193 países para avanzar en igualdad de género, entre otros objetivos.
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Kast es machista y retrógrado. Como diputado, votó en contra todas las iniciativas que nos han dado libertades reproductivas: educación sexual, píldora del día después, aborto en tres causales. Prefiere que una adolescente violada tenga un hijo obligada en vez que pueda decidir por sí misma qué hacer. Me aterra pensar que esto le pase a mi hija o a cualquier mujer.
Para Kast, nuestro papel en el mundo es ser madres y esposas, eso es todo. Sus políticas centradas solamente en su visión de una familia perpetúan las desigualdades que han restringido nuestra libertad por siglos. No le habla a las jóvenes que tienen proyectos personales fuera de la familia. Ofrece bonos sólo para casadas, en vez de priorizar las más de 500.000 mujeres que crían solas a sus hijos en nuestro país. Ellas sí necesitan bonos, en especial cuando los "papitos corazón" no pagan la pensión alimenticia. Como Parisi, a quien Kast defiende por conveniencia política.
El programa de Boric, por el contrario, es explícitamente feminista, inclusivo y tolerante a las diferencias. Conforme a las tendencias de países desarrollados, propone políticas que buscan fomentar la igualdad de género: educación sexual, acceso universal a anticonceptivos, ley contra la violencia de género, incentivo a la contratación de mujeres, mejoras a la ley de igualdad de sueldos, entre otras medidas pro mujer. Para que continuemos siendo protagonistas con derecho a decidir sobre nuestras vidas.
Que no nos engañen, no da lo mismo por quién votar. Ya hemos tolerado demasiados años de injusticias y discriminación para retroceder y perder los derechos que tanto nos ha costado ganar. Pensemos con la mano en el corazón ¿Qué es lo mejor para nuestras hijas, hermanas, amigas? Y votemos por un futuro mejor para todas nosotras.
Carolina Rojas
Co-Líder de Mentorías +Mujeres en UX Chile
Co-Fundadora Comunidad Cuídame