Proyecto terminal de gas GNL Penco-Lirquén (ex Octopus) es aprobado por comisión evaluadora en Intendencia del Biobío

[resumen.cl] En la tarde de este jueves en la Intendencia Regional del Biobío se aprobó el polémico proyecto de terminal marítimo de gas GNL Penco-Lirquén que busca emplazarse en la Bahía de Concepción. El proyecto había ingresado en 2013 con el nombre de Octopus y luego de una serie de controversias fue desistido y reingresado en 2014 con su nombre actual. Este proyecto fue aprobado en 2016 pero en 2017 se debió retrotraer hasta su fase inicial para realizar una consulta indígena suspendida. Quienes se oponen al proyecto señalan que no quieren que la bahía tenga más intervenciones industriales y están en contra de la construcción de más centrales termoeléctricas de gas, que aunque menos contaminantes que el carbón y el petróleo, contribuyen fuertemente al cambio climático.  

La ausencia del Intendente Sergio Giacaman fue una de las situaciones que generó mayor impotencia entre quienes asistieron al lugar de votación bajo la consigna «No más zonas de sacrificio». «Se repite la historia. Las autoridades que nadie ha elegido deciden en contra de la ciudadanía. Contrario a cualquier orden democrático. Y con un intendente que a fin de evitar los costos políticos que conlleva el aprobar un proyecto no deseado por las comunidad, no se presentó a emitir y expresar su voto». Declaró la Coordinadora Penco Lirquén, añadiendo que ésta es «una situación lamentable, pero para la cual estamos ya preparados para la presentación de reclamaciones y recursos ante tribunales ambientales a fin de frenar este proyecto.»

Por su parte, la Coordinadora Tomecina ha convocado a una concentración en la plaza de Tomé hoy jueves a las 20 horas.

Durante la jornada este pasado jueves 23 de agosto, el Consejo Regional del Biobío había rechazado de manera unánime el proyecto GNL Penco- Lirquén, respaldando los informes de la Comisión Ambiental del organismo. Si bien se trató de una votación no-vinculante, pretendió ser un señal para que las instancias competentes determinaran no aprobar la iniciativa en la Comisión Medio Ambiental regional, lo cual no ocurrió.

Durante estos años el proyecto de importación de gas a la región por vía marítima ha ido avanzando por polémicas etapas.   

El proyecto de terminal marítimo ingresó por primera vez al Sistema de Evaluación Ambiental en abril de 2013, con el nombre de «Terminal Marítimo Octopus LNG» con un monto de inversión de US$ 150 millones. Su Estudio de Impacto Ambiental fue desarrollado por la consultora HATCH y fue criticado duramente por distintas organizaciones sociales y vecinos de la comuna.

En noviembre de 2013, se retiró el proyecto del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y en diciembre del mismo año, Juan José Gana, ejecutivo de la empresa Australis Power señaló a Diario Concepción que el proyecto tomaría una nueva orientación para que fuera aprobado.

El entonces proyecto «Terminal Octopus» pretendía usar cloro para evitar la proliferación de organismos marinos que suelen adosarse en barcos e infraestructuras marinas, en un proceso denominado bioincrustación. Además, la succión y posterior devolución de agua a la bahía utilizada tras el proceso industrial, generó inquietud en la población por los efectos de la operación del terminal en el ecosistema costero, por lo cual se comenzaron a realizar denuncias, organizar manifestaciones y movilizaciones en las zonas involucradas. En este escenario, la empresa anunció el uso de un sistema experimental de ionización de ánodos de cobre, entre otras medidas.

El proyecto fue ingresado por segunda vez en octubre de 2014, con un monto de US$ 165 millones, con un Estudio de Impacto Ambiental elaborado por la consultora SGA. La iniciativa de Australis Power cambió de nombre a Biobiogenera y el terminal marítimo Octopus a GNL Penco-Lirquén. Con una nueva imagen publicitaria, el proyecto se promocionó en campañas de propaganda en medios de internet y radio acerca de la generación de energía con gas, incluso señalando a este combustible fósil como «energía limpia».

También puedes ver: Biobiogenera – GNL Octopus: el proyecto que disfraza el gas como energía limpia

En enero de 2015, comenzaron las reuniones de la comunidad con el sistema de Participación Ciudadana (PAC) del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en las comunas involucradas. Con las observaciones realizadas por la comunidad, municipalidades o servicios relacionados mediante las denominadas Participaciones Ciudadanas, el Servicio de Evaluación Ambiental elaboró un informe ICSARA (Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones y/o Ampliaciones), y posteriormente el titular del proyecto respondió a las observaciones en un documento Adenda.

El plazo para responder a las observaciones del terminal marítimo fue considerado insuficiente por la empresa, y en una carta fechada el 12 de junio de 2015, el representante legal del proyecto solicitó extender la suspensión de plazo para finalizar el procedimiento de evaluación de impacto ambiental hasta el 30 de octubre de 2015

A finales de junio de 2016, el Servicio de Evaluación Ambiental presentó una recomendación favorable al proyecto GNL Penco-Lirquén y posteriormente suspendió la consulta indígena a las comunidades Lafkenche de la zona, un proceso que se encontraba enmarcado en el convenio 169 de la OIT.

