El Programa de Formación Ciudadana suscrito por la Armada de Chile y la plataforma E-Chile Digital cuenta con el apoyo de los ministerios de Defensa y de Educación. Sin embargo, documentos solicitados a Transparencia por RESUMEN y Reprofich dan cuenta de que no existe un programa académico por parte de la institución castrense, como tampoco existen currículums de los docentes que imparten el curso.

Por Kathia Cancino Rojas

"Se asume que si alguien maneja un tema puede además enseñarlo, como si enseñar no fuera una cuestión para la cual se estudia". Rocío Henríquez es profesora de filosofía, integrante de la Red de Profesores de Filosofía de Chile (REPROFICH) y de la Red de Docentes Feministas (REDOFEM). Tajantes fueron sus palabras respecto al convenio suscrito entre la Armada de Chile y E-Chile Digital para implementar un curso académico a niñas y niños de octavo a cuarto medio de todo el país.

Y no solo por un manoseado concepto del profesorado en Chile, sino por las nulas planificaciones, programas curriculares y académicos con que la institución castrense suscribió un convenio educativo avalado por los ministerios de Defensa y de Educación. 

Henríquez explica que un día antes de que el curso comenzase, como Redofem escribieron al chat de la página de E-Chile Digital, destinado para cualquier consulta de la ciudadanía. "Nosotras solicitamos las planificaciones y los profesores (…) y nos llegó un correo el día que comenzaban los cursos diciéndonos que no tenían conocimiento de los profesores, y que además no tenían ninguna planificación, todo lo que a los docentes nos piden como condición mínima para contextualizar un contenido". 

Y tal confirmación llegó hace un par de días a través de solicitudes de transparencia requeridas tanto por RESUMEN como por Reprofich, quienes ya habían lanzado un comunicado de prensa -en conjunto a más de 40 organizaciones- rechazando el Programa. Al respecto, en los documentos se explicita que: "Respecto del detalle del programa y las personas que imparten los cursos, la Institución no cuenta con ellos" y que, respecto al presupuesto de tal programa se trataría de "un Convenio de colaboración, esto es, de apoyo mutuo y gratuito", pese al avanzado nivel tecnológico de la plataforma y el trabajo de los "docentes" encargados de impartir las materias del curso.

Tales falencias hayan eco en los análisis realizados por la Reprofich respecto a la necesidad pedagógica de impartir el Programa a manos de la Armada de Chile: para ellos no existen explicaciones ni pedagógicas, ni institucionales ni políticas para que tal curso tenga sentido.

"Desde el punto de vista Constitucional, las Fuerzas Armadas ni siquiera pertenecen a la sociedad civil. Nosotros como organización creemos que la educación es profundamente política y biológica, y nos parece de suma gravedad que sean las FF.AA quienes intervengan en esa formación y en el constructo ideológico de las generaciones", indicó Henríquez. 

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De hecho, la profesora de filosofía explica que pudieron estar en algunas clases del curso online antes de que les bloquearan el acceso. "Lo que hemos podido ver es que en las clases promocionan las tareas de la Armada. Hablan de cómo han defendido históricamente el país, lo importante de sus labores para defendernos de otros países, pero todo en una visión bastante bélica del mundo y de la realidad latinoamericana". 

Es más, Henríquez hace hincapié en que el curso de formación ciudadana podría impartirse por profesores de los mismos establecimientos, ya que "existen profesores especializados en enseñar este tema, ¿Por qué tendría que ser la Armada la que tenga que dar cursos de formación ciudadana? Y es que lo más preocupante es que el espacio educativo no presentó programas académicos para entregar tales conocimientos, y los valores promovidos por la Armada son contrarios a los propuestos en la ley 20.911 de formación ciudadana«.

Los valores de la Armada y los valores de un curso de Formación Ciudadana universitario

Para Daniela Sepúlveda, docente a cargo del Diplomado en Formación Ciudadana: Miradas del currículum y aprendizaje ciudadano de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, la instancia surge por una propuesta vinculada a que los y las profesoras que participan "conozcan enfoques sobre la ciudadanía, las perspectivas sobre la educación ciudadana y así vincularlas a la promoción de la justicia social, la defensa de los derechos humanos y la participación crítica y transformadora de los y las actoras sociales y sus comunidades educativas".  

De hecho, Sepúlveda explica que el programa académico se basa en tres puntos importantes: la visualización del rol de la formación ciudadana en la politización del sujeto y la sujeta política, a través del conocimiento de las instituciones y el sistema político, la creación de una subjetividad democrática y la creación de una conciencia política y democrática. La académica enfatiza en que tales ejes son "importantes para desarrollar una ciudadanía activa y transformadora". 

Sin embargo, tales ejes son los que contradictoriamente el Programa de Formación Ciudadana de la Armada de Chile no seguiría según testimonios y documentos entregados. Rocío Henríquez atestigua que los valores de la Armada son completamente discordantes con los señalados por los planes de educación cívica y formación ciudadana impartida en algunos establecimientos. Tales valores son "la libertad, el respeto, la diversidad, pero al revisar la Web de la Armada o revisar su malla curricular, sus valores son el honor y la valentía. Entonces, no tiene ningún sentido desde el punto de vista de la preparación". 

Bajo esta misma línea, Sepúlveda argumenta que no hay una coherencia en los esencia actitudinal del currículum y los desafíos propuestos en la ley 20 911 (2016), que dictan como primer punto lo siguiente: "Promover la comprensión y análisis del concepto de ciudadanía y los derechos y deberes asociados a ella, entendidos éstos en el marco de una república democrática, con el propósito de formar una ciudadanía activa en el ejercicio y cumplimiento de estos derechos y deberes".

Al respecto, la docente explica que si bien la ley responde a un diagnóstico del Gobierno de Michelle Bachelet por la baja formación de jóvenes en tales temas y la baja credibilidad que estos tienen de las instituciones, por nombrar algunos ítems, cuando se vinculan tales puntos al programa de la institución castrense no existe una ciudadanía activa, sino más bien restringida. 

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En este sentido, Rocío indicó que "a diferencia de nuestra propuesta creemos que este programa viene a reproducir un modelo de socialización de ciudadanía desde un enfoque restringido, que no va a venir a dar solución del objetivo que quería cumplir la ley. Con esta propuesta, creo que se invalida el rol del profesorado como una agente cultural necesario para vincular los temas socialmente relevantes de las propuestas o estrategias de enseñanza y aprendizaje que se trabajan en la escuela, y que son necesarias para generar competencias y habilidades para el pensamiento crítico". 

Además, Sepúlveda enfatiza en que "el desafío de pensar otro tipo de ciudadanía activa, ampliada y crítica requiere trabajar, pensar e implementar otro tipo de formación ciudadana de una manera integradora. La Armada no tiene esa visualización del desafío de la ciudadanía, sobre todo en este contexto, y esa mirada integradora implica que no es un sentido solo de orden racional o emotivo, sino también subjetivo". 

Parafraseándola, tales competencias podrán crear sujetos políticos con autonomía moral que les permitirá participar de un debate, por ejemplo. Sin embargo, esto no se lograría con la propuesta de la institución, pues "tales desafíos le corresponden a personas con capacidades educacionales y pedagógicas" y no a capitanes y almirantes de marina, en roles completamente asimétricos con el estudiantado.

Revisa la documentación enviada vía transparencia a continuación:

También puedes revisar el convenio íntegro a continuación: