Por Juan Contreras Jara / resumen.cl

Un recurso de amparo presentó este lunes el Instituto Nacional de Derechos Humanos (Indh), por la insalubre situación del agua y la higiene al interior de la Torre 2-A del penal Colina 1, en la Región Metropolitana. Tras la denuncia efectuada por los mismos presos del penal, personal del Indh constató en terreno la insalubre condición de higiene en la que viven más de cien internos.

Agua potable solo 1 hora al día

Los profesionales también pudieron notificar que, además de no poder consumir agua potable durante casi todo el día, la cárcel Colina 1 no cuenta con contenedores apropiados para almacenar agua y poder utilizarla en el transcurso de la jornada.

Las personas que se encuentran recluidas en la Torre 2-A del penal Colina 1, tienen acceso al agua potable solo una hora al día, entre las 7 y las 8 am, situación que además de negar el acceso del vital elemento a los internos, genera pésimas condiciones higiénicas y malos olores, producto de la acumulación de excrementos y orina en los baños, durante todo el resto del día.

La acción legal presentada ayer por el Indh ante la Corte de Apelaciones, busca que Gendarmería de Chile cumpla con la debida entrega del vital elemento a los más de cien presos recluidos en dicha sección carcelaria; tanto en su salubridad como en la constancia de su entrega.

Cabe destacar que el Indh presentó, en febrero de este año, otro recurso de amparo, esta vez por el caso de un interno del penal Colina II, quien llevaba cuatro meses encerrado en una celda de aislamiento y durmiendo encima de su propio excremento. Este interno padeció, según lo declarado por Gendarmería, un prolongado cuadro psicológico de paranoia y tras la denuncia, hecha nuevamente por los mismos internos, profesionales del organismo de Derechos Humanos pudieron advertir esta situación y hasta ahora se está evaluando si este reo necesita o no internación psiquiátrica.

En febrero de 2017, el Indh también tuvo que intervenir en Colina II, producto del hacinamiento y los hechos de violencia ocurridos al interior del penal. Situación que, sumada a este nuevo recurso de amparo, presentado por el organismo, devela la deplorable realidad al interior de las prisiones en Chile.

Situación Carcelaria en Chile

Según cifras de Gendarmería de Chile, en la actualidad hay 139 mil personas recluidas a lo largo del país, 123 mil hombres y 15 mil mujeres. Las paupérrimas condiciones de vida de estas personas al interior de las cárceles, ha sido recurrentemente expuesta por el INDH, organismo que a fines de 2016, en su Estudio de Condiciones Carcelarias en Chile, periodo 2014-2015, reveló una serie de irregularidades que atentan directamente contra la calidad de vida al interior de las cárceles chilenas.

En la investigación, se pudo constatar que una de las principales problemáticas al interior de las prisiones es el hacinamiento, encierro, y salubridad, además de que se ignoran tratados internacionales sobre los derechos humanos al interior de las cárceles. Por ejemplo, se notificó que diversos recintos penitenciarios no cuentan con suministro de agua potable continuo o con instalaciones sanitarias adecuadas, que permitan mantener la higiene al interior de los recintos. Un claro ejemplo de esto es lo ocurrido en Colina I y Colina II.

Por otro lado, se advirtió la permanente utilización, por parte de Gendarmería de Chile, de las llamadas celdas de castigo, en que recluyen al interno infractor y lo encierran por un tiempo a veces indeterminado, a la espera de la sanción que determine el jefe de unidad. Estas celdas no tienen agua potable, electricidad, ni luz solar, en ellas el prisionero es apartado del resto de la población carcelaria. Esta práctica atenta contra la ratificación que hizo Chile de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, respecto a los derechos humanos de las personas privadas de libertad.

En el texto se señala que será considerado tortura " […]todo acto realizado intencionalmente por el cual se inflijan a una persona penas o sufrimientos físicos o mentales, con fines de investigación criminal, como medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con cualquier otro fin".

El caso de las irregularidades sanitarias también es un tema abordado en este informe, que a pesar de haber entregado observaciones en un primer estudio, elaborado entre el 2013 y 2014, no pudo evidenciar ningún avance mayor por parte Gendarmería de Chile en materia de derechos humanos al interior de las prisiones.

En Concepción, por ejemplo, se advirtió que los internos orinan y defecan en tarros, debido a la sobrepoblación que existe al interior de las celdas del penal El Manzano. Los reos, además, no cuentan con la correcta infraestructura sanitaria, ni con la entrega de agua potable de manera permanente. Algo similar a lo que ocurre en Colina I y II, donde el hacinamiento y la insalubridad van de la mano y son constantes.

Golpizas y tratos vejatorios en Concepción

En Concepción en enero de este año, se denunció por parte de internos que además de sufrir golpizas y tratos vejatorios por parte de los gendarmes, los internos con VIH no estaban siendo llevados a sus respectivos controles, ni tampoco asistiendo a sus terapias. El MOVILH de la zona presentó la información al INDH el que quedó estudiando una posible acción legal contra Gendarmería.

Se trata del caso de doce internos del módulo 88 del penal Biobío, ubicado junto a la cárcel El Manzano de Concepción, que denunciaron que han sufrido distintos abusos y arbitrariedades por parte de los gendarmes a cargo de su sección. Desde al menos abril del año pasado, la población LGBTI  ha debido soportar golpes, insultos y hasta trabas para ingresar frazadas y artículos de aseo, además de las mencionadas irregularidades en los controles médicos.

Está históricamente comprobado que al interior de las prisiones del mundo, se cometen una serie de violaciones sistemáticos a los derechos humanos. Por supuesto, las cárceles chilenas no son la excepción y dejan ver sus más crudos ejemplos. El estado, a través del orden carcelario genera las condiciones para que se den este tipo de flagrantes violaciones a las mínimas garantías; de no ser así, las celdas de aislamiento, la paupérrima infraestructura higiénica y la falta de agua potable al interior de las centros penitenciarios del país, no seguiría siendo una constante.

Foto: La Tercera