[resumen.cl] Sorpresa causó el anuncio del mandatario en funciones, Sebastián Piñera, de dar urgencia al proyecto de matrimonio igualitario presentado en 2017, causando el rechazo de casi la totalidad del ultraderechista oficialismo nacional. Sin embargo, perfectamente cabe en la política del pinkwashing, un concepto utilizado por las disidencias sexuales para referirse a ciertas políticas públicas. ¿Quieres saber de qué se trata? Léelo a continuación.
La tarde de ayer se realizó la última Cuenta Pública de Sebastián Piñera, televisada por la mayoría de los canales de señal abierta. La instancia habría pasado sin pena ni gloria si no fuera por el anuncio de destrabar el proyecto de matrimonio igualitario que había sino ingresado los últimos días del segundo mandato de Michelle Bachelet, jugada realizada para dejarlo como decisión política a la siguiente administración, tras una demanda del Movilh a la CIDH.
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Sin embargo, este anuncio podría calificarse perfectamente como pinkwashing. ¿Qué quiere decir esto? El pinkwashing o «lavado de imagen rosa», es un concepto surgido desde las luchas de la comunidad LGBTQ+ para referirse a las estrategias políticas y de marketing, tanto de Estados, gobiernos, corporaciones o empresas privadas, para darse una imagen de integración y progresismo y así cubrir las críticas que están recibiendo por otro tipo de acciones, es decir, un lavado de imagen aludiendo al apoyo de las disidencias sexuales.
Uno de los ejemplos más claros donde se señala pinkwashing es el Estado de Israel, que ha promocionado derechos de la comunidad LGBTQ+ para mostrarse como un Estado moderno y así encubrir los crímenes de lesa humanidad y constante violación a los derechos humanos contra la población palestina.
En este caso, cabe recordar que Piñera también es señalado como responsable de las sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidos por agentes del Estado a partir del 18 de octubre de 2019, así como del desastroso manejo de la pandemia que se traduce en más de 37 mil muertes.
Por su parte, tanto Piñera como la derecha, han sido los principales obstáculos en los avances de los derechos de las disidencias sexuales en Chile como, por ejemplo, dejar sin derecho de identidad a menores de 14 años, cuando la subsecretaria Recabarren relativizó las llamadas «terapias de reconversión» aludiendo a que no se deberían prohibir o cuando Máximo Pávez, desde la Segpres, anunció indicación para que los niños o niñas puedan decir explícitamente que no quieren ser adoptadas por parejas del mismo sexo, no ha impulsado leyes de integrales trans que aseguren los derechos de esta comunidad.
Éstas, entre otras, son señales claras que el sector rechaza este tipo de avances, por eso es que no estaba incluido en el discurso original que fue presentado a la prensa ni a su coalición de gobierno. Por lo tanto, se puede utilizar al pinkwashing pues no ha habido un compromiso real, pues tampoco hubo otro tipo de anuncios en la materia y sólo busca subir algunos puntos de aprobación en una medida que solamente ha sido celebrada por los sectores más conservadores del mundo de la diversidad, como el Movilh e Iguales.