El martes 28 de junio de 2016, la Comisión Evaluadora de la Región del Biobio aprobó la primera etapa del proyecto de Biobiogenera, el terminal marítimo «GNL Penco-Lirquén» de tipo FSRU (Unidad Flotante de Almacenamiento y Regasificación, por sus siglas en inglés) para recibir buques de transporte de gas en la Bahía de Concepción.

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En julio de 2016 la agrupación Koñintu Lafken Mapu de Penco, interpuso un recurso de protección en los Tribunales de Justicia de Concepción, debido a la suspensión arbitraria de la consulta indígena del proyecto.

En mayo de 2017 la Corte Suprema revocó la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) del Proyecto acogiendo el recurso de protección presentado por la agrupación indígena.

En julio de 2018 se realizó la última jornada del proceso de consulta indígena requerido por la evaluación ambiental del proyecto energético GNL Penco-Lirquén. La agrupación mapuche de Penco Koñintu Lafken Mapu anunció su rechazo definitivo al proyecto y a todas las medidas de compensación económica o mitigación del impacto.

La necesidad de una transición rápida hacia «cero emisiones» de gases invernadero, junto a redistribución de las necesidades y prioridades del uso actual de la energía. 

Un estudio de este 2019 evaluó los impactos ambientales a partir de la electricidad generada con combustibles fósiles en Chile durante un periodo de 10 años, entre 2004 y 2014 concluyendo que los impactos ambientales se duplicaron durante este periodo.

El estudio señala que considerando tecnologías individuales, el carbón ha tenido el peor desempeño para 8 de 11 impactos, con eutroficación, ecotoxicidad de aguas continentales y marinas entre 10 a 240 veces mayores a las de gas.

Sin embargo, el estudio señala que el petróleo es peor que el carbón para oxidantes fotoquímicos (31%) y la depleción de elementos para la capa de ozono (4 y 8 veces respectivamente)

El estudio señala que la contribución de diferentes combustibles fósiles a la matriz eléctrica en los años analizados fue de:

2004: carbón 35%; gas 65%; petróleo 0%;
2009: carbón 51%; gas 16%; petróleo 33%
2014: carbón 69%; gas 24%; petróleo 7%.

El estudio propone entre otras medidas,: mejorar el control de emisiones no solamente para centrales termoeléctricas sino reemplazar el carbón y petróleo con gas «tan pronto como sea posible». Además el estudio señala que es crítico ampliar el despliegue de energías renovables y la captura y almacenamiento de carbono.

Sin embargo, un estudio de 2016 señalaba que aunque el gas natural ha sido considerado como un «combustible puente» para una transición desde otros combustibles fósiles como el petróleo y el carbón, hacia un sistema energético de cero emisiones invernadero, la expansión global del uso de gas natural arriesga un retraso en la introducción de tecnologías de cero emisiones. De esta forma se estaría contrarrestando los potenciales beneficios de la disminución de emisiones en la sustitución de gas por carbón. Un estudio de 2014 titulado «Un puente hacia la nada: emisiones de metano y huella invernadero del gas natural» señalaba que aunque la huella de carbono de la producción de gas de lutita o shale gas se compara favorablemente con otros combustibles fósiles, las filtraciones y la liberación de metano a la atmósfera durante su extracción, neutralizan los beneficios de menores emisiones, ya que el metano es un gas invernadero mucho mas potente que el el dióxido de carbono.

De esta forma, la transición de carbón y petróleo a gas natural no podría proveer las profundas reducciones en las emisiones de gases invernadero necesarias para estabilizar las concentraciones de gases invernadero en la atmósfera a un nivel que podría prevenir una peligrosa interferencia antropogénica en el sistema climático terrestre. Lo que requiere al menos un 80% de reducciones en las emisiones invernadero para 2050.

También puedes ver: La trayectoria del sistema climático del planeta: alto riesgo de caer en un estado "Tierra Invernadero" irreversible

Por lo tanto, el uso de gas natural no dará como resultado reducciones en las emisiones de las magnitudes necesarias, de hecho, si la introducción de gas natural retrasa la transición hacia sistemas energéticos de cero emisiones, existe el potencial de que el uso masivo de gas natural incremente los efectos del cambio climático para las próximas décadas

Controvertido proyecto termoeléctrico asociado al terminal marítimo GNL Penco – Lirquén

El proyecto de central termoeléctrica El Campesino (propiedad de las empresas AME y EDF) poseía un contrato de 2014 que implicaba que el 1 de enero de 2019 debía estar entregando energía al sistema (ex Sistema Interconectado Central, actualmente Sistema Eléctrico Nacional SEN)

Pero, actualmente, el proyecto aún no ha comenzado su construcción, debido a presiones de organizaciones sociales y ambientales que se oponen al aumento del negocio de los combustibles fósiles en la zona y las intervenciones empresariales en el borde costero, entre otras causas. El proyecto ya había sido aprobado en agosto de 2016 obteniendo su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) pese al rechazo de organizaciones sociales y ambientales de la zona.

En mayo de 2019, una nueva alza en los precios de la energía de un 10,5% promedio fue anunciada. Según informó Pulso, Contraloría tomó razón del decreto de Precio de Nudo Promedio, lo cual elevaría las cuentas de luz en promedio unos $2.000 pesos.

 

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La iniciativa empresarial aún asegura que la construcción de El Campesino comenzaría este 2019 y entraría en operaciones en 2022.

 

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