La semana pasada se vivieron dos cumbres internacionales en Sudamérica, a muy corta distancia una de otra. Del 12 al 15 de noviembre se desarrolló en la ciudad de Cuenca, Ecuador, la XXIX "Cumbre Iberoamericana", además del presidente de ecuador y el deslegitimado rey de España, que venía de ser abucheado en Valencia por el desastre provocado por las inundaciones, ningún jefe de estado de Latinoamérica llegó hasta la ciudad. Ecuador pasa por momentos muy críticos, los gobiernos neoliberales de Moreno (2017-21); Lasso (2021-23) y Noboa (2023- ) han llevado al país a una situación desastrosa, principalmente, en el ámbito de la seguridad.
Por Joaquín Pérez
Mientras se realizaba esta cumbre en el Sur de Ecuador, en el vecino Perú, se inauguraba la más relevante y estratégica inversión económica China en Latinoamérica: el puerto de Chancay. Cuya inversión solo en la primera etapa supera los 1.300 millones de dólares, están previstas otras 4 etapas más, donde la inversión superará los 2.300 millones de dólares.
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Este megapuerto de Chancay es parte de la estrategia político-comercial China denominada "la nueva ruta de la seda", que conectará el puerto de Shanghái en China con Chancay en Perú en apenas 23 días, disminuyendo en 10 días el trayecto entre ambos continentes, con una baja de costos de traslados que se estima en un 30%, lo que hará aún más baratos los productos chinos en Sudamérica.
Chancay constituye la cabeza de playa de la ruta de la seda en Perú y Latinoamérica, tradicional proveedor de materias primas de la economía mundial, a partir de Chancay se desarrollaran inversiones ferroviarias y de carreteras que conectaran a Chancay con varios países de la región.
Estados Unidos ha quedado perplejo frente a la jugada, que entrega a los chinos, un control logístico estratégico en Sudamérica. El puerto fue inaugurado por el mandatario chino Xi Jinping y Dina Boluarte, contradictoriamente impuesta por un golpe de estado gestado en la Embajada de Estados Unidos en Lima. Fue Dina Boluarte quien recalcó en la inauguración la importancia de las inversiones chinas en Perú, que ya superan los 30 mil millones.
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Raúl Pérez Reyes, ministro de Transporte peruano, señaló: "Nuestro objetivo es convertirnos en el Singapur de América Latina". Chancay debería encargarse de todo el comercio con Asia en el futuro. No se trata sólo de enviar mercancías peruanas, sino también productos de países vecinos como Brasil, Bolivia, Paraguay, Venezuela y Argentina, se espera que a corto plazo Chancay concentre el 50% de todo el tráfico entre Sudamérica y Asia.
Estados Unidos ve decaer su influencia en la región frente a sus propios ojos, probablemente, la administración Trump acelerará ese quiebre, entre los gobiernos latinoamericanos y el imperio yanqui. La cumbre de los Brics+ en Kazán, Rusia en octubre pasado, ya implicó el acceso de Cuba y Bolivia como socios de la organización, lamentablemente, un errático Lula da Silva vetó el ingreso de Venezuela y Nicaragua a la misma organización. Será precisamente Brasil donde Trump pondrá los ojos y las manos a través de Bolsonaro, para detener la influencia de los países del Brics en la región, Trump defenderá por todos los medios su patio trasero, ante la inminente negociación, por la reorganización del nuevo orden mundial, donde Estados Unidos si bien deja de ser el actor hegemónico exclusivo, pretende conservar la mayor parte de la torta en esta repartija del mundo.
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El Sur global, representado en los BRICS+, espera a Latinoamérica como socio estratégico, para un desarrollo económico y comercial más justo. Sin embargo, hoy "Nuestra América" carece de un proyecto soberanista nítido, la izquierda regional navega en un progresismo sometido a la doctrina Monroe, de la cual Boric es el mejor representante, como títere de la política exterior norteamericana, pero de la cual un tibio Lula marca dudas e interrogantes en momentos históricos decisivos a nivel internacional.