Una embarcación proveniente de las costas de Libia en el norte de África -país que atraviesa una grave crisis económica, social y política tras la intervención militar estadounidense y europea en 2011-, naufragó frente Pylos, en la costa occidental de la península del Peloponeso en Grecia, convirtiéndose en la mayor tragedia de las rutas migratorias en lo que va de 2023.

Por Joaquín Pérez

Más de cien personas han sobrevivido gracias a la acción de rescatistas, las muertes se elevan a 79, pero se desconoce el número de personas desaparecidas.

La organización de rescate Alarm Phone ha señalado que recibieron la alerta por un barco en peligro que había salido de la ciudad libia de Tobruk, según esta organización había 750 personas a bordo: "Las autoridades fueron alertadas. El contacto se perdió poco después de la medianoche. Ahora escuchamos informes de un naufragio y tememos que sean ciertos".

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La agencia fronteriza de la Unión Europea conocida como Frontex, señaló que uno de sus aviones y embarcaciones detectaron un barco en condiciones resgosas en aguas internacionales y que los ocupantes del barco rechazaron el auxilio, ante el temor de ser detenidos reconducidos, el naufragio se produciría solo un poco después de estos hechos.

Cabe recordar que la situación de guerra civil en Libia se ha agravado en las últimas semanas, la desestabilización política de ese país, el otrora más rico de África, se debió a acciones de las mismas naciones europeas que apoyaron a la política internacional de los Estados Unidos y que hoy rechazan estos flujos de migrantes, criminalizan a las organizaciones no gubernamentales que realizan acciones de ayuda o salvataje de sobrevivientes de naufragios, convirtiendo el mediterráneo en un cementerio que día a día se alimenta de cadáveres de personas que huyen de conflictos internos, sequías, hambrunas y otras tragedias.

*Imagen de referencia: Personal de la armada irlandesa LÉ Eithne (P31) rescatando migrantes en el Mediterráneo como parte de la «Operación Tritón» en 2015.