La Tercera Sala del máximo tribunal rechazó el recurso de casación presentado por Barrick Gold, confirmando así el fallo que sancionaba el cierre definitivo del megaproyecto minero que afectaba a la cordillera de la región de Antofagasta y sus glaciares, así como a las comunidades que ahí habitan, traduciéndose uno de los triunfos más grandes de la movilización social.

Por Alejandro Baeza

La Corte Suprema ratificó fallo del Tribunal Ambiental de Antofagasta cierre definitivo de Pascua Lama, proyecto de la canadiense Barrick Gold, dejando así al proyecto sin posibilidad de apelación.

Fue este jueves que la Tercera Sala del máximo tribunal integrada por la ministra Ángela Vivanco, los ministros Mario Carroza, Jean Pierre Matus, Raúl Mera y el abogado integrante Diego Munita rechazó el recurso de casación presentado por la transnacional y confirmó el fallo del Tribunal Ambiental de Antofagasta por sus daños al medio ambiente y comunidades cuando recién se encontraba en su fase de exploración subterránea en Argentina, pues se trataba de proyecto binacional al estar ubicado en plena frontera de ambos países.

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Las comunidades organizadas del Valle del Huasco lucharon contra este proyecto durante años, tanto en instancias judiciales como en movilización popular y agitación. El recurso que finalmente dio el portazo final corresponde a denuncias por daños ambientales durante una avalancha en 2016.

Entre otras faltas que llevaron en 2018 a su clausura, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) indicó la afectación de diversas especies de fauna y flora nativa, la monitorización incompleta de glaciares y la descarga de aguas ácidas al río Estrecho.

En 2020, el Tribunal Ambiental de Antofagasta había reiterado la clausura «total» que aprobó en 2018 y además una multa por más de $7.000 millones.

Barrick Gold Corporation es la mayor empresa de extracción de oro en el mundo. Sus cuarteles generales están en Toronto (Ontario, Canadá) y tiene operaciones en Argentina, Chile, Australia, Canadá, República Dominicana, Papúa Nueva Guinea, Perú, Arabia Saudita, Estados Unidos y Zambia.

Este paso final es un triunfo para las comunidades del Valle del Huasco y la lucha popular que llevaron a cabo durante años, lo que demuestra que la organización social y las movilizaciones pueden vencer incluso a una de las transnacionales más grandes del planeta.