Un nuevo hecho de violación a los Derechos Humanos tiene a la Armada de Chile como protagonista. Esta vez se trata de agentes del Estado que durante la dictadura de Pinochet secuestraron y torturaron brutalmente a una militante del Partido Socialista en Valparaíso.

Por Juan Contreras Jara

La Corte de Apelaciones de Valparaíso, a través de un ministro en visita abocado a casos que implican la violación a los DDHH, procesó a cinco funcionarios en retiro de la Armada de Chile por su responsabilidad en el secuestro y la tortura perpetrada contra Otilia Eliana Berta Toro Parada entre diciembre de 1973 y enero de 1974.

Los funcionarios (r) de la Armada procesados fueron Héctor Vicente Santibáñez Obreque, Valentín Evaristo Riquelme Villalobos, Bertalino Segundo Castillo Soto, Ricardo Alejandro Riesco Cornejo y Sergio Hevia Febres.

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Según el tribunal porteño, "Otilia Eliana Berta Toro Parada, fue ordenada detener, por primera vez, por las autoridades del Servicio de Inteligencia de la Comandancia de Área Jurisdiccional de Seguridad Interior (SICAJSI), por su calidad de militante del Partido Socialista, lo que se concretó el día 26 de diciembre de 1973, en su domicilio, siendo conducida al recinto de detención denominado Cuartel Silva Palma, emplazado en Valparaíso, lugar en que se encontraba dispuesto un grupo de interrogadores, también organizados y coordinados por los mandos militares, con el objeto que entregare antecedentes acerca de sus compañeros del Partido».

En el procesamiento de estos agentes del Estado en retiro se da cuenta de algunas de las técnicas de tortura efectuadas contra Toro Para, detallando que, «procedieron a vendarla y mantenerla encerrada sin orden judicial legítima que lo justificare, interrogarla, y torturarla mediante diversas técnicas, entre ellas, golpes en su espalda con un objeto contundente y golpes con las manos abiertas en ambos oídos o técnica de tortura conocida como el teléfono».

Los funcionarios (r) de la Armada también fueron procesados por un segundo secuestro contra la misma persona, esta vez durante cinco días, periodo en el que «volvieron a interrogarla y torturarla, esta vez con aplicación de corriente, amenazas e intento de desnudarla".