En noviembre de 1990 el militante del MJL, Marco Ariel Antonioletti, fue asesinado en una operación montada por el gobierno de Aylwin tras su rescate del Hospital Sótero del Río. En esta operación el rol de Juan Carvajal fue esencial para alertar al gobierno de la ubicación del lautarista. Carvajal dirigió la Secretaría de Comunicaciones en Bachelet 1, volviendo a La Moneda con Boric como asesor del mismo organismo.
Por J. Arroyo Olea
Con 21 años de edad el 15 de noviembre de 1990 fue asesinado en Estación Central el joven lautarista Marco Ariel Antonioletti, quien fue rescatado por militantes del Movimiento Juvenil Lautaro días antes desde el Hospital Sótero del Río tras encontrarse en este lugar al ser trasladado desde un recinto penitenciario en el que se encontraba por una diligencia médica.
El asesinato de Antonioletti fue producto de una operación montada por el gobierno encabezado por Patricio Aylwin, misma administración que respaldo la Matanza de Apoquindo.
En este sentido, el asesinato del joven lautarista se relaciona con un profundo entramado político adoptado por el régimen de Aylwin durante los primeros meses de la transición institucionalizada, como también con denuncias de prácticas de «sapeo» que facilitaron el crimen protagonizado por efectivos policiales.
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Y es que las fuentes son diversas al tratarse del rol de Juan Carvajal, apuntado como quien difundió información clave para dar con el paradero de Antonioletti a las autoridades de la época. Concretamente, Marco Ariel llegó en 1990 -tras ser rescatado del Sótero- a la casa donde vivía una colaboradora del MJL quien en aquella época era pareja de Juan Carvajal. Este último, tras identificar al joven, lo delató al subsecretario Ricardo Solari y, a la vez, con el ministro del Interior subrogante, Belisario Velasco, lo cual es respaldado por artículos de investigación, reportajes e incluso voces de la clase política registradas en documentales.
De igual forma, señala el historiador Nicolás Acevedo Arriaza, la «Policía de Investigaciones, luego de asesinar a Antonioletti, detuvo a la familia de Carvajal, quien se había refugiado junto a sus hijos y esposa en una pieza durante el ataque. Juan Manuel Carvajal, hijo menor del dueño de casa, recuerda que su hermano fue amarrado de manos porque se le creía ejecutor de los disparos. Finalmente, la familia salió libre ese mismo día. Con los años se supo que el propio Carvajal había denunciado a Antonioletti, partiendo a Europa por temor a represalias.»
Por su parte, Carvajal es una persona conocida por la clase política chilena. Durante el primer gobierno de Bachelet, trabajó como director de la Secretaría de Comunicaciones (Secom), organismo dependiente del Ministerio de la Secretaría General de Gobierno, desde donde se posicionó políticamente.
Sin embargo, su relación con gobiernos no termina ahí. Tras la explosión del Caso Fundaciones, Carvajal fue solicitado por La Moneda en la misma Secom; esta vez como asesor. Así las cosas, Carvajal se instaló en La Moneda en la secretaría dirigida por el militante de Revolución Democrática, Pablo Paredes, y a la vez dependiente de la cartera ministerial de Camila Vallejo, militante del Partido Comunista.