Estudios liderados por la investigadora Yasmin Hurd, una neurocientífica de renombre, se han centrado en explorar los impactos del consumo de cannabis en el cerebro, especialmente en poblaciones vulnerables como los adolescentes y los fetos expuestos durante el embarazo. Su trabajo ha revelado importantes conexiones entre el consumo de cannabis y alteraciones en la estructura y función cerebral, con especial atención en cómo afecta al desarrollo durante la adolescencia y en el útero.
Según una publicación de Science titulada «As cannabis laws relax, neuroscientist warns of its dangers for developing brain» – «A medida que las leyes sobre cannabis se flexibilizan, una neurocientífica advierte sobre sus peligros para el cerebro en desarrollo- uno de los aspectos cruciales de su investigación es el papel fundamental del sistema endocannabinoide, que comprende moléculas y receptores similares al THC, un componente clave del cannabis. Este sistema es esencial en el desarrollo del cerebro, particularmente en la corteza prefrontal que influye en la toma de decisiones y el autocontrol. Estudios en ratas han demostrado que la exposición al THC durante la adolescencia puede alterar la estructura y función de las neuronas en esta área del cerebro.
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Los efectos del cannabis no se limitan solo a la adolescencia. La exposición prenatal al THC también se ha relacionado con alteraciones en la expresión génica y cambios en el sistema dopaminérgico del cerebro fetal, lo que sugiere que puede interferir en la regulación emocional y aumentar la vulnerabilidad a la adicción. Además, la exposición prenatal al cannabis puede transmitir cambios epigenéticos a las siguientes generaciones, lo que subraya la importancia de abordar la exposición al cannabis tanto en mujeres embarazadas como en las que planean serlo.
El aumento en la potencia del cannabis es otra preocupación que Hurd y su equipo han investigado. Descubrieron que altas dosis de THC pueden hacer que las ratas sean más sensibles al estrés y tomen decisiones arriesgadas, mientras que dosis más bajas también tienen efectos distintos en el cerebro y pueden alterar la expresión génica y la forma de células neuronales. Estos hallazgos plantean cuestiones críticas sobre el impacto de la potencia creciente del cannabis en la salud mental y el comportamiento humano.
La exposición al cannabis durante el embarazo es otra área de estudio relevante, ya que su uso entre mujeres embarazadas está aumentando. El THC pasa fácilmente a través de la placenta al cerebro fetal y puede tener efectos significativos en el desarrollo y la función cerebral de los bebés por nacer. Este aumento en la exposición al THC durante el embarazo plantea serias preocupaciones sobre sus posibles efectos a largo plazo en el desarrollo neurológico y conductual de los niños.
La investigación de Yasmin Hurd y su equipo arroja luz sobre los riesgos del consumo de cannabis en poblaciones vulnerables, especialmente en adolescentes y fetos en desarrollo. Los efectos en el sistema endocannabinoide, la potencia creciente del cannabis y la exposición prenatal son temas críticos que requieren mayor atención y conciencia. Su trabajo subraya la necesidad de educación y regulación adecuada para abordar estos riesgos y garantizar la salud y el bienestar de las generaciones futuras.