[resumen.cl] Este sábado distintas organizaciones socioambientales de la región del Biobío marcharon bajo el lema "Agua para los pueblos y no más territorios en sacrificio". La instancia convocada por el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) busca sensibilizar sobre la problemática del agua en el país.
Cuando hablamos de la problemática del agua en Chile debemos considerar los diversos sistemas que la albergan. Tenemos el caso de los glaciares ubicados en la Cordillera de los Andes, los cuales constituyen el principal reservorio de agua del territorio, además de formar parte del sistema de regulación de la temperatura global por su propiedad reflectante de los rayos solares a través del albedo. Estimaciones arrojan 24.114 glaciares inventariados hasta el momento en Chile (que se traduce en el 90% de los glaciares existentes en Sudamérica). Estos sistemas hídricos se encuentran amenazados en la actualidad tanto por el calentamiento global, así como por proyectos mineros que amenazan con destruir varios de estos estratégicos reservorios del vital elemento. De los glaciares emanan los arroyos y afluentes que generan los sistemas fluviales de ríos.
En nuestro territorio los ríos son sustento de la población urbana y algunas economías agrícolas campesinas, y también están asediados por el negocio agroindustrial, las proliferación masiva de centrales hidroeléctricas y la contaminación industrial, entre otras problemáticas. Conectado al sistema de ríos se encuentran diversos lagos, lagunas y humedales (turberas y bofedales incluidos) los cuales constituyen importantes masas de agua que cumplen funciones tales como filtrar o decantar las aguas de sedimentos e impurezas, además de ser refugio para varias especies. Estos sistemas se encuentran amenazados por el vertido del alcantarillado, el uso de sus superficies como basureros, o el relleno para la expansión inmobiliaria, entre otras actividades. Además cabe recordar la existencia de acuíferos que contienen en napas subterráneas grandes cantidades de agua a disposición de los ecosistemas y las comunidades.
Reportes basados en el análisis de las últimas décadas indican que actualmente cerca de un tercio del país presenta un déficit hídrico. En Parinacota y Antofagasta, en la franja costera de Arica y La Serena, así como en diversos puntos de la zona central y centro sur hay distintos grados de déficit de agua.
Respecto al uso del agua en el país ésta se encuentra dividida según porcentajes, siendo la agricultura la que se lleva el 64% del agua, seguida por la industria con un 25%, y finalmente el uso domiciliario con un 11%. Llama la atención que la mayoría del agua es para uso agrícola, y considerando que el modelo industrial en el agro es el que se ha impuesto en nuestro país, debemos considerar que gran parte de esta agua se encuentra en riesgo por contaminación por fertilizantes o agrotóxicos. La industria destaca por el daño provocado por los grandes volúmenes de agua utilizada en la megaminería, pero también en la fabricación de pulpa de celulosa y papel, así como la cría de salmones y alevines en agua dulce, entre otras actividades extractivas. Finalmente solo un 11% es utilizado directamente por la población, mediante un sistema que en las ciudades está controlado por empresas privadas tanto en su distribución como procesamiento y saneamiento, mientras que en zonas rurales muchas comunidades están quedando sin el vital elemento volviéndose dependientes a la entrega de agua mediante camiones aljibes.
Peligroso incremento global en el consumo de combustibles fósiles y emisiones invernadero.
El sector empresarial global está extrayendo y quemando rápidamente combustibles fósiles sin un total entendimiento de sus consecuencias. Mientras tanto, el uso de combustibles fósiles se incrementa a nivel mundial, aumentando las emisiones de gases invernadero, y pese a anuncios publicitarios y gubernamentales, se prevé que estos combustibles continúen siendo por lejos, la principal fuente de generación de energía durante las próximas décadas.
Evaluaciones recientes hacen énfasis en las catastróficas y próximas consecuencias de esta actividad: incremento en la intensidad y frecuencia de olas de calor, sequías, lluvias intensas, inundaciones y aumento en el nivel de los mares. Para América del Sur, existe un consenso general en torno a que los principales cambios que se proyectan para para las próximas décadas son: un incremento en las precipitaciones de verano sobre la zona subtropical suroriental del continente; una reducción de las precipitaciones de invierno sobre la mayor parte del continente; y una reducción de las precipitaciones en todas las estaciones a lo largo de la sección sur de la Cordillera de los Andes, es decir, la zona centro-sur de Chile.
La marcha realizada en Concepción se efectuó paralelamente en otras ciudades como Calama, Vicuña, Santiago, Concepción, Los Ángeles, Valdivia, Osorno y Chiloé. Mientras que en días anteriores se registraron marchas por la misma convocatoria en Panguipulli, Temuco, Antofagasta y San Javier. Dentro de las demandas del Movimiento por el Agua y los Territorios en el tema del agua, se encuentra la derogación del Código de Aguas instalado en 1981 en plena dictadura, para generar un sistema basado en la propiedad colectiva y pública del agua, y su gestión comunitaria y local. Este sistema se contrapone con el actual dominado por empresas privadas que acaparan los derechos de agua, ya sea para la industria minera del norte, para los monocultivos de paltas en la región de Valparaíso, el monocultivo forestal en el centro-sur de Chile, o para las centrales hidroeléctricas que se pretenden instalar en una serie de valles del territorio.
Esta mañana, varios centenares de manifestantes recorrieron el centro de la capital penquista, comenzando la marcha en la Plaza de Tribunales y luego avanzando por la Avenida O’Higgins. Posteriormente la marcha llegó a la calle Lincoyań doblando por el paseo peatonal y finalizando sin incidentes ni detenciones en la Plaza Independencia.