CINE| Notturno: la complejidad de sentir por medio de la mirada el estrago de la violencia en Medio Oriente

Para Gianfranco Rosi, director de Notturno, el documental debe ser algo más expresivo, elegir para cada escena el encuadre preciso. Este postulado es la regla del cineasta ítalo-estadounidense, para reflejar la realidad del mundo. Cada parte de su trabajo expresa su cuidado por los diversos elementos que contribuyen a la realización cinematográfica; la búsqueda de la persona que reflejen la intensidad del momento, el instante exacto para grabar, la luz precisa, el mejor ángulo de cámara. Es él quien realiza el registro tanto de la imagen como el sonido. Esto es lo que lo caracteriza su trabajo documental, lo cual ha mantenido en el tiempo.

Cine Crítico / resumen.cl

Notturno, su más reciente película, nos enfrenta ante la complejidad de sentir por medio de la mirada el estrago que provoca la violencia. La oscuridad inminente que acecha a la población civil que está expuesta a la interminable espiral de tensión provocada por la disputa territorial. En esta ocasión Rosi sitúa su cámara en la frontera de cuatro países donde se desarrolla el actual conflicto de Oriente Medio; Siria, El Líbano, Irak y Kurdistán, territorio desde donde emigra hacia el continente europeo.

Es difícil resumir el objetivo de un documental complejo, donde cada plano expresa una profundidad emotiva sobre la realidad que se filmó. En su estreno streaming por MUBI, Alejandro González Iñárritu lo caracterizó como una "película Haiku", de gran impacto emocional sobre la especie humana. Rosi lo define como un esfuerzo por hacer una síntesis sobre la vida, un acercamiento a un paisaje de frontera para buscar la negación de identidad de la población civil. Es el arrojo para visualizar la "estratificación" de la historia y la memoria de Medio Oriente, expresada en la cotidianidad de sus habitantes. Para nosotros, es sumergirse en la sensibilidad profunda de la violencia que provoca la especie humana, una film que nos hace pensar sobre el trastorno, tanto psicológico como corporal, que provoca la intimidación.

Para llegar a esta reflexión sobre la síntesis de la vida, el filme desliza su mirada desde el origen hasta la consecuencia. Para esto, Notturno se inicia con una secuencia de los entrenamientos militares; aquí queda en evidencia de dónde proviene la fuerza de la violencia, a la vez se expresa toda la implicación histórica de Oriente Medio. Posteriormente, se detiene en la reflexión sobre los lugares de memoria, esos espacios materiales que logran transmitir emociones del pasado por medio de los vestigios. Esto, a través de la visita de mujeres kurdas a los sitios de tortura del Estado turco:

Hijo mío, siento tu presencia en estas ventanas, en estas paredes, dios decidió que tuviera que vivir sin ti. El Estado turco tiene la culpa, no ha tenido piedad, ha sido despiadado (...) esta prisión es para los malvados, tú eres bueno (...) puedo sentir tu presencia, puedo tocarte, estoy aliviada, puedo sentirte. Hijo mío me hubiera sacrificado por ti, en tu lugar. Hijo mío, dejaste las marcas en la pared. Aquí te golpearon (...) aquí te torturaron (...) aquí te mataron. Notturno. Min 3-9.

Esta escena es una de las más estremecedoras. El hecho de sentir la forma de recordar de estas mujeres visitando el centro de tortura conecta directamente con nuestra memoria colectiva: las abuelas de Plaza de Mayo en Argentina, o en Chile las mujeres exigiendo saber dónde están sus desaparecidos.

Un eje importante es la vida cotidiana, en sí misma de una crudeza difícil de metabolizar. Es asombrosa la forma en que el documentalista la capta, en medio de un clima de tensión inminente, que no parece tener fin, la destrucción de pueblos, caminos y ciudades, etcétera. Todo ha sido arrasado por el conflicto, nada se ha escapado. También impresiona la forma de representar la vigilancia de las fronteras, por medio de una diversidad de tomas sobre la vida de los soldados, cómo la custodian, sus conversaciones, la soledad del paisaje, da la impresión de que su trabajo no tiene ningún sentido racional. La secuencia de los caballos, que para algunas lecturas no tiene mayor relevancia, expresa arquetípicamente la comunidad en medio de la guerra. Su expresión famélica es el fiel reflejo de los traumas psiquiátricos de la población por los hechos históricos.

La forma en que está captada la niñez es lo más difícil de sopesar, su crudeza no deja indiferente. El trabajo infantil, pero sobre todo, las terapias de los niños yazidis, pueblo del territorio sirio, para superar el trauma de ser prisioneros de ISIS. Por medio de dibujos, van graficando cómo fueron arrasados, los vejámenes colectivos a manos de los terroristas. Todo esto expresa claramente lo que el director buscaba reflejar con el film: cómo la violencia cancela la identidad, la aniquilación total del otro.

Existen varios ejes más donde se puede profundizar la mirada; la vida de guerrilla de la mujer, la crudeza del hospital psiquiátrico, el papel del teatro para entender la historia de Medio Oriente y su uso para la sanación del trauma a nivel colectivo. Es necesario atender la especial extensión que se debe tener con los momentos de silencio, en ellos se encuentran muchas respuestas sobre la consecuencia del conflicto. Notturno está en MUBI, donde tiene una semana libre.

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