Fue en el caso de la Central Ralco donde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos intervino y se estableció un acuerdo entre el Estado chileno y comunidades mapuche-pehuenche para asegurar la no instalación de nuevos proyectos hidroeléctricos en el río Biobío. Sin embargo, ante la presencia de la amenaza de la Central Hidroeléctrica Rucalhue, movimientos apuntan a que este acuerdo se estaría vulnerando.
Por J. Arroyo Olea
Ralco (2004), Pangue (1996) y Angostura (2014). Tres son las centrales hidroeléctricas que actualmente se encuentran instaladas en el cauce del río Biobío y que han arrastrado conflictos socioambientales durante extensos periodos de tiempo en la región homónima.
Pese a que la movilización no logró frenar la instalación de los respectivos proyectos, sí generó diversas herramientas que han contribuido a los movimientos posteriores en el proceso de resistencia a la intervención de territorios por el mismo tipo de iniciativas.
Un ejemplo de aquellos es el acuerdo de solución amistosa entre el Estado chileno y las familias Mapuche Pehuenche del Alto Biobío, aprobado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 11 de marzo de 2004.
Entre los diversos acuerdos establecidos, el documento establece «acordar mecanismos vinculantes para todos los órganos del Estado que aseguren la no instalación de futuros megaproyectos, particularmente hidroeléctricos, en tierras indígenas del Alto Bío Bío».
Asimismo, el acuerdo promueve «la modificación del instrumento de planificación territorial respectivo, para que las tierras Indígenas del Alto Bío Bío sean calificadas como área de protección de recursos de valor natural o patrimonial cultural, y en consecuencia, sean declaradas zonas no edificables o de condiciones restringidas de edificación».
Pese a la histórica lucha y el acuerdo al que se llegó con comunidades mapuche, nuevamente el río Biobío se encuentra ante una amenaza de un proyecto hidroeléctrico, el cual busca emplazarse en la localidad de Rucalhue a partir de la iniciativa de la empresa China Three Gorges Corporation.
Acorde a lo que han señalado desde el Movimiento contra la Central Rucalhue, la instalación del proyecto vulneraría el acuerdo establecido entre el Estado chileno, comunidades mapuche-pehuenche y publicado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Sin embargo, el conflicto sobre este acuerdo contempla que, tras su publicación, se materializó la creación a mediados de 2004 -iniciativa presentada en 2003- de la comuna de Alto Bío Bío, por lo que se ha intentado plantear que dicho acuerdo se acotaría a esta zona administrativa.
Ante tal argumento, desde el Movimiento contra la Central Rucalhue han enfatizado en la falta de una mirada ecosistémica del sobreintervenido río Biobío y una perspectiva que apuntaría a negar los acuerdos históricos sostenidos con comunidades mapuche pese a los álgidos conflictos que se arrastraron en su desarrollo.
Así, en análisis de las comunidades, se produciría una nueva vulneración del acuerdo en el cual forma parte el Estado chileno, y que vuelve a colocar en la palestra la falta de cumplimiento no solo con discusiones sostenidas con el pueblo mapuche, sino también una negligencia en términos de impactos medioambientales.
Y es que, bajo la óptica de la sobreproducción, la potencia instalada de cerca de 1.500 MW de las tres centrales hidroeléctricas juntas que se encuentran en el río Biobío no sería suficiente para alimentar la matriz energética del país, pese a que Enel (ex Endesa) y Colbun, ambas empresas propietarias de estas hidroeléctricas -junto a AES Gener-, producen más de la mitad de energía del sistema interconectado nacional.
Así, la segunda fuente de producción energética de Chile -seguida de la termoelectricidad- se enfrenta nuevamente a un conflicto en territorios donde se ha exigido el cumplimiento de un acuerdo que, pese a ser tergiversado por la propia institucionalidad y empresariado, sigue siendo sostenido por las y los habitantes del lugar.
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La polémica Central Rucalhue
Una amenaza latente es la que existe en Rucalhue, territorio ubicado entre las comunas de Santa Bárbara y Quilaco, ante las intenciones de una empresa china de instalar un nuevo proyecto hidroeléctrico que vendría a alterar el ya sobreintervenido Río Biobío. La comunidad local se opone a la empresa por los impactos socioambientales negativos a los ecosistemas y la población.
El proyecto de Central Rucalhue, que cuenta con su RCA aprobada desde 2016, pretende «una central hidroeléctrica de pasada con embalse, sin capacidad de regulación ‘donde el caudal entrante es igual al saliente de la central’», siendo liderada por la empresa China International Water and Electric Corporation, filial del gigante China Three Gorges Corporation, misma empresa que construyó la hidroeléctrica más grande del mundo.
En este sentido, «considera la materialización de una presa aguas abajo de la confluencia de los ríos Biobío y Quilme, generándose un embalse que tendrá 6,5 km aproximados de extensión por el río Biobío y 1,2 km por el río Quilme y su superficie total será de 139 hectáreas que incluyen 72 hectáreas de los cauces actuales de ambos ríos».
Asimismo, sumado a las consecuencias ecosistémicas del proyecto, la población ha apuntado a diversas irregularidades de la iniciativa china en el territorio en términos de participación vinculante de las y los habitantes.
Actualmente, el proyecto no cuenta con la documentación necesaria para realizar obras en áreas específicas y en consecuencia para la intervención del Río Biobío, por lo que cualquier trabajo que se genere en estos lugares estaría en una fase de incumplimiento con la normativa legal.
El proyecto genera el rechazo de buena parte de la comunidad por sus impactos sociales y ambientales. Desde febrero hasta julio estuvo instalado un campamento de manifestantes para impedir se iniciaran las obras, el que fue desalojado por Carabineros ante la solicitud de la transnacional china, la misma que ingresó una querella criminal contra jóvenes movilizados. Además, diversas manifestaciones se han producido en Santa Bárbara, Quilaco y Concepción en defensa del río Biobío.