Desde que terminó la segunda guerra mundial en Europa, Francia aún permanece con una deuda para con las comunidades judías. Las autoridades francesas intentan reconocer este vergonzoso olvido en la octogésima conmemoración del Vél d’Hiv, el velódromo parisino en el que cientos de personas judías fueron encerradas para luego enviarlas a campos de concentración.
Por Adrián Ríos Pincheira
Fue el mismo presidente Emmanuel Macron quien expresó su preocupación por que el antisemitismo persiste como una amenaza en Francia y otros países, señaló que, «el odioso antisemitismo todavía existe», recordando los ataques mortales en una escuela judía en Toulouse y en un supermercado kosher en París, hechos ocurridos en los últimos años.
Macron, al mismo tiempo, denunció el «revisionismo histórico», cuestionando el rol del dirigente francés en tiempos de guerra, Philippe Petain, máximo líder del régimen de Vichy y colaborador de los nazis durante el conflicto armado.
Macron consideró que «Francia se traicionó a sí misma» en aquella época. El mandatario hizo un juicio histórico acotando que, «ni Pétain, ni Laval, ni Bousquet, ni Darquier de Pellepoix, ninguno de estos quiso salvar a los judíos. Decir eso es una falsificación de la historia», sentenció.
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La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, hija de un sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz, en Polonia, apuntó a las fallas del Estado francés respecto a su papel durante la guerra, comentando que, «fue más allá de los requisitos de los nazis. Entregaron niños. Los mandaron a la muerte. Sus historias nunca nos dejarán, sus palabras están grabadas en los espíritus de la juventud que escuchan esos horribles testimonios. Para mantener su honor, nuestro país debe mirar a la cara su historia».
El evento conmemorativo contó con la presencia de historiadores y algunos sobrevivientes del holocausto, trasladados a la estación de tren de Pithivier, al sur de París, utilizada para transportar y deportar a los detenidos a Auschwitz, se ha transformado en monumento al Holocausto inaugurado este julio. «Esta estación es el lugar donde los hechos en Francia se convierten en genocidio europeo, es un lugar de memoria único", expresó Jacques Fredj, director del Shoah Memorial, que conmemora las deportaciones francesas.
Alrededor de 13.000 judíos fueron sacados de sus hogares en París y localidades cercanas, hechos ocurridos el 16 y 17 de julio de 1942, los represores fueron funcionarios franceses a las órdenes de los ocupantes nazis. La mayor parte fue trasladada al ‘Vélodrome d’Hiver’ en París, donde permanecieron retenidos.
De las personas arrestadas y trasladadas a la estación de tren de Pithivier, 4.115 eran niños, según cifras oficiales. La Policía francesa también arrestó a ancianos y enfermos en el velódromo parisino. De los detenidos solo unas pocas decenas regresaron.
A pesar de actos similares en 1995, durante el mandato de Jacques Chirac, Francia no ha desarrollado acciones realmente efectivas para reconocer su rol como colaboracionistas de la dictadura Nazi, considerando este sitio de memoria que llega 80 años después de los hechos.