El joven, de 19 años de edad, fue abatido por funcionarios de Carabineros que portaban subametralladoras UZI, arma con la que respondieron de forma inmediata al atropello, según información policial, que habría perpetrado contra el uniformado que le realizaba una fiscalización en San Antonio. Tras el hecho, desde la familia de David Toro Córdova, su padre, expresó que, «aquí carabineros usó una fuerza desmedida en contra de tres personas, son puros chicos menores de 20 años y se sobrepasaron porque el armamento que usaron contra estos jóvenes desarmados no corresponde».
Por Juan Contreras Jara
Como ha sido la tónica en el último mes, la espectacularización y utilización de las muertes de funcionarios de Carabineros, como de sus procedimientos tras la puesta en marcha de la Ley Gatillo Fácil, siguen tomándose la agenda sin mediar críticas a su accionar. Lo anterior quedó de manifiesto con la cobertura mediática al asesinato de David Toro Córdova, quien, según la versión policial, embistió a un funcionario que lo fiscalizaba en Llolleo Alto. En lugar de reducirlo y detenerlo, la primera reacción de otro uniformado en el lugar fue abrir fuego con una subametralladora UZI, asesinándolo instantáneamente.
Según mandata la Ley Gatillo Fácil o Ley Naín Retamal, promulgada por Boric este lunes, la legítima defensa privilegiada se mantiene, pero debe ser racionalmente acreditada por él o la funcionaria y según declaraciones de la propia ministra del Interior, Carolina Tohá, debe esclarecerse aún «qué objetivo tuvo el disparo». Es decir, cabe la posibilidad de que no se pueda sustentar la brutal agresión policial, pero de nada serviría, porque Toro Córdova, joven de 19 años de edad, sin antecedentes penales, ya está muerto.
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Tras el hecho, Álvaro Toro, padre del joven asesinado conversó con la prensa, declarando que, «mi hijo, a sus 19 años, no andaba cometiendo delitos. Tenía ese autito que era su esfuerzo y no tenía los papeles al día, así que a lo mejor eso lo asustó, pero no era para que carabineros usara una UZI contra las personas».
El padre agregó que, «había conversado conmigo porque quería reparar el vehículo y aparte de eso tenía problemas en el motor de partida, así que niego todas las acusaciones que se están haciendo porque mi hijo no tenía antecedentes penales, tenía 19 años, estaba estudiando y trataba de hacer algo de plata manejando como Uber para no molestar en la casa porque no nos pedía nada».
Además de asesinar a David Toro Córdova, los funcionarios policiales golpearon brutalmente a sus dos acompañantes, sin embargo, hasta la fecha no se manejan mayores antecedentes de la motivación de su detención, además de ir en el mismo vehículo del joven abatido.
Álvaro Toro, padre del joven asesinado en Llolleo Alto, adelantó que como familia iniciarán acciones legales para esclarecer lo sucedido con su hijo, acotando que, «en el sector hay cámaras y pensamos que por ahí se puede saber claramente lo que pasó porque cuando a carabineros se le pasa la mano tratan de taparlo y que no se sepa la verdad».