Por Equipo de Redacción, Chile Despertó Internacional

Actualmente más de un millón de chilenxs se encuentran residiendo en el extranjero. Este fenómeno migratorio es diverso y va mucho más allá de la triste realidad del exilio durante la dictadura militar. Aunque en países como Argentina, Canadá, Suecia y Australia más de la mitad de lxs compatriotas migradxs arribó entre 1973 y 1990, también podemos ver un alto flujo de chilenxs que llegaron en las últimas décadas.

En Estados Unidos, el 52% de chilenxs residentes lo hizo después de 1990, situación parecida en España donde un 69% de lxs chilenxs que migraron lo hicieron durante aquella década.

En el último tiempo el fenómeno se mantiene y cada año muchxs chilenxs van tomando la decisión de buscar nuevos rumbos.

Motivos hay muchos como también mecanismos para lograrlo. Un gran número de jóvenes ha tenido que dejar el país para rendir cursos de pregrado o posgrado, donde Argentina se vislumbra como el destino más recurrente.

Otro grupo importante de jóvenes se ha aventurado al mundo a través de las visas working holidays en países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Alemania, entre otros.

Algunxs han tomado esta posibilidad como una oportunidad de conocer el mundo y otrxs como una alternativa para saldar deudas o ayudar a sus familias en Chile.

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Las razones que explican los motivos de migrar son variopintas

Algunas nacieron de la violencia del destierro, otras de la violencia económica, otras inspiradas en el simple deseo de la aventura y de la curiosidad de conocer el mundo.

Tendríamos que desentrañar más de un millón de casos para entender lo complejo de esta realidad. Sin embargo, hay una realidad que no es difícil de comprender y tiene que ver con el fuerte nexo de estas comunidades con el territorio chileno, un nexo inquebrantable que perdura a la distancia y a la geografía y que quedó demostrado cuando el 18 de octubre del 2019, mientras en Chile la gente repletaba las calles, lxs chilenxs migradxs se agruparon en cada ciudad, en cada pueblo, en cada embajada y consulado uniéndose al llamado de la lucha por la dignidad.

Estas concentraciones de chilenxs quedaron lejos de ser un mero acto simbólico y prontamente fueron surgiendo asambleas, cabildos, organizaciones y colectivos.

Desde ahí se generó gran expectación en las urnas en la jornada del 25 de octubre del 2020, fecha en la que se llevó a cabo el plebiscito que definiría la posibilidad de derrocar la Constitución impuesta en dictadura.

Calles llenas de chilenxs en el extranjero hacían filas para entregar su voto en las embajadas y consulados de Chile en el mundo con un 52% más de votos en comparación con las elecciones del 2017 con un total de 59 mil 522 votantes.

Nunca se había visto una convocatoria similar, donde el resultado fue por gran mayoría a favor de cambiar la Constitución mediante el mecanismo de la "Convención constitucional".

Cabe recordar que en el año 2017 por primera vez lxs chilenxs en el exterior pudieron ejercer su derecho a voto en las elecciones presidenciales, dando como vencedor en la segunda vuelta a Sebastián Piñera en África (62,79%) y Asia (66,84%) y a Alejandro Guillier en América (53,46%), Europa (74,61%) y Oceanía (65,77%).

Pero, ¿Qué ha pasado con esos miles de chilenxs en el extranjero que dejaron su voto cargado de convicción? ¿Tendrán voz para discutir al momento de formular la mesa que escribirá la nueva Constitución para Chile?

Las respuestas en el sentido regulatorio por parte del Gobierno y la Cámara pareciera ser hasta ahora un rotundo No, o por lo menos así quedó demostrado el pasado 3 de diciembre cuando la Cámara de Diputados/as dejó fuera al proyecto de ley con 79 votos a favor, 65 en contra y 2 que se abstuvieron.

Finalmente se dio la espalda a miles de chilenxs, que esperaban con muchísima ilusión ser partícipes del proceso constituyente.

Pero cuando una puerta se cierra se abren otras, existiendo otras posibilidades para participar del proceso constituyente de forma paralela, a través de la Asamblea Popular Constituyente (APC) la cual ha hecho parte a la comunidad del extranjero, colaborando con diferentes agrupaciones de chilenxs en el extranjero y trabajando con fuerza por hacer de la nueva Constitución lo más representativa posible, además de un trabajo en conjunto por el respeto a los derechos humanos y la libertad de lxs presxs políticxs.

Como chilenxs en el extranjero estamos unidxs:

